RABBI SIMCHA BACKMAN

Enlace Judío – De acuerdo a al Midrash Tanjuma (Perashá Nasso) D-os quería “una morada en los mundos inferiores”. Los “mundos inferiores” son nuestro universo físico (en contraste con los mundos espirituales “superiores”). D-os quería un universo físico en el cual pudiera ser visto únicamente con la mente, no con los ojos. Él quería que el hombre lo encontrará e hiciera del universo físico un lugar espiritual “la morada de D-os” – donde D-os sea evidente a todos los ojos. Y por eso le dio la Torá, para que el hombre aprendiera a hacer lo físico espiritual.

Ahora ¿por qué D-os quería una morada en los mundos inferiores? Esta pregunta tiene varias respuestas:

1. El abc de la creación del Universo según la Cabalá.

La creación del mundo es uno de los temas más explorados en el jasidismo y la Cabalá. Como lo explican varios estudiosos en distintos tratados sucedió un proceso espiritual y evolucionario previo a que el universo físico empezará a existir.

Él quería que el Hombre lo encontrará, e hiciera del mundo físico un lugar espiritual… por ello le dio su Torá, para que el hombre aprendiera cómo hacer de lo físico, espiritual

Como el oxígeno, cuyo estado natural es gaseoso y debe ser condensado, enfriado y concentrado para convertirse en líquido, y debe sufrir aún más procesos químicos para hacerse sólido, el universo físico surgió de la infinitud de D-os tras una cadena de eventos espirituales.

D-os primero creó un espacio vacío, un hueco dentro de Su Luz infinita y le inyectó cierta energía espiritual con toda la información necesaria para crear el mundo, como una especie de rayo láser metafórico. Este mismo rayo después formó una esfera en su punta, como una gran burbuja al final del popote que la forma, a esta burbuja se le llama “Atzilut” o Emanación; es la primera de las cuatro zonas de energías (o mundos espirituales) que existen. Un segundo rayo láser surgió del interior de la burbuja se expandió hacia adentro y formo una segunda burbuja al interior de la primera, del “Atzilut”. A la burbuja interna se le llama “Briá”, o Generación, la segunda zona de energía.

De la misma manera fueron formadas las subsecuentes zonas de energía: Yetzirá (Formación) y Asiyá (Creación), cada una se colocó en relación a la anterior como la capa de una cebolla. Y dentro de la Asiayá (la última zona de energía mencionada), la última evolución de la energía divina cruzo las barreras que separaban lo espiritual de lo físico y se manifestó dentro de lo que se llama “Asiyá Gashmit”, la Creación Física. “Asiyá Gashmit” es el universo físico tal cual lo conocemos. (1)

2. Perfectamente imperfecto. ¿Por qué estamos aquí?

En las dimensiones espirituales que rebasan nuestra imaginación, D-os es la Realidad. En los mundos de Atzilut, Briá y Yetzirá, sólo existe la Luz. Todo es perfecto. Sólo en Asiyá Gashmit, aquí en nuestra Tierra, existen los opuestos: luz y oscuridad, bien y mal, felicidad y dolor, vida y muerte. Estamos aquí para hacer de la oscuridad la luz. Para convertir el dolor en alegría, para convertir el mismo mal en bien. Por encima de nosotros, en los otros mundos, eso ya está hecho. Aquí nos toca a nosotros hacerlo. Por eso estamos aquí, para hacer de este mundo imperfecto perfecto.

3. No pudo haberlo hecho Él mismo

Sí. Pero quería que criaturas con pensamiento libre – nosotros – llegáramos a Su puerta desde nuestro propio pensamiento y escogiéramos pasar nuestra vida construyéndole una casa en vez de vivir sin mérito. Para Él no es difícil crear un mundo donde Él es evidente. Pero si nosotros lo hacemos es un gran mérito. Así que creo el mundo por bondad. Para darnos la oportunidad de crear.

¿Pero por qué querría darnos esa oportunidad? Podemos seguir preguntando por qué cien veces más y al final tendremos que aceptar que no lo sabemos, ya que la respuesta sería no sólo compleja, sino que rebasa el entendimiento humano.

Nota: Lo dicho en este pasaje es una forma metafórica de hablar de conceptos metafísicos. Realmente no existieron ni rayos, ni burbujas, ni cebollas.

Fuente: askmoses.com / Traducción: Séfora