En entrevista exclusiva con Enlace Judío, Juan Carlos Sanz Briz nos habla sobre el heroismo y la humanidad de su padre, Ángel Sanz Briz, quien, arriesgando su propia vida, salvó las vidas de miles de judíos en Hungría mientras era diplomático de la España franquista.

NADIA CATTAN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO — Debido a su valor y acciones altruistas, Sanz Briz obtuvo el reconocimiento como Justo entre las Naciones. Su historia ha sido incluso retratada en la pantalla grande, en la película El Ángel de Budapest, basada en el libro Un español frente al Holocausto, del escritor español Diego Carcedo.

Para lograr su hazaña, al margen de la directiva emitida desde el gobierno franquista en Madrid, Sanz Briz, entonces diplomático en Budapest, desempolvó un viejo decreto de 1924 que reconocía la nacionalidad española a los descendientes de los sefardíes, la comunidad hebrea expulsada de España en 1492 por los Reyes Católicos, y comenzó a extender pasaportes y salvoconductos a todo aquel que acreditara esa condición. Poco después dio un paso más allá y extendió la protección española al resto de judíos que lo solicitaron. Sanz no se detuvo ahí y creó una red de viviendas de alquiler a cuenta de la Embajada en las que cobijó a las familias judías que, aunque hacinadas, escaparon de este modo a las deportaciones. Colgaba en la puerta de los inmuebles la bandera nacional y un cartel que indicaba “anejo a la legación española”, es decir, que dicha casa habitación era parte de España. Miles de personas salvaron la vida enclaustrados en una de aquellas madrigueras.