Europa ha sido la cuna de las bellas artes, donde ha destacado una de las grandes artes que es la música clásica, con sus magníficos compositores y orquestas. Los judíos han aportado a la música excelentes compositores como Giacomo Meyerbeer y Félix Medelssohn, que además fueron mecenas de Richard Wagner que se convirtió en un genio de la música clásica.

JORGE JUÁREZ PEÑAFLOR

Richard Wagner escribió un panfleto para desacreditar a notables músicos judíos y a su pueblo con un seudónimo y lo volvió a reescribir años después ya con su nombre: “El Judaísmo en la Música”; donde es muy mordaz en sus comentarios de la música de la ópera de Meyerbeer Le Prophéte. Wagner tenía una envidia larvada y estaba furioso que un judío tuviera éxito en París, además utilizó a Meyerbeer para conseguir su primer éxito real en la ópera de Rienzi.

Wagner en su panfleto dijo que: “Explicamos a nosotros mismos la repelencia involuntaria que sentimos por la naturaleza y la personalidad de los judíos, a fin de reivindicar el instinto disgusto que claramente reconocemos como más fuerte y más abrumador que nuestro celo consciente para librarnos del mismo.” Y Wagner agrega: Yo considero a la raza judía como el enemigo nato del hombre puro y de todo lo notable que hay en él. Y especialmente entre nosotros los alemanes nos hundiremos a causa de ellos, es cosa segura.”

En Alemania, siendo uno de los países más cultos, llegó al poder Hitler; culpando a los judíos de toda la decadencia económica y cultural que estaban viviendo. Hitler utilizó todos los panfletos antisemitas como el de Wagner del que era fiel admirador. Además, los nazis hicieron estudios retomando las teorías raciales del siglo XVIII, de algunos pensadores como lo fue Joseph Arthur de Gobineau, que publicó el libro “Ensayo sobre la desigualdades de las razas humanas”; donde clasificó a los humanos en razas superiores e inferiores, que Hitler aprovechó para decir que los judíos eran una raza degenerada e inferior que estaba contaminando a la raza aria y que debía ser exterminada. Siglos atrás Johann Fichte había propuesto que deberían cortarles la cabeza a todos los judíos, lo cual los nazis querían hacerlo con la Solución Final. Siglos antes, ya Lutero había propuesto que había que destruir las casas, las sinagogas y quemar los libros sagrados de los judíos.

Esta confabulación europea ha inventado todos los mitos y teorías contra los judíos, desde los religiosos hasta los raciales, políticos, económicos, culturales y sus autores malévolos han sido eminentes personajes de la cultura cristiana y filósofos que le han dado credibilidad a esos ominosos mitos.

La confabulación de todos los sectores religiosos, políticos, intelectuales, académicos, artísticos, musicales y culturales europeos han trabajado en la misma dirección conspiratoria contra los judíos, utilizando hasta estudios científicos raciales para darle crédito a la razón de que lo que hacían era por el bien de la humanidad.

Algunos judíos lograron sobrevivir a todas las vicisitudes y genocidios y por fin han conseguido tener un Estado para protegerse de las persecuciones y los asesinatos. Los antisionistas no les perdonan que tengan un país democrático y los judeofobos tienen que inventar infundios criminales como la ONU lo hizo en su resolución 3379, donde “el sionismo es una forma de racismo y discriminación racial”. Y todavía algunos intelectuales Premios Nobel como José Saramago y Mario Vargas Llosa arremeten escribiendo panfletos incendiarios y equiparando a Israel con la Alemania Nazi.

Todo ha sido una constante repetición de la judeofobia religiosa y de la ilustración de cada época, con nuevos mitos y teorías que Richard Wagner lo expresó categóricamente en su libelo, “el Judaísmo de la Música” y que los judíos llevarían a la ruina a los alemanes.

El mundo ha vivido constantes guerras religiosas por querer destruir al padre del monoteísmo, del cual han salidos otras religiones que han querido y desean conquistar el mundo utilizando la Guerra Santa o la música.