La última novela de Isaac Frankel, Manzanas Sagradas (Sacred Apples), explora una intersección fascinante entre el judaísmo, el cristianismo y el Islam. La trama se sitúa en Jerusalén.

Imitando el estilo del Talmud y la Biblia, Frankel toma fragmentos de los textos sagrados y mezclan su tono formal. El lenguaje que logra en la novela, evoca la atmosfera religiosa y la herencia de Jerusalén exitosamente. La historia se centra en un joven sacerdote católico, el padre José, quien a través de sus amistades y conocidos nos presenta una variedad inmensa de personajes religiosos.

Una de las relaciones más conmovedoras del libro es la que tiene el protagonista con un rabino Haredi (ortodoxo) que vive en Mea Shearim (barrio más ortodoxo de Jerusalén). Los cuales consolidan una amistad duradera, a pesar del rechazo que sienten de sus comunidades, y en última instancia, la confianza que tienen en la gente, sin importar su pasado religioso, es lo que con un giro de tuerca termina por salvar la vida del Padre José.

Frankel mismo es un judío observante, que visita regularmente un monasterio cerca de su casa en Portland, Oregón. Logra crear personajes cuyas relaciones complejas entre ellos retratan el valor de estar abierto a tradiciones religiosas diferentes de la propia.

Fuente: Jewniverse