Algo le sabe la Biblia a la geopolítica del Medio Oriente. Por sorprendente que parezca, ahí está el relato de la primera batalla entre el pueblo de Israel (en potencia) contra Irán y sus aliados.

“Aconteció en los días de Amrafel rey de Sinar, Ariok rey de Elasar, Kedarlaomer rey de Elam, y Tidal rey de Goim, que estos hicieron guerra contra Bera rey de Sodoma, contra Brisa rey de Gomorra, contra Sinab rey de Adma, contra Semeber rey de Zeboim, y contra el rey de Bela, la cual es Zohar. Todos estos se juntaron en el valle de Sidim, que es el Mar Salado. Doce años habían servido a Kedarlaomer, y en el decimotercero se rebelaron.

“Y en el año decimocuarto vino Kedarlaomer, y los reyes que estaban de su parte, y derrotaron a los reaim en Astarot Karnaim, a los zuzim en Ham, a los emim en Save-Kiriataim, y a los horim en el monte de Seir, hasta la llanura de Parán, que está junto al desierto. Y volvieron y vinieron a En-Mishpat, que es Kadesh, y devastaron todo el país de los amalakim, y también al amorreo que habitaba en Hazezontamar.

“Y salieron el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de Adma, el rey de Zeboim, y el rey de Bela, que es Zohar, y ordenaron contra ellos batalla en el valle de Sidim; esto es, contra Kedarlaomer rey de Elam, Tidal rey de Goim, Amrafel rey de Sinar, y Arioc rey de Elasar; cuatro reyes contra cinco. Y el valle de Sidim estaba lleno de pozos de asfalto, y cuando huyeron el rey de Sodoma y el de Gomorra, algunos cayeron allí; y los demás huyeron al monte. Y tomaron toda la riqueza de Sodoma y de Gomorra, y todas sus provisiones, y se fueron. Tomaron también a Lot, hijo del hermano de Abram, que moraba en Sodoma, y sus bienes, y se fueron”.

Bereshit (Génesis) 14:1-12

El relato es bien conocido. Es el famoso episodio en el que Lot es tomado como rehén, y su tío Abram —presentado aquí como un excelente guerrero— lo libera.

Como muchos otros pasajes de la Biblia, este párrafo está lleno de referencias geográficas que hoy nos resultan bastante oscuras. Por ejemplo, está claro que Sinar es una posible “corrupción” (lingüística) de Sumer, así que no resulta tan difícil ubicar el reinado de Amrafel (aunque este nombre no es sumerio, y tiene lógica; para las épocas de Abraham, la cultura sumeria tenía unos dos o tres siglos de haber colapsado y desaparecido). Aparte, podemos identificar también la zona de Sodoma y Gomorra, cuya descripción en el célebre relato de su destrucción nos hace relacionarla con los rumbos de eso que hoy llamamos Mar Muerto. La idea se refuerza con un detalle de este relato: se menciona que los reyes de Sodoma y Gomorra se reunieron con sus aliados en “el valle de Sidim, que es el Mar Salado”. El nombre Sidim es oscuro, pero no hay dudas sobre qué es el Mar Salado: nuestro ya mencionado y tan querido Mar Muerto.

Todo el relato gira en torno al rey Kedarlaomer, de quien se dice había sometido durante doce años a varios reyes de la zona de Canaán, y el choque de ejércitos se dio porque estos últimos se rebelaron.

Aquí viene lo interesante: Kedarlaomer era rey de Elam, y ese lugar no es otro país sino el actual Irán. Así que todo esto se trata de un antecesor de los ayatolas juntando a sus aliados y lanzándose a una campaña militar para conquistar lo que hoy es Israel.

Su primer ataque fue —adivinen en dónde— en la zona sur (sí, más o menos hacia el rumbo de Gaza). El texto nos habla de batallas que son difíciles de ubicar geográficamente: Astarot Karnaim, Ham, y Save Kiriataim. Pero no tenemos problemas con la ubicación del Monte de Seir y la región de Amalek. Son zonas que se ubican en lo que hoy es el paso de Egipto hacia Israel (Amalek), y la ruta por el norte del Neguev que da hacia la frontera con Jordania y hacia Arabia Saudita.

O sea, los rumbos de Gaza y un poco más hacia el este.

Son datos bizarros, porque de pronto hay detalles que se antojan inverosímiles. Por ejemplo, se nos dice que los horim (horreos o hurritas) fueron derrotados en Seir. Pero los hurritas (también llamados mitanios) eran del norte, de una región fronteriza entre Siria y Turquía. ¿Qué andaban haciendo tan hacia el sur?

Hay una posibilidad que resulta muy sugerente: está perfectamente documentado que hubo clanes hebreos de origen hurrita-mitanio (en realidad, de todos los orígenes habidos y por haber en esos lugares y en esos tiempos), y que entre estos clanes hubo muy buenos guerreros que prestaban sus servicios como mercenarios. Además, los hebreos eran nómadas, así que los podíamos encontrar en cualquier lugar.

¿Acaso la rebelión contra el rey iraní (perdón, elamita) Kedarlaomer fue un levantamiento de clanes hebreos? O, por lo menos, un levantamiento reforzado por mercenarios hebreos.

Suena verosímil porque también se dice que Kedarlaomer y sus secuaces atacaron a los amorrim (amorreos), y es un hecho que también hubo amplios contingentes hebreos de ese origen.

Así que estamos hablando de un conflicto en el antiguo Medio Oriente, en el que una coalición dirigida por Elam (Irán), se confronta contra hebreos de la zona de Canaán.

Vaya relato tan vigente y tan actual.

Y, además, después de su primera incursión que deja devastadas varias zonas hacia la zona que está entre Egipto e Israel, secuestran gente. Y uno de ellos es Lot.

“Y vino uno de los que escaparon, y lo anuncia a Abram el Hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo, hermano de Eshkol y hermano de Aner, los uales eran aliados de Abram”.

Bereshit 14:13.

Se refuerza la hipótesis de que esto fue un conflicto entre iraníes y hebreos. De hecho, esta es la única vez que a Abram se le llama “el hebreo” (las otras cinco veces que se usa ese apelativo en el libro de Bereshit, es en relación a Yosef), y además se le menciona como “cómplice” de Mamre, Aner y Eshkol, tres hermanos amorreos. Como ya dijimos, hubo muchos clanes hebreos de origen amorreo.

Visto así el panorama, todo esto se trata de un rey iraní y sus aliados que atacan a los hebreos del sur de Israel, toman rehenes hebreos, y luego alguien va y le avisa a los hebreos libres que hay un problema”.

El tema de la libertad fue crucial para los antiguos hebreos. Una de las razones por las cuales no eran vistos entre sumerios y acadios, fue que no respetaban el derecho de propiedad esclavista. Si un esclavo escaba y llegaba con hebreos, estos de inmediato lo declaraban hombre libre, en vez de devolverlo a sus amos, algo que iba en contra de todos los usos y costumbres “civilizados” de la zona y de la época.

Esta práctica ancestral está perfectamente reflejada en las ordenanzas de la Torá: “No entregarás a su señor el siervo que huyere a ti de su amo. Morará contigo, en medio de ti, en el lugar que escogiere en alguna de tus ciudades donde a bien tuviere; no le oprimirás” (Devarim 23:15-16).

Oyó Abram que su pariente estaba prisionero, y armó a sus criados, los nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y los siguió hasta Dan. Y cayó sobre ellos de noche, él y sus siervos, y les atacó, y les fue siguiendo hasta Hoba, al norte de Damasco. Y recobró todos los bienes, y también a Lot su pariente y sus bienes, y a las mujeres y demás gente” (Bereshit 14:14-16).

La campaña militar de Abram y sus aliados no fue cualquier cosa. Probablemente, la ONU le habría dicho que fue “desproporcionada”. Fue una persecución desde Dan hasta el norte de Damasco. ¿Sabes en dónde se encuentra el antiguo territorio de Dan? Justo al norte de Gaza. Ahí fue donde comenzó la derrota de la coalición iraní. Y, si has leído las noticias, habrás visto que la ciudad que más ha sido bombardeada por Israel después de Gaza, ha sido —mira qué coincidencia— Damasco.

¿Y qué hizo Abram después de la victoria? Nada raro. Lo más lógico tratándose del mejor de todos los patriarcas hebreos: recibir una bendición en Yerushalaim.

“Entonces Malkitzédek, rey de Salem y sacerdote del D-os Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del D-os Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el D-os Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram diezmos de todo”.

Bereshit 14:18-20.

A veces los relatos bíblicos tienen esa singular cualidad de ser desconcertantemente vigentes. Nos hablan de eventos ocurridos hace miles de años y, sin embargo, nos parecen sacados de las últimas noticias.

¿Te parece coincidencia todo esto? Espérate, que falta lo mejor.

Este pasaje es parte de la Parashá Lej Lejá, cuya lectura será este próximo shabat 13 de Jeshván, que corresponde al sábado 28 de octubre. Es decir, pasado mañana.

Suena raro. Hace dos semanas se hizo mucho ruido en las redes sociales con eso de que la Parashá Noaj nos dice que “la tierra se llenó de violencia”, porque la palabra “violencia” en hebreo es Jamas. La tierra se llenó de Jamas, y entonces D-os decidió provocar un diluvio para que Jamas, la violencia, fuese raída de sobre la faz de la tierra.

Coincidencia, por supuesto.

Pero, mira qué cosas, las coincidencias siguen. En la parashá que está concluyendo, Jamas inundó la tierra con violencia, y comenzó el diluvio que lo destruirá. Y en la parashá que vamos a comenzar, Irán y sus aliados serán perseguidos por Abram y sus tropas, y los rehenes serán liberados. Y, de paso, hasta Damasco va a salir embarrada en el asunto.

Luego, celebraremos en Yerushalaim.

No me lo inventé. Así está escrito.


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