Enñlace Judío México – Durante el Congreso anual de la Asociación de Estudios Judaicos Latinoamericanos (LAJSA), la doctora Yael Siman, Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Iberoamericana, Doctora en Ciencias Políticas por la Universidad de Chicago y becaria Fulbright, habló entre otras cosas de la labor de Enlace Judío en el combate al antisemitismo.

 

La Dra. Siman habló en su conferencia “El conflicto palestino-israelí en la prensa mexicana” sobre el caso que ocurrió hace cuatro años en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, cuando la arquitecta Raquel Rodríguez, del Colectivo de Solidaridad con Palestina, en un foro organizado por la Universidad, alegó que el Holocausto no sucedió, entre otras declaraciones antisemitas: “si fuera cierto lo del Holocausto y hubieran matado así a millones de judíos, ya tuviéramos la suerte de que no hubieran más judíos en este planeta. Ellos dominan a todo el ámbito, los medios, consignas todo eso. Hoy en día hay que tener cuidado con México porque hoy en día todas las empresas inmobiliarias que están funcionando en México son de judíos. Los judíos han captado en este momento toda el área inmobiliaria y construyen y tenemos la suerte enorme que fue elegido como Secretario de SEDUVI un judío Simón Newman o sea que estamos, miren como estamos… A nosotros quizá no nos maten a la gente pero nos van a matar el Medio Ambiente, nuestras áreas verdes, nuestras colonias, nuestros espacios…”.

Las cámaras de Enlace Judío dejaron constancia de estas declaraciones, y estas imágenes se usaron para presentar una denuncia ante la Comisión para Prevenir la Discriminación. A raíz de esta denuncia, la COPRED emitió una opinión jurídica al respecto que sentó un precedente en México para el combate a la discriminación en todas sus formas y más específicamente al antisemitismo.

Para leer el reportaje sobre este caso y sus consecuencias, puedes leer nuestra cobertura en estos enlaces.

La Dra. Siman dijo en su conferencia:

A diferencia de otros casos, Enlace Judío y Tribuna Israelita también se movilizaron en conjunto con el COPRED (Consejo para Prevenir y Erradicar la Discriminación) que emitió una resolución en la que exige a la maestra que se disculpe públicamente y que además se organice un foro sobre el conflicto palestino israelí para poder tener una discusión plural.

Observamos tanto patrones recurrentes como cambios en la radicalización del discurso a través de las redes sociales por una serie de razones diferentes. Incluso alguien como Jalife que en la prensa se mesuraba más, se vuelca a las redes sociales y entonces su discurso se vuelve mucho más abiertamente prejuicioso, como usando un signo de $ para escribir la S en la palabra “ashkenazi” o “judíos”.

El antisemitismo en México y América Latina, una esclarecedora conferencia

Además de referirse a este caso específico, en su ponencia habló en términos generales del antisemitismo en México y América Latina, y mencionó que está basada en un libro escrito a cuatro manos con la Dra. Judith Bokser.

“Con frecuencia se expresa una fuerte preocupación acerca del antisemitismo como un fenómeno permanente en América Latina. Es indudable que la historia de la región y su legado, incluida la Inquisición, la Conquista y la emergencia de los nacionalismos entre otros fenómenos, explican en gran medida los orígenes de esta percepción.

Sin embargo, las interpretaciones sobre el antisemitismo en Latinoamérica deben considerar las profundas diferencias en cuanto al menos tres aspectos fundamentales: el momento histórico, el sitio geográfico y las formas de expresión.

En este sentido es importante considerar las condiciones sociopolíticas, económicas y culturales que favorecen el antisemitismo en un momento y en un sitio particular; y en segundo lugar, las manifestaciones de antisemitismo o sus modalidades de expresión en cada uno de los momentos históricos.

Ambas permiten entender el tipo de antisemitismo y otros fenómenos con los que este se relaciona especialmente en las últimas décadas, como el antisionismo y el anti-israelismo. Estos a la vez se distinguen fundamentalmente de posturas críticas frente a las políticas gubernamentales de Israel relacionadas con los palestinos.

Elaboramos un modelo en el que podemos observar que antisemitismo, antisionismo y anti-israelismo son tres fenómenos con autonomía pero que a la vez se interconectan o que tienen traslapes o reenvíos de significado. A la vez el modelo muestra como entre los factores, mecanismos causales o las fuentes que nutren estos fenómenos se encuentran por un lado el odio hacia el judío, el racismo biológico, el prejuicio hacia el Estado de Israel, el rechazo ideológico y político al derecho político de los judíos a un Estado propio, movimientos culturales y códigos culturales transnacionales como el anti-imperialismo, el antirracismo o la antiglobalización, además de intereses políticos o estratégicos.

Junto a ello es importante considerar las condiciones sociopolíticas, culturales y económicas a nivel nacional, regional y global. Los legados históricos, las condiciones comunales, es decir el tipo de integración y de participación, el status legítimo o no en la esfera pública de una comunidad particular y los diferentes sectores sociales.

Por el otro lado tenemos como resultados o escenarios posibles, la deslegitimación de Israel como estado judío, el judío como sujeto y como miembro de una colectividad, y del sionismo como movimiento ideológico y nacional judío. Este proceso de deslegitimación normaliza la hostilidad hacia Israel, hacia los judíos y hacia el sionismo, estableciendo nuevos umbrales para aquello que es considerado comprensible, aceptable y legítimo.

En relación al judío como sujeto y como miembro de una colectividad nacional, por ejemplo, se le humaniza a través de su legitimación y se le deshumaniza en el proceso contrario. Algo similar ocurre con el sionismo cuando se le reconoce como movimiento nacional judío, con reivindicaciones justas, o en su caso opuesto cuando este es equiparado con el colonialismo o el racismo, y paradójicamente, tanto con el comunismo como con el capitalismo.

O cuando se le concibe como un movimiento homogéneo sin tomar en cuenta su diferenciación interna o el que sea un movimiento de renacimiento cultural o de reforma socioeconómica entre otras posibilidades. En este caso se proyecta en el judío, en el Estado de Israel, en el sionismo o dependiendo del fenómeno que se trate, un carácter esencialista mediado fuertemente por el prejuicio.

Pero no es la única posibilidad en los resultados o en los escenarios. Quisiera citar a Judith Bokser en un trabajo previo sobre lo que implica un proceso de deslegitimación: “la elaboración de referentes ideológicos simbólicos los cuales cuestionan los fundamentos y los objetivos del sionismo como incompatibles con las creencias y el sistema de valores de la comunidad internacional”. Estos van desde el uso de estándares dobles, representar de manera no contextualizada al Estado de Israel y a sus políticas, entre otras cosas.

En un segundo resultado, es la emergencia de movimientos, agrupaciones o sectores sociales, culturales o políticos, que a diferencia de la deslegitimación, se refieren al terreno de lo discursivo y lo simbólico. En este caso se configuran movimientos y agrupaciones sociales y políticas que cuestionan en un caso extremo el derecho del judío a existir o su derecho a la autodeterminación, o en el caso de Israel la posibilidad que el estado judío tiene de existir y convivir armónicamente con otras naciones.

Algunos de estos movimientos o agrupaciones surgieron en México en los años 30 para promover posturas antijudías y políticas migratorias restrictivas. La emergencia de la “Liga antichina y antijudía” o la presencia de individuos o también de sectores antisemitas al interior del gobierno, son ejemplos de la configuración de antisemitismo en el contexto nacional mexicano que precedió pero que también acompañó al Holocausto.

En los años 70, México votó a favor de la resolución de la ONU que equiparaba al sionismo con el racismo en convergencia también con estas posturas globales en contra del imperialismo y del racismo. En nuestro siglo existen movimientos transnacionales que también proponen sancionar y marginar al Estado de Israel y que tienden a movilizarse en torno a ejes ideológicos y políticos como la oposición a la globalización.

Por otro lado, existen acciones concretas de violencia, que si nos vamos históricamente al periodo de la década de los años 20 y 30, encontramos por ejemplo la expulsión de 250 comerciantes judíos del mercado de la Lagunilla o una huelga en contra del comercio extranjero y la proclamación del Día Nacional del Comercio el 1º de junio de 1931.

Sin embargo, cabe mencionar que en el análisis que hicimos de la prensa mexicana a lo largo de tres momentos históricos, los incidentes o actos violentos en contra de la comunidad judía en México o de algún blanco que simboliza al Estado de Israel, como podría ser una embajada, son aislados y poco frecuentes. En México ha prevalecido, y podríamos decir que es uno de los patrones recurrentes, un antisemitismo, un antisionismo y un anti-israelismo más bien de tipo simbólico y discursivo.

Como mencioné, en mi modelo podemos ver que hay traslapes o reenvíos de significado. Tomaré unos ejemplos. El prejuicio antijudío puede extenderse al rechazo del Estado de Israel como expresión colectiva de la condición judía.

Por su parte, la concepción del sionismo como movimiento colonial racista e imperialista puede reforzar, sobre todo si se usan analogías, metáforas y ciertas imágenes, como la imagen del judío como un sujeto conspirador y controlador, aun cuando la motivación no sea antisemita, porque siempre es difícil saber si la motivación del editorialista o del caricaturista es antisemita. Una formulación esencialista del estado judío o del sionismo puede tener un impacto negativo en la percepción que tiene la opinión pública acerca del judío.

Por otro lado, una crítica a una política particular puede devenir en una argumentación de tipo esencialista llena de prejuicios, y todo esto lo hemos visto en la prensa mexicana.

Un ejemplo: “Al fin despierta Israel” de El País, que aunque no es mexicano se lee ampliamente en nuestro país, inicia con una crítica frente a la política de Netanyahu en torno a la transición democrática en Egipto, “lo que haría más difícil para el Primer Ministro avanzar su visión estratégica de un continuo estado expansionista”. Ahí es donde esta esa línea quizás fina entre una crítica a una política de Netanyahu, pero la sugerencia también a veces implícita o sofisticada de que el Estado de Israel es un estado expansionista.

Una pancarta de protesta de la coordinadora de Solidaridad Palestina que dice: “¿Sabes algo del Holocausto? Israel hace lo mismo”. Los palestinos usan este tema de la inversión del Holocausto.

Existe información de Tribuna Israelita que muestra que el número total de notas tiende a aumentar cuando el conflicto palestino israelí explota en un episodio violento, pero también así mismo el número de notas negativas clasificadas por Tribuna ocupan un 31% del total. Tampoco estamos hablando de una prensa que en su vasta mayoría representa al sionismo o al Estado de Israel o al judío de esta manera, pero sí tiene un porcentaje importante.

También los altibajos marcados en la prensa con los datos de Tribuna, vemos por ejemplo los casos de “Operación Plomo Fundido” y el incidente de la flotilla palestina, donde pudieron haber jugado otros factores. La “Operación Margen Protector” con 706 notas negativas y “Operación Pilar Defensivo” con un número menor de notas.

Y tres eventos paradigmáticos de antisemitismo en México: el primero, fue el ataque de un hombre empresario judío, Miguel Sacal en el año 2012. Podemos ver cómo la Revista Proceso dice “El empresario de origen judío” (y yo pongo lo de judío en negritas para que vieran cómo se hace explícito su origen). Después vemos cómo esto pasa a las Redes Sociales y cómo se desata en Twitter y se vuelve un trending topic con el hashtag “#MiguelSacal” “#GentlemanDeLasLomas” y “#ValetParking”.

Otro incidente que ha sido recurrente son las posturas de Alfredo Jalife Rahme de todos los días de su página de Twitter. Uno no puede acceder a su cuenta de Twitter si él no te acepta. Tiene alrededor de 20 mil seguidores y entiendo que recientemente está menos activo en cuanto a sus elaboraciones donde se puede ver el traslape de antisemitismo y antisionismo.