El pasaje de Sodoma y Gomorra ha de ser de los más mal interpretados de toda la Torá. Varios intelectuales lo han usado para hablar de la crueldad divina, de un D-os que castiga y se olvida de sus criaturas, entre otros ataques. Muchos creen que la ciudad fue quemada por su sexualidad abierta, cuando las escrituras nos enseñan otra forma de interpretarlo: Sodoma y Gomorra fueron deshechas por la crueldad de sus habitantes; porque eran incapaces de hacer un acto de hospitalidad con los viajeros o un acto de bondad con el prójimo.

En este discurso el rabino Yaacob Menken nos habla de cómo el pasaje de los ángeles y Lot muestra otra cara de esta sociedad y de por qué la Torá nos ordena separarnos de las masas para separarnos del mal. Según muestra este pasaje, no hay peor daño que el que se hace de forma masiva incitando a las multitudes a odiar.

No sigas al ganado.

Cuando Abraham y Lot se separaron, Lot se estableció en la tierra fértil que rodeaba la ciudad de Sodoma, pero mantuvo contacto con la tierra sagrada y generosa que le había dado su tío [Abraham]. De tal forma que cuando los dos ángeles se acercaron a las puertas de la ciudad, él se levantó para saludarlos e invitarlos como huéspedes a su casa.

Este acto fue mal visto por los habitantes de Sodoma, quienes veían a la hospitalidad como un crimen. La Torá nos dice que los hombres de la ciudad se reunieron alrededor de la casa para asaltar y maltratar a los visitantes. Llegaron “desde el joven hasta el viejo, todo el pueblo desde todo extremo” (Gen 19:4). Rashi nos explica que este verso significa que nadie en la ciudad, ni una sola persona objetó en contra de lo que estaba por suceder. Esa era la cotidianidad de ciudad.

Lo ángeles ordenaron a Lot que escapará por su vida, y el obedeció. Le advirtieron que no debía voltear hacia atrás y cuando su esposa rompió la advertencia se convirtió en “una columna de sal” (Gen 19:26). ¿Qué significa esto? ¿Sólo por ser curiosa y ver sobre su hombro fue asesinada y convertida en un pilar de sal?

El midrash, citado por Rashi, explica que debemos ver con mayor profundidad este pasaje. Se convirtió en una columna de sal porque había cometido pecados con sal. ¿Cuál fue su crimen? Lot le pidió darle sal a sus invitados y ella se negó respondiendo “¿quieres que este acto malvado también se vuelva costumbre del lugar?”

Estaba tan influida por la cultura sodomita que al igual que los demás, veía el acto de recibir huéspedes como malvado. Había internalizado la inversión moral de Sodoma.

Así que cuando estaban escapando de Sodoma, mientras Lot corría lo más rápido que podía para salir de ese lugar, ella todavía se dio el lujo de voltear hacia la ciudad, no por curiosidad de saber qué era lo que pasaba, sino porque no quería irse. Anhelaba regresar a Sodoma.

Este es el poder del pensamiento en masa. Cuando Hitler alcanzó el poder en Alemania, promovió la barbaridad y la crueldad como muestra de “fortaleza” y causó rechazo a la conciencia como muestra de “suciedad judía”. Y miles de personas lo siguieron mientras convertía la moralidad en debilidad y la maldad en bondad.

En el mismo verso en que la Torá nos dice que sigamos las costumbres que la mayoría acepta, también nos dice que no sigamos a las masas para hacer el mal (Éxodo 23:2). En las palabras sencillas del verso podemos encontrar una lección valiosa. Si alguien te dice que debes seguir el rebaño debes responderle: no debemos seguir a las masas para hacer el mal. Sólo cuando hay discusión entre los sabios, entre la gente correcta sobre cuál es el camino adecuado que se debe tomar, entonces uno debe seguir lo que la mayoría de esas personas piensan. De otra forma, debemos enfrentarnos a la mayoría para defender lo que es correcto.

Fuente: Project Genesis