LEÓN APALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

La educación en México

El fin de semana pasado tuve oportunidad de convivir en un desayuno con mis tres nietos mayores que pronto cumplirán 23, 21 y 20 años, respectivamente. Adicionalmente a los “chismes” y anécdotas familiares conversamos sobre las vivencias de los tres en el colegio judío donde estudiaron desde Kínder; Alan el menor, recién terminó la Prepa y Berni y Sari ya están en la Universidad.

Los tres coincidieron en haber tenido una vivencia desagradable en el colegio, básicamente por el predominio de maestros mal preparados que tratan de cubrir sus deficiencias cargando a los alumnos de tareas, además no los tratan bien, algunos hacen la vida pesada a los alumnos.

Las autoridades de la escuela son rígidas, no admiten sugerencias y mucho menos críticas, no tienen puertas abiertas a los alumnos. Son déspotas y dan trato preferencial a alumnos cuyos padres son amigos de los directivos. La disciplina es obsoleta por lo absurda que es; por ejemplo, en invierno si el alumno trae una chamarra sobre el uniforme escolar no lo permiten, si trae unos tenis diferentes a los reglamentarios no se le autoriza la entrada a la escuela.

Me comentaron que algunos alumnos que habían reprobado en el último año de preparatoria no les permitieron aparecer en la foto de su generación; otros que habían reprobado, decidieron no continuar en ese colegio porque se sintieron rechazados por maestros y autoridades. En el caso de algunos alumnos que los consejeros y sicólogos consideraron que deberían de inscribirse en áreas diferentes a las de sus preferencias, orientadas a las carrera que estudiarán en el futuro, las sugerencias para que lo hicieran fueron de manera humillante, porque les plantearon o les hicieron sentir de manera ruda que no tenían capacidad para las áreas que habían seleccionado.

Mis nietos comentaron que la convivencia con sus compañeros de la escuela fue agradable e hicieron amigos que aún conservan, empero, de la escuela no quieren saber nada. Me había percatado de las deficiencias académicas y del ambiente cerrado que tenían mis nietos en la escuela, me parece que esto último, una especie de gueto, es la tónica de la mayoría de las escuelas judías en México. Les sugerí varias veces a mis hijos que los cambiaran de escuela; no me hicieron caso. Mis dos hijos menores estudiaron en el Colegio Americano y el sistema escolar allí es de excelencia. En ese colegio existe un número relativamente importante de alumnos judíos, una parte de ellos hijos de matrimonios mixtos; hay respeto de los directivos para los judíos y para otros alumnos de diferentes grupos étnicos: chinos, coreanos, japoneses, entre otros; predominan los hijos de padres “gringos”.

El Colegio Americano tiene la fama de que tiene muchos alumnos drogadictos; por experiencia propia, estuve en contacto con ese colegio, por lo menos ocho años y, puedo asegurar que dentro de él no hay consumo de drogas. Por otra parte, los colegios judíos son evaluados como “Libres de drogas”, sin embargo, todo el mundo sabe que cuando los jóvenes van en grupos a Israel a diversos programas educativos y de trabajo (Hajshará) a aldeas agrícolas colectivas (kibutzim) “se destapan” y se generan algunos problemas relacionados con el consumo de drogas y alcohol; recalco algunos problemas; no es una situación generalizada. Mis nietos me explicaron que en las Universidades particulares también enfrentan deficiencias en la capacidad de los maestros, cobros excesivos por materiales, materias innecesarias y en alguna ocasión, expresiones antisemitas.
En general, el sistema educativo de México muestra marcadas deficiencias que finalmente afectan la productividad y el desarrollo del país, sobre todo si se considera que en el mundo se vive una etapa, en todos los órdenes del desempeño humano en la que predomina el conocimiento, dado el sorprendente avance de la tecnología, particularmente en las TIC, tecnologías de la información y comunicación.

Ciertamente, en los informes de los Programas Internacionales para la Evaluación de Estudiantes, Informe Pisa, por sus siglas en inglés, llevados a cabo por la Organización del Comercio y Desarrollo Económico (OCDE), cada tres años en varios países con base en el análisis del rendimiento de estudiantes a partir de varios exámenes que se realizan a jóvenes de 15 años con el fin de determinar su valoración internacional, los de México muestran grandes rezagos.

De acuerdo al último Informe PISA 2015 divulgado al inicio de diciembre del 2016, aproximadamente participaron 540 mil estudiantes, una muestra representativa de alrededor de 29 millones de jóvenes de 15 años de las escuelas de los 72 países participantes, los resultados para México mostraron que solo 52.0% de los estudiantes logran los aprendizajes mínimos en Ciencias, 43.0% en Matemáticas y 59.0% en Lectura. En los tres dominios, menos del 1.0% de los estudiantes mexicanos se consideran de alto rendimiento, y en general, se encuentran por debajo del promedio de los países de la OCDE.

Por otra parte, las puntuaciones de México en Matemáticas se incrementaron en 5.2 puntos trienales durante el periodo 2013-2015, sin embargo, no lo hicieron para Ciencias y Lectura, donde no se observaron cambios reales a lo largo del tiempo. Cabe destacar que los países asiáticos, importantes rivales comerciales de México, han consolidado “el podio mundial de la educación”. En el primer puesto están los alumnos de Singapur en Ciencias, la materia en que se centró la evaluación 2015, también en los primeros sitios está Japón, Taiwán, Vietnam, Hong Kong, Macao, Pekín, Shanghái y dos naciones europeas, Estonia y Finlandia. Además de la calidad del sistema educativo en estos países, la familia y la sociedad son factores determinantes, la disciplina del Confucianismo ejerce una enorme influencia. “En China ningún padre escatimará dinero cuando se trata de la educación de su hijo y casi todos los niños acuden a actividades extraescolares desde una edad muy temprana. El nivel de exigencia en las clases es alto y la presencia de exámenes es continua”.

En contraposición, en México el sistema educativo esta colapsado por falta de recursos e intereses políticos. Una parte importante de las instalaciones de las escuelas públicas están deterioradas, los maestros están poco capacitados y desmotivados por los exiguos salarios que reciben y las largas jornadas de trabajo.

El Secretario de Educación ha reconocido la falta de mejoría en el sistema educativo del país en los últimos años, de aquí la necesidad y la urgencia de avanzar en la instrumentación de la reforma educativa, amenazada por una parte importante del magisterio “que desde hace cuatro años se encuentra en pie de guerra impulsado por la facción más radical del sindicato de maestros, cuyos líderes buscan defender a toda costa, vía huelgas y agresivas protestas masivas sus canonjías”.

El rezago educativo en México es un problema tan importante en el país como el de la corrupción y de la inseguridad.

Aumento de asesinatos, robos, extorsiones y secuestros

La estrategia de seguridad del gobierno federal el año pasado se centró en los 50 municipios más violentos (localizados en 18 Estados y que concentran el 42.0% de los homicidios en el país) de los 2,438 existentes en México; no obstante, la tasa de homicidios no se logró frenar, la mayoría atribuidos a más de 100 pequeños grupos delictivos, escisión de los cárteles de la droga. El número de homicidios de enero a noviembre fue de 18,915 comparado con 15,566 de ese periodo del 2015, alza de 21.5%; la violencia del crimen organizado causa 6 de cada 10 asesinatos; los estados con más ejecuciones en números absolutos fueron Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Veracruz y Chihuahua. Un número indeterminado de los asesinatos perpetrados por el crimen organizado se vincula a luchas por territorios de operación; son frecuentes los ajustes de cuentas entre bandas, muchos de ellos verdaderos actos de terror; se decapitan y mutilan a personas, también se les tortura, las ejecuciones incluyen familias enteras; se han encontrado fosas con decenas y hasta centenas de cadáveres en diferentes regiones de la República. Los feminicidios, un fenómeno que se generaliza en el mundo, es un tema a tratar por separado.

El robo con violencia se incrementó 26.11% en los primeros once meses del 2016 respecto a ese periodo del 2015; el transeúnte es la principal víctima de este ilícito, le siguen el robo de vehículos, negocios, casa habitación y transportistas. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública el robo es el ilícito número uno que se comete en el país y representa más de una tercera parte del total de los delitos del fuero común registrados de enero a noviembre del año pasado, 1.4 millones.

En este entorno de violencia que registra el país, el de la Ciudad de México se ha incrementado de manera significativa, amigos y conocidos han sido asaltados recientemente, amenazados con pistolas o armas blancas. Los ciudadanos estamos temerosos y angustiados, la policía no es confiable y realizar denuncias resulta inútil dado el alto grado de impunidad existente. Los delincuentes son cada vez más jóvenes, algunos son prácticamente niños o niñas (14 ó 15 años), y violentos. Faltan recursos y decisión política para atenuar el problema de la delincuencia; tú, amigo lector ¿Qué propones para restablecer la paz social?