Según la comunidad ortodoxa de que se trate, los cohanim bendicen al pueblo en diferentes ocasiones religiosas y no pueden casarse libremente ni acercarse a un muerto. Algunas comunidades conservadoras siguen las mismas reglas, pero en la mayoría de los movimientos liberales, el papel del cohen prácticamente quedó eliminado.

MARCOS GOJMAN

Está escrito en la Torá que Aarón, de la tribu de Levi, recibió de Dios el monopolio del sacerdocio. La familia de Aarón tenía la exclusividad y la responsabilidad de hacer las ofrendas en el altar de Dios, primero en el Tabernáculo y después en el Templo de Jerusalem. Tenían también la obligación de bendecir al pueblo, redimir al primogénito y enseñar la Torá (Levítico 10:10-11). También estaban obligados a mantenerse puros, por lo que no podían estar cerca de un cadáver ni casarse con mujeres divorciadas, convertidas al judaísmo o promiscuas. Estas obligaciones y prerrogativas se pasarían de padres a hijos. De ahí se deriva la división en tres grupos del pueblo de Israel: Los sacerdotes o cohanim, que son los descendientes de Aarón, los demás levitas que no son descendientes de Aarón y el resto del pueblo de Israel.

Con la destrucción del Templo, los cohanim perdieron la función de hacer los sacrificios y se quedaron exclusivamente con la de bendecir al pueblo y redimir al primogénito. La enseñanza de la Torá pasó a manos de los rabinos. Con el tiempo se estableció la costumbre, pues no está escrito en ninguna parte, de que los cohanim sean los primeros en bendecir la lectura de la Torá.

Los judíos ortodoxos conservaron las funciones y las restricciones que tenían los cohanim. Según la comunidad ortodoxa de que se trate, los cohanim bendicen al pueblo en diferentes ocasiones religiosas y no pueden casarse libremente ni acercarse a un muerto. Algunas comunidades conservadoras siguen las mismas reglas, pero en la mayoría de los movimientos liberales, el papel del cohen prácticamente quedó eliminado. Argumentan que al no existir el Templo, no se justifica el tener sacerdotes y es muy difícil probar fehacientemente la descendencia de Aarón.

En general, la ceremonia de bendición requiere que los cohanim pasen al frente, se cubran con el talit, tanto la cabeza como los brazos extendidos en alto y coloquen los dedos de las manos en una forma determinada, al tiempo que repiten las tres bendiciones que están estipuladas en la Torá. Por su parte, en el movimiento reconstruccionista se acostumbra que toda la familia se cubra con el talit del padre y se digan las mismas bendiciones. Los reformistas prácticamente eliminaron todo lo relacionado con los cohanim. En el movimiento conservador se ha discutido ampliamente si las mujeres descendientes de un cohen tienen los mismos derechos que los hombres y las opiniones están divididas, pero sí eliminaron todas las prohibiciones en cuanto al matrimonio.

El rabino Bradley Shavit Artson, rector de la Escuela Ziegler para Estudios Rabínicos del movimiento conservador, hace algún tiempo reintrodujo en las fiestas mayores, en su congregación, la bendición de los cohanim. Argumenta que toda sociedad desarrolla una red de historias, prohibiciones, festividades, ceremonias e instituciones que deben conservarse, mientras no contradigan las convicciones morales del grupo, no se conviertan en una pesada carga para sus miembros, violen los valores del mundo que nos rodea y no alejen al judío de su herencia. La diferencia de su ceremonia de “dijenen”, bendecir, está en que prepara durante un año al grupo de cohanim que van a participar e incluye a mujeres hijas de cohanim.

El Señor dijo a Moisés (Bamidbar 6:24–26): “Di a Aarón y a sus hijos, ‘Esta es la forma en que bendecirás a los hijos de Israel. Diles: Dios te bendiga y te guarde; Dios haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor; Dios alce sobre ti su rostro y te conceda la paz“. La bendición de los cohanim, no sólo no es una reliquia, es una herencia que trasciende el tiempo.

Bibliografía: Articulo de Bradley Shavit Artson y otras fuentes.

Fuente:alreguelajat.com