ELISHA BEN KIMON Y ROÍ YANOVSKY

Los manifestantes que se resistieron a la evacuación atacaron a los policías con piedras y sustancias nocivas que arrojaron contra las fuerzas de seguridad, causando al menos 16 heridos; ocho arrestos fueron realizados por la tarde mientras el debacle se convierte en un enfrentamiento con la policía.

ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Los enfrentamientos violentos estallaron el miércoles por la tarde al tiempo que centenares de activistas organizaron una feroz resistencia en Amona contra miles de policías desplegados en el asentamiento para hacer cumplir el fallo de la Corte Suprema de Justicia.

Hasta las 2 de la tarde, al menos ocho personas fueron detenidas por diversos delitos y al menos 16 agentes de la policía resultaron ligeramente heridos mientras pasaban casa por casa para evacuar a los activistas y residentes y físicamente arrastraban a los más obstinados. La policía emitió una declaración poco después de que estallara la violencia describiendo los acontecimientos que se habían desarrollado.

“La policía fue atacada por anarquistas con sustancias nocivas causando quemaduras en los ojos de un número de policías que también requirieron tratamiento médico en la escena. La policía de Israel no permitirá estos actos de violencia y actuará en consecuencia,” dijo el comunicado.

“La policía israelí actúa con moderación para permitir que las familias de los residentes que deseen evacuar lo hagan, pero los que abusan de esta restricción y actúan violentamente contra la policía serán tratados en consecuencia”.

Se dice que uno de los policías que se negó a participar en la evacuación fue elogiado por los residentes como un héroe, pidiendo que otros siguieran su ejemplo.

Sin embargo, la Unidad de Portavoz de la Policía insistió en que el oficial no desobedeció órdenes.

“Un policía fronterizo tuvo momentos difíciles, se sentía incómodo y enfermo, la tensión emocional aquí es abrumadora.” Se sintió un poco incómodo y se apartó,” explicó el portavoz.

Las fuerzas de la policía comenzaron a entrar al asentamiento de Amona temprano en la mañana mientras que cientos más vigilaban los alrededores y la evacuación seguía en curso.

Los oficiales, que de inmediato enfrentaron la actividad hostil de los activistas que arrojaban piedras a pesar de las promesas de no utilizar violencia, lo hicieron desarmados y sin protección. Los oficiales no llevaban sus uniformes habituales, sino simplemente sudaderas azules.

El martes por la mañana, las fuerzas de seguridad comenzaron a bloquear las carreteras que conducían al asentamiento con bulldozers, que cientos de activistas lograron penetrar mientras se preparaban para un enfrentamiento con la policía.

En respuesta a la presencia de las fuerzas de seguridad, activistas adolescentes comenzaron a bloquear la principal vía de acceso a Amona y quemar neumáticos, iniciando una resistencia de última hora contra la expulsión de sus hogares, que según el fallo de la Corte Suprema, fueron construidos en tierras privadas palestinas.

La policía levantó barricadas y puestos de control a lo largo de toda la Ruta 60 y en todas las intersecciones entre Jerusalem y Ofrá, bloqueando todo el tránsito, excepto para los residentes de la zona y personas autorizadas.

Los activistas que protestaban por la evacuación aconsejaron unos a otros “encerrarse en casas o en la sinagoga para evitar ser atrapados y llevados en autobuses.”

A través de mensajes de WhatsApp, pidieron abstenerse de la violencia pero mostrar resistencia y obligar al personal de seguridad a evacuarlos por la fuerza.

“Durante la evacuación nadie se levanta y se va, aunque la policía lo ordene. No es una evacuación por elección. Obliguen a la policía a evacuarlos por la fuerza, sin violencia,” decía el mensaje.

“Lo mejor sería que cuatro policías tuvieran que sacar a uno de nosotros, la policía no actuará con violencia si ustedes no lo hacen. El primer ministro tiene interés de que la evacuación se lleve a cabo con la menor sangre posible. Intentaremos que la evacuación tome el mayor tiempo posible, no nos levantaremos y nos iremos, nos amarraremos entre nosotros y a los muebles. Haremos lo posible para impedir que una comunidad judía sea destruida”.

En una entrevista con Ynet, Tamar Benizri, residente de Amona dijo: “Las casas están llenas de gente, decenas de personas y jóvenes están en las calles. Los bloqueos nos han hecho un favor y parecen haber animado a más gente a venir. Es algo que motiva la acción. La gente llegó, subió a las colinas en la lluvia y lodo, agotada, pero feliz. ¡Y siguen llegando. Es increíble!”

Cientos de adolescentes lograron infiltrarse en Amona el martes por la noche en un último esfuerzo para impedir la evacuación. El rabino de la comunidad, Yair Frank escribió: “No levantaremos la mano contra un oficial de policía o un soldado, pero no dejaremos nuestras hogares de buena gana”.

Decenas de jóvenes activistas, algunos residentes y otros no, se reunieron en las casas para cantar mientras las lágrimas caían de sus ojos en lo que probablemente eran sus últimos momentos en la cima de la colina.

Otros escribieron mensajes en las paredes de las casas y comenzaron a dirigir los rezos.

El martes, el ejército israelí dio a los residentes de Amona un plazo en 48 horas para desalojar el asentamiento.

Las fuerzas de seguridad colocaron un globo de observación sobre la zona desde el martes por la noche hasta el jueves 2 de febrero.

Mientras tanto, el proyecto de ley de regularización, que busca la legalización retroactiva de los puestos avanzados, fue aprobada en su segunda y tercera lectura antes de someterla a votación en el pleno de la Knesset el próximo lunes.

El asentamiento, construido en la década de 1990, se extiende sobre una colina que mira hacia las aldeas palestinas. En 2006, la policía israelí demolió nueve viviendas en Amona, provocando enfrentamientos entre los residentes y sus partidarios contra la policía y los soldados. Decenas de remolques permanecieron desde entonces y la comunidad se ha convertido en un símbolo para el movimiento de asentamientos.

Su destino ha amenazado con romper la estrecha coalición de Netanyahu, que está dominada por ultranacionalistas que apoyan los asentamientos.

Se espera que la Corte Suprema de Justicia decida pronto sobre la implementación del acuerdo de Amona que involucra la construcción de viviendas alternativas para los evacuados en tres terrenos cercanos al pueblo palestino de Silwad. Sin embargo, los residentes de la aldea afirman que ellos son los propietarios de esa tierra y los jueces deberán declarar su posición legal sobre el asunto.

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