YOAZ HENDEL / Si una unidad de combate tiene que cambiar completamente para incorporar una o dos mujeres por década, el ejército se verá involucrado en cumplir con el feminismo en lugar de entrenar combatientes.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Comencemos con buenas noticias para el feminismo sionista: Las mujeres se incorporan en muchas áreas de las Fuerzas de Defensa de Israel, incluso en el servicio de combate. En un país en el que una mujer fue nombrada primera ministra en los años setenta, el cielo es el límite.

Las jóvenes religiosas están desafiando las órdenes de los rabinos y se incorporan al ejército. Cuanto más se les prohíbe hacerlo, más altos son los números. La protesta del público Chardal (nacionalista Haredi) contra la integración de las mujeres es principalmente una protesta interna contra la pérdida de control sobre las niñas religiosas. El sistema educativo no está funcionando – se están alistando en masas.

 

Aquellos que buscan la fuente del feminismo deben dejar de soltar argumentos absurdos, como organizaciones de izquierda y un intento de debilitar a las FDI. El feminismo era sionista mucho antes de ser americano, en el movimiento de liberación de las mujeres de los años sesenta. Los primeros pioneros, que se rebelaron contra la diáspora y contra la religión, también se rebelaron contra la percepción de que la mujer pertenece a la cocina. Las mujeres lo hacían todo.

Las que querían, trabajaban la tierra y hacían guardia. En la Guerra de la Independencia, hubo mujeres combatientes y pilotos.

Junto a la heroica historia de Hannah Szenes, había mujeres combatientes por todas partes. Una de ellas, que aún está con nosotros, es Paulette Kumar, quien emigró de Francia al Kibutz Sdot Yam y fue una de los fundadores de la unidad de operaciones especiales de la Armada israelí, Shayetet 13. Fue la primera y última combatiente de la unidad. Lamentablemente, no dará entrevistas, pero como historiadora siempre la recuerdo.

 

Las mujeres pioneras y combatientes desempeñaron un papel mucho más importante en el esfuerzo nacional que los rabinos. Dentro de la confusión de la creación de un estado judío de la nada, no hubo tiempo para tratar seriamente el estatus de la mujer o su significado. Simplemente ocurrió.

 

Y ahora a las malas noticias para el feminismo sionista: El alistamiento de mujeres a ciertas funciones de combate no vale la pena. Las mujeres son fisiológicamente diferentes de los hombres, por lo que es posible convertirlas en pilotos y marineros, pero es más difícil cargar 60 kilos en la espalda y enviarlas a esconderse en el campo. Hay una muy baja probabilidad, por lo tanto, de que sean capaces de soportar el entrenamiento agotador de algunas unidades terrestres.

 

Las mujeres y los hombres sirviendo uno al lado del otro crean una receta para la confusión militar. Un punto débil. Así se desarrollaron las órdenes de integración apropiadas, llevando a la separación entre los sexos en el alojamiento y ciertas actividades. Eso llevó a la creación de unidades especiales para mujeres combatientes, como el Batallón Carcal, para hacerlas funcionar.

 

La incorporación de mujeres en roles de combate incluye dos variables: las habilidades físicas y el precio. Si para una o dos niñas de una década que sean capaces de completar un curso de Sayeret Matkal, la unidad cambiará por completo -con alojamiento separado y sistemas separados en los puntos de fricción- el ejército se verá involucrado en el cumplimiento del feminismo en lugar de la formación de los combatientes.

 

Al final del día, el trabajo del ejército es ganar, no ser una escuela para la igualdad de género. ¿Son las mujeres capaces de servir en el Cuerpo Armado? La respuesta es sí. ¿Deben colocarse en un tanque lleno de hombres durante una emboscada de 24 horas? Mayormente veo desventajas. ¿Tal vez un tanque femenino?

 

Todo es posible. Las mujeres pueden jugar al fútbol con equipos de hombres. Hay incluso algunas mujeres que exceden a la mayoría de los hombres en sus capacidades físicas, aun así los equipos están separados y los grupos en las ligas más altas son puramente masculinos. Las mujeres pueden competir en los mismos deportes que los hombres, pero la separación sigue estando. Y también pueden dirigir países y emitir órdenes al ejército.

 

Todo es posible, pero no todo sucede.

 

El servicio de las mujeres en el ejército no está en la vanguardia de la lucha feminista; es sólo una parte menor de esa lucha. Hay mujeres hoy en día que reciben un salario más bajo que los hombres por hacer un trabajo similar. Actrices que pierden el trabajo debido a su edad, a diferencia de los actores masculinos. Hay acosos sexuales, y hay sectores en Israel en los que las mujeres siguen siendo asesinadas como parte de asesinatos de honor.

 

El debate sobre la integración de las mujeres en el ejército debe basarse más en la razón que en la emoción y los insultos, que es el estilo de las políticas israelíes. Podemos pensar que tener mujeres en el Cuerpo Armado no es un proceso que valga la pena, podemos preguntar si el precio es demasiado alto y las limitaciones físicas no valen el esfuerzo. Podemos hablar sin temor a ser retratados como enemigos del feminismo.

Fuente: Ynetnews – Traducción Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico