EINAT WILF/ADI SCHWARTZ

Después de su censura a Israel, el Consejo de Seguridad tiene que enviar una advertencia similar a los maximalistas palestinos.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó el mes pasado la Resolución 2334, la cual declara que los asentamientos israelíes “no tienen ninguna base legal.” La resolución cometió el error de mirar sólo a un lado del mapa. Para completar la tarea, la ONU debe aprobar una resolución que condene los reclamos maximalistas palestinos con el mismo idioma legal marcado que utilizó para los derechos israelíes. En ausencia de eso, la resolución de la ONU y la inminente conferencia de paz de París harán más daño que bien a las perspectivas de paz y justicia.

La resolución 2334 reafirmó por la fuerza la línea de Armisticio de 1949–también conocida como la línea anterior a 1967 o Línea Verde–que separa la Margen Occidental del estado de Israel. La resolución tuvo grandes dificultades para delinear las líneas en idioma claro. Llamó al territorio entero al oriente de esa línea “Territorio Palestino.” Luego afirmó que el establecimiento de los asentamientos israelíes en ese territorio no tenía “ninguna validez legal y constituye una violación flagrante en virtud de la ley internacional.”

La resolución decía también que no “reconocerá ningún cambio” a las líneas, “aparte de los acordados por las partes a través de la negociación.” Contradiciendo la Resolución 242 de la ONU de 1967, dio esencialmente toda la tierra a los palestinos y alejó de Israel toda influencia en las negociaciones futuras. Llamó a todos los estados miembros a “distinguir en sus tratos relevantes, entre el territorio del Estado de Israel y los territorios ocupados desde 1967.”

El Consejo de Seguridad debe enviar un mensaje igualmente enérgico a los palestinos. Si los israelíes no pueden tener reclamos de territorio palestino, entonces los palestinos no pueden tener reclamos del territorio israelí. El Secretario de Estado John Kerry y los participantes de la próxima conferencia en París deben afirmar tal resolución tan fuertemente como lo hicieron con la original de la ONU.

La sabiduría convencional dice que los palestinos han abandonado hace mucho sus reclamos a Israel al occidente de la Línea Verde. Pero los que han sido testigos de los cánticos de “desde el río al mar, Palestina será libre” en las manifestaciones contra Israel saben cuan equivocada puede estar la sabiduría convencional.

La manifestación más flagrante de estos reclamos palestinos es la insistencia de que los árabes que fueron desplazados durante la guerra de 1947-49, y sus millones de descendientes, poseen un “derecho al retorno” al estado de Israel. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, y su ministro del exterior, ambos han expresado apoyo para esta posición. Pero insistir en este “derecho” significa privar al pueblo judío de su estado y someterlos nuevamente al estatus de una minoría oprimida–su posición histórica en tierras árabes. Significa que cuando los árabes palestinos hablan de la solución de dos estados, mientras todavía piden por el “derecho al retorno”, ellos están pidiendo efectivamente el establecimiento de dos estados árabes.

Una resolución nueva debe ser clara en que los palestinos no poseen un “derecho al retorno” a ninguna parte más que al este de las líneas anteriores a 1967, en el “Territorio Palestino Ocupado”, como los describe la Resolución 2334. Los que ya están viviendo en esas áreas no pueden presentar ningún reclamo al “retorno” a Palestina, ya que ellos ya están allí.

Particularmente, la resolución debe afirmar, usando el mismo léxico que la Resolución 2334, que cualquier reclamo de Palestina y de los palestinos al territorio de Israel dentro de las líneas de 1967 no tiene “ninguna validez legal” y “constituye una violación flagrante en virtud del derecho internacional.” Cualquier institución que perpetúe tales reclamos, tal como la Agencia de la ONU para Ayuda y Obras para Refugiados Palestinos en el Cercano Oriente”, debe “cesar de inmediato y por completo” sus actividades ilegales y ser desmantelada. Cualquier cambio, tal como permitir que más palestinos árabes se conviertan en ciudadanos de Israel, no será reconocido “aparte de los acordados por las partes a través de la negociación.” Todos los estados miembros deben ser llamados a “distinguir entre Palestina y los palestinos en los territorios ocupados desde 1967 y cualquier palestino reclamando algún derecho más allá de esos territorios.”

Si los que respaldan la resolución original se niegan a utilizar el mismo idioma que utilizaron contra los israelíes hacia los palestinos, entonces los que dudan de su compromiso con la paz y la justicia serían, lamentablemente, reivindicados.

*Einat Wilf es una ex miembro de la Kneset, Adi Schwartz es un investigador y escritor en Tel Aviv.

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.