Los dos están en contra de las políticas racistas de Donald Trump y  su fotografía se ha convertido en todo un fenómeno viral.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Un niño vistiendo un kipá y una niña llevando un velo. Uno judío y la otra musulmana. En teoría, son dos universos antagónicos, dos enemigos irreconciliables. Pero están en el mismo lugar y aunque parezca increíble, están unidos.

Los protagonistas son miembros de dos familias distintas, con creencias religiosas diferentes, pero que se manifestaban por la misma causa: Mostrar su desacuerdo ante el decreto firmado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el pasado 27 de enero de 2017 que prohíbe por 90 días el ingreso de ciudadanos de siete nacionalidades a territorio estadounidense.

La imagen fue tomada por el fotógrafo Nuccio DiNuzzo, de la plantilla del Chicago Tribune y fue publicada el pasado lunes en la web de este medio estadounidense.

La niña musulmana, a hombros de su padre, lleva un cartel en el que se puede leer ‘Amor, amor’. Su progenitor lleva otro en el que está escrita la palabra ‘Empatía’. Por su parte, el niño judío lleva un cartel que reza ‘El odio no tiene lugar aquí’ y su padre, que también le lleva, porta uno en el que se lee ‘Ya hemos visto esto ante, nunca más’.

DiNuzzo explica en la web de Time que la foto fue tomada durante el tercer día de protestas en el aeropuerto O’Hare de Chicago. “El sábado y el domingo había como 1.500 personas manifestándose, pero el lunes apenas había 3 docenas y un par de abogados.

No había mucha acción hasta que de repente el fotógrafo se fijó en dos niñas que llevaban carteles y vestían velos. “Les pregunté el nombre y pedí permiso a sus padres para fotografiarlas. Me dijeron que habían hecho galletas para los abogados”, recuerda el fotoperiodista.

“El padre de una de ellas la puso a hombros para que se la viera más, y fuen entonces cuando se acercó otro hombre que llevaba a un niño de la misma forma”, asegura DiNuzzo. Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba ante un fotón: el niño era judío y lucía un kipá, el gorro típico de los que profesas la religión hebrea.

DiNuzzo la envió a sus jefes que la publicaron inmediatamente en Twitter y en la web, con un éxito brutal: consiguió más de 10,000 retuiteos en pocos minutos y miles de ‘me gusta’ en Facebook.

Para el fotógrafo, el éxito de la foto es que “hace sentir a la gente bien. Les afecta emocionalmente”. Y también demuestra que las personas, da igual su religión, se pueden unir para frenar cualquier sinsentido.

 

Fuente:Yahoo.com