Enlace Judío México / Giulio Meotti – Primero, fue la ruta húngara. Luego fue la ruta balcánica. Ahora, Italia es el epicentro de este terremoto demográfico y se ha vuelto el punto débil de Europa, mientras llegan cientos de miles de migrantes llegan.

Con casi 10 mil llegadas en un periodo reciente de 3 días, el número de migrantes ha excedido los 60 mil. Un 48% más que en el mismo periodo del año pasado cuando fueron 40 mil. Durante el fin de semana de Pascua un número récord de 8 mil migrantes fueron rescatados en el Mediterráneo y fueron traídos a Italia. Y eso es solamente la punta del iceberg; durante el verano, el número de llegadas desde Libia se incrementará.

Un reemplazo de la población se está llevando a cabo en Italia. Pero si uno abre los diarios principales, apenas y se puede dar uno cuenta de estas cifras. Ninguna estación de televisión le ha dedicado algo de tiempo a lo que está ocurriendo. Ninguna crítica es permitida. La invasión es considerada un hecho consumado.

En 2016, 176 554 migrantes desembarcaron en Italia (un incremento de 8 veces  desde el año 2014). En 2015, había 103 792. En 2014, había 66 066. En 2013, había solamente 22 118. En los últimos cuatro años, 427 000 migrantes alcanzaron Italia. Y solamente en los primeros cinco meses de este año, Italia recibió 10% del total del número de migrantes de los últimos cuatro años.

Estos son días en los que la marina italiana y la guardia costera rescatan 1 700 migrantes en 24 horas. El país está exhausto. Existen pueblos italianos en los que una décima parte de la población está ya compuesta de nuevos migrantes. Estamos hablando de pequeños pueblos de 220 residentes y 40 migrantes.

Uno de los mayores aspectos de esta revolución demográfica es que está tomando lugar en un país que esta envejeciendo dramáticamente. De acuerdo con un nuevo reporte del Instituto Central de Estadistica italiano, la población del país descenderá a 53.7 millones para la mitad del siglo. Una perdida de 7 millones de personas. Italia, que tiene uno de los índices de fertilidad más bajos en el mundo, perderá entre 600 y 800 mil ciudadanos cada año. Los inmigrantes incrementarán en número en más de 14 millones, alrededor de un cuarto de la población. Pero en el escenario más pesimista, la población italiana podría caer hasta 46 millones, una pérdida de 14 millones de personas.

En el año 2050, un tercio de la población de Italia se comprondrá de extranjeros, de acuerdo a un reporte de la ONU titulado “Migración de reemplazo; una solución para el declive y el envejecimiento de las poblaciones“, que proyecta un crisol que podría explotar en tensiones culturales y sociales. El número de llegadas caerá de 300 mil a 270 mil individuos por año para 2065; durante el mismo periodo, se espera que 14.4 millones de personas lleguen. Añadiéndose a los más de 5 millones de inmigrantes actualmente en Italia, 37% de la población se espera que sean extranjeros: más de uno de cada tres habitantes.

Además, el sistema de ayuda humanitaria ha sido golpeado por nuevos escándalos. “La hipótesis de investigación por ser verificada es que sujetos ligados al ISIS actúan como un soporte logístico para las corrientes de migración”, fue una advertencia emitida en frente del Comité Schengen, al fiscal de anti mafia italiana y contraterrorista, Franco Roberti. Hay por el momento jueces investigando la conexión entre los traficantes de migrantes en el norte de África y las ONG italianas rescatándolos en el Mediterráneo. Los traficantes de personas traen a migrantes a los barcos de las ONG, que entonces alcanzan los puertos italianos. Otra investigación legal ha sido abierta sobre los intereses económicos de la mafia en manejar a los migrantes después de su llegada.

Solo al 2.65% de esos migrantes que llegaron a Italia se les otorgó asilo debido a que eran refugiados genuinos, de acuerdo a las Naciones Unidas. Los demás aparentemente no estaban huyendo de guerras o de genocidio. Y a pesar de toda esta evidencia, uno no puede comparar a los migrantes con los judíos huyendo del Nazismo. El Papa Francisco, por ejemplo, recientemente comparó los centros de migrantes con los “campos de concentración” nazis. Uno se pregunta dónde están las cámaras de gas, los “experimentos” médicos, los crematorios, el trabajo esclavo, las marchas forzadas y los escuadrones de fusilamiento.

Los diarios italianos publican artículos sobre el “Holocausto mediterráneo”, comparando a los migrantes que fallecen tratando de alcanzar el sur de Italia con los judíos gaseados en Auschwitz. Otro periodista, Gad Lerner, que apoya a los migrantes, describió su condición con la misma acuñada por los nazis en contra de los judíos: Untermensch (seres humanos inferiores). Estas comparaciones son divulgados por los medios de comunicación por una precisa razón: hacer oídos sordos al debate.

Para entender cuán vergonzosas son estas comparaciones, tenemos que echar un vistazo al costo de cada migrante para el fisco de Italia. Los inmigrantes, una vez registrados, reciben al mes un ingreso de 900 euros por mes (30 euros al día para sus gastos personales). Otros 900 euros va para los italianos que les dan hospedaje. Y 600 euros son necesitados para cubrir costos de seguros. En total cada migrante le cuesta 2, 400 euros por mes a Italia. Un policía recibe la mitad de esa suma. Y un voluntario naval que rescata a esos migrantes recibe un estipendio de 900 euros al mes. ¿Acaso eran los nazis tan amables con su judíos Untermenschen?

El costo de los migrantes a las finanzas públicas de Italia es ya inmenso y destruirá la posibilidad de cualquier crecimiento económico. “El impacto general en el presupuesto italiano por el gasto en migrantes es actualmente estimado en 2.6 miles de millones de euros para 2015, se espera que de 3.3 miles de millones de euros para 2016 y de 4.2 miles de millones para 2017, en el actual escenario”, explica el ministro de Economía. Si uno desea poner esto en proporción, estos números dan una clara idea de cuánto está gastando Italia en esta crisis: en 2017, el gobierno gastó 1.9 mil millones de euros para pensiones, pero 4.2 mil millones de euros para migrantes, y 4.5 mil millones de euros para el plan nacional de vivienda contra 4.2 mil millones de euros para los migrantes.

Los cánones culturales italianos están hoy totalmente localizados en el respaldo a la migración masiva. El filme italiano nominado a los Premios de la Academia el año pasado se trató de “Fuego en el agua”, en la cual el personaje principal es un doctor que atiende a los migrantes después de su llegada. El Primer Ministro Matteo Renzi cargó consigo 27 DVD de la película a una sesión del Consejo Europeo. Los canales comerciales de televisión de Italia producen muchos programas acerca de los migrantes, como “Lampedusa”, por el nombre de la isla italiana. Cien mil italianos tomaron las calles de Milán por un “mitin de solidaridad” con los migrantes. ¿Qué solidaridad puede existir si medio millón de personas han sido rescatadas por el gobierno italiano y el país entero parece determinado a abrir sus puertas a todo el norte de África?

Winston Churchill estaba convencido de que el Mediterráneo era el “tenue punto débil” de Hitler en Europa. Ahora se ha vuelto el tenue punto débil de la transformación de Europa en Eurabia.

Fuente: Gatestone Institute