Enlace Judío México – Oren Almog, quien perdió a cinco miembros de su familia y quedó ciego por un ataque terrorista que dejó 21 muertos y 51 heridos en el restaurante Maxim de Haifa en 2003, se dirigirá al Consejo de Seguridad de la ONU el próximo mes como parte de la campaña del gobierno israelí contra los pagos de la Autoridad Palestina a terroristas condenados.

ITAMAR EICHNER

El viaje es iniciativa del embajador de Israel ante las Naciones Unidas, Danny Danon, en cooperación con la organización pro-Israel StandWithUs.

“Los responsables del asesinato de mi familia reciben un pago mensual de la Autoridad Palestina”, dijo Almog. “El liderazgo palestino habla de paz con el mundo, pero paga a los terroristas y a sus familias. Ese es un apoyo explícito al asesinato de inocentes. Iré a la ONU y pediré a la comunidad internacional poner fin a esa financiación y prevenir futuros ataques terroristas”.

El atentado suicida en el restaurante Maxim fue perpetrado por Hanadi Jaradat, quien se inmoló en un acto de venganza por la muerte de su primo y de su hermano menor, ambos miembros de la Yihad Islámica. Su primo también pertenecía a las Brigadas Al-Quds.

Según fuentes policiales de Haifa, entre las víctimas del atentado había dos familias y cuatro niños, entre ellos un bebé de dos meses de edad.

El padre de Oren, Moshe Almog, su hermano Tomer, su abuelo Zeev, su abuela Ruth y su primo Asaf perecieron en el ataque. Su madre, su hermana y su tía resultaron heridas. La persona que planeó el ataque, y el hombre que ayudó a la mujer terrorista a ejecutar el atentado fueron sentenciados a décadas de prisión, pero reciben 3,000 dólares mensuales de la AP.

Almog, que tenía 10 años en el momento del ataque, resultó gravemente herido y quedó ciego. Al salir del hospital, comenzó un largo proceso de rehabilitación, al final del cual ganó tercer lugar en el Campeonato Internacional de Vela para Ciegos. Posteriormente, a pesar de sus limitaciones, insistió en alistarse a las FDI y sirvió en una unidad de élite.

Tras su liberación fundó un fondo tecnológico, y hoy trabaja para Etgarim: la Asociación Israelí para Discapacitados, se dedica a dar ponencias en las que relata su historia personal y participa en el desarrollo de varios proyectos.

Almog no es la primera víctima del terrorismo que habla en las Naciones Unidas en contra de la financiación de terroristas por parte de la AP. En mayo, Ruth Schwartz, madre del difunto Ezra Schwartz, ciudadano estadounidense asesinado en el ataque de Gush Etzion en noviembre de 2015, viajó a la ONU y pidió que se detuvieran los pagos a la familia del terrorista que asesinó a su hijo.

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