Pemex mejora sus resultados en el corto plazo

Al final de julio pasado Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa de mayor tamaño en el país, con una plantilla laboral de alrededor de 126 mil empleados, ingresos por 789.6 mil millones de pesos y una deuda descomunal de casi 100 mil millones de dólares, cuya persistente crisis financiera se agravó desde el 2014 por la caída de los precios internacionales del petróleo y diferentes problemas estructurales en sus áreas operativas y de administración, presentó resultados financieros y operativos al segundo trimestre del 2017 que muestran una mejoría importante en materia de utilidades; en enero-junio de este año la empresa paraestatal registró una utilidad de 112 mil millones de pesos, comparado con una pérdida de 137 mil millones en igual periodo del 2016. En los últimos tres trimestres obtuvo utilidades después de casi 10 años de pérdidas sistemáticas y de deterioro en su patrimonio.

 

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Los buenos resultados de Pemex se debieron en gran medida al sustancial incremento de sus ingresos, 40.0%, en virtud de la recuperación de las cotizaciones del petróleo y del gas a nivel internacional e interno. Asimismo, contribuyó el ajuste de personal, 20 mil en los últimos 5 años; se prevé que este año Pemex recortará 9 mil puestos adicionales. La decisión de reducir la planta laboral o congelar plazas de trabajo provoca pérdida de talento y de la inversión realizada en capital humano.

Por otra parte, el gasto de la paraestatal, ahora denominada por el propio gobierno como empresa productiva, ha experimentado recortes en su presupuesto, 62 mil millones de pesos en el 2015, 100 mil millones el año pasado, previéndose que este año el ajuste será en 100 mil millones adicionales; en el rubro de inversión la baja será de 25.0% y equivaldrá a solo 60.0% del ya bajo promedio invertido en el periodo 2013-2016; ello pondrá en entredicho la operatividad y productividad de la empresa en el futuro.

La producción de petróleo se ubicó en alrededor de 2 millones de barriles diarios, se acentuó la tendencia a la baja que se registra desde principios del 2014, cuando la producción rondaba en 2.5 millones de barriles diarios. Se calcula que la producción petrolera podría subir a 3 millones de barriles diarios después de 5 años o más en la medida que maduren las cuantiosas inversiones de mexicanos y de extranjeros que han llegado y que se contempla seguirán incrementándose como resultado de la Reforma Energética.

En este ámbito, un factor que podría estimular un mayor flujo de inversiones al país, y en particular al sector energético del mismo, es la reciente mejoría en la perspectiva de la deuda mexicana, de las dos principales calificadoras internacionales de negativa a estable; la tercera gran calificadora de riesgos crediticios mantiene la perspectiva de la deuda mexicana como negativa porque sostiene que aún existen riesgos para el país por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El ajuste de las calificadoras se vincula a la buena gestión de las finanzas públicas y a un panorama más positivo para el avance de la economía mexicana este año y en el futuro próximo.

El Director de Pemex, José Antonio González Anaya, señaló que con la colocación de bonos por cinco mil millones de dólares en el mercado en julio pasado, Pemex cubrió las necesidades de financiamiento del 2018; “lo que allanará el camino al siguiente gobierno”, que entrará en funciones en diciembre de ese año; conforme pase el tiempo se van ir cubriendo las necesidades financieras para el 2019.
El analista económico Mariano Ruiz-Funes ha señalado que la administración de Pemex se ha concentrado en atender los problemas financieros, que era una tarea ineludible e inaplazable; no obstante, considera que la opción de reestructura a Pemex reduciéndola cada vez más y “quizá hasta desaparecerla”, no es la más adecuada, sugiere identificar claramente las líneas de negocios rentables y capitalizarlo para hacerla más competitiva.

Donald Trump: 6 meses de una gestión sin brújula

Las grandes líneas de su política han sido rechazadas por el Congreso de EUA y por las personas sensatas; la reforma de salud, (obamacare), la fiscal, y la comercial, entre las principales, en virtud de su incongruencia. Su desequilibrada e incoherente actuación se mantiene, es una persona que se enoja, gesticula y amenaza, es patético y terrorífico.

Resulta preocupante que la democracia de EUA se está debilitando con Trump y “existe un verdadero peligro que este se convierta en un tirano al estilo Putin de Rusia o Erdogán de Turquía, con ello está abriendo el camino para causar no solo daños a EUA, sino a la humanidad, como lo hicieron Hitler o Stalin. Trump está minando las instituciones encargadas de limitar al ejecutivo; ¿habría que imaginar su reacción a un ataque terrorista o de Corea del Norte en suelo estadounidense?

Una clara señal de Trump de anular a la democracia en EUA es neutralizando a la prensa, a la que limita en su derecho legítimo de expresión. Desde su campaña desató “una embestida” sin precedentes contra los medios de comunicación; “son unos perdedores, fabrican falsas noticias”.

El pasado 3 de agosto Trump presentó un plan de inmigración que se fundamenta en la entrega de tarjetas de residencia (Green Cards) a indocumentados por méritos, la cual no daría prioridad a los vínculos familiares. La iniciativa llamada “Raise Act” otorgaría prioridad a los trabajadores calificados y a los cónyuges e hijos menores de edad de ciudadanos y residentes legales permanentes sobre otras personas que quieran entrar a EUA y que tienen lazos de extensión. Este proceso de solicitud competitiva favorecerá a los solicitantes que hablan inglés, se sostienen financieramente y a sus familias y tienen conocimientos que contribuyan a la economía de EUA. ¿Qué pasará con los millones de mexicanos indocumentados que viven muchos años en EUA; no hablan inglés y son trabajadores de baja calificación; los deportarán? El actual sistema de inmigración en EUA durante décadas ha dado prioridad a los lazos familiares, considerándolos vitales para la cohesión social y el progreso de EUA.

En este marco, Trump ha sido muy criticado por su nepotismo y su costoso estilo de vida; sus frecuentes viajes de fin de semana con su familia desde Nueva York o Washington a West Palm Beach, Florida, sede de la residencia de lujo de los Trump, son pagados por los contribuyentes estadounidenses, 3 millones de dólares por cada fin de semana presidencial fuera de la Casa Blanca. Otra costosa erogación es vigilar la Torre Trump en Nueva York, medio millón de dólares diarios.

Por otra parte, Trump consignó antes de asumir la presidencia que saldría muy poco de la Casa Blanca porque “hay mucho que hacer”; una crítica favorita a su predecesor, Obama, era el gasto derivado de sus vacaciones de verano y navidad, así como sus “escapadas a jugar golf”. Este mes, a seis meses de asumir la presidencia, Trump y su séquito familiar están de vacaciones por dos semanas; ello no es malo, sobre todo porque su ausencia significará menos torpezas.

El Muralista Rafael Cauduro

La semana pasada fui con mi amigo y condiscípulo de la carrera de Economía, Rodolfo, visitamos el edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ubicada en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, en donde se inicia la Avenida José María Pino Suárez, en el costado derecho del Palacio Nacional donde empieza la calle de Corregidora. Rodolfo tenía interés de que conociera uno de los murales que alberga la Suprema Corte, el del arquitecto Rafael Cauduro (RC) a quien él conoció hace varios años para negociar la adquisición de uno de sus cuadros. Ya conocía por fuera el edificio de la Suprema Corte porque en la parte trasera estaba la base de los camiones que yo utilizaba para trasladarme de mi casa ubicada en la Colonia Narvarte, en el Sur de la Ciudad, a la Preparatoria #2 de la UNAM en la que estudié secundaria y preparatoria entre 1952 y 1957. Descendía en esa calle posterior y atravesaba por el interior del Palacio Nacional, la parte abierta al público, y llegaba a la calle de la Moneda a la que desembocaba la calle Lic. Primo de Verdad, donde estaba mi escuela; esta última ya no es centro de enseñanza, y frente a ella están los vestigios del Templo Mayor, que en mis tiempos de estudiante no existían en la superficie, estuvieron durante siglos bajo tierra.

El edificio de la Suprema Corte fue inaugurado el 2 de junio de 1941 con la presencia del general Manuel Ávila Camacho, en aquél entonces presidente de México, el edificio es catalogado como Patrimonio de la Nación. Su estructura es de acero y concreto armado; el recubrimiento exterior e interior es de cantera labrada, consta de 4 niveles; la puerta principal de bronce pulido tiene un peso de tres toneladas y media y pertenece al estilo Art Deco y fue realizada por el escultor Ernesto Tamariz. El mural de RC (Ciudad de México 1950) ocupa la escalinata suroeste del edificio que da acceso a los ministros y visitantes, abarca 290 metros cuadrados; la obra está en tres niveles y la integran ocho paneles y fue trabajada en La Tallera, en Cuernavaca, Morelos, que era la casa estudio donde el muralista David Alfaro Siqueiros pasó la última etapa de su vida.

No entiendo cómo el gobierno permitió la obra de RC en la Sede de la Suprema Corte de Justicia, ya que expresa una severa crítica al sistema de impartición de Justicia en el país; RC antes de aceptar la comisión (abierta a concurso) advirtió sobre el tema, que de ser aceptado, habría de ejecutar. Su obra, inaugurada en septiembre del 2010, es evaluada como uno de los escasos conjuntos contemporáneos de arte público que suscitan profundo interés tanto por la temática como por la manera de plasmarla.

RC abordó el tema de la justicia desde la perspectiva de sus limitaciones, fallas, omisiones y problemas no resueltos, lo que llevó a trabajar la contraparte y el por qué de la justicia.

Las escenas del mural de RC son siniestras y contundentes, tienen un fuerte impacto en quien las observa, la descripción de cada una de ellas trasciende el espacio de Crónicas.