Enlace Judío México – En Yom Ha’atzmaut, el Día de la Independencia de Israel, en 1955, Albert Einstein tenía previsto dirigirse al pueblo estadounidense a través de la ABC, NBC y CBS. Su discurso – una apasionada súplica por la paz y apoyo al incipiente Estado de Israel – fue escrito con el conocido embajador israelí Abba Eban. El 18 de abril, ocho días antes de que lo pronunciara, el físico murió repentinamente a la edad de 76 años.

YAIR ROSENBERG

Los documentos recién publicados del Archivo del Estado de Israel y del Archivo Albert Einstein en la Universidad Hebrea de Jerusalén revelan el último borrador del discurso de Einstein:

“Este es el séptimo aniversario de la creación del Estado de Israel. El establecimiento de este Estado fue aprobado internacionalmente y reconocido en gran parte con el propósito de rescatar los remanentes del pueblo judío tras los indescriptibles horrores de persecución y opresión”.

“Así, la creación de Israel es un evento que activa la conciencia de esta generación”, continuó. “Por lo tanto, es una amarga paradoja que un Estado destinado a ser un refugio para un pueblo martirizado está amenazado por graves peligros para su propia seguridad. La conciencia universal no puede ser indiferente a tales amenazas”.

Einstein había elegido palabras para aquellos que culpaban a Israel desproporcionadamente por sus tensiones con sus vecinos árabes. “Resulta anómalo que la opinión mundial sólo critique la respuesta de Israel a la hostilidad y no busque activamente poner fin a la hostilidad árabe que es la causa de la tensión”.

Criticó los “pactos militares y acuerdos de armas unilaterales” de Estados Unidos y la Unión Soviética con los países árabes, una política de Guerra Fría con el objetivo de extender su influencia en Oriente Medio.

Einstein sostuvo: “Las políticas internacionales en el Medio Oriente deberían estar dominadas por esfuerzos para asegurar la paz para Israel y sus vecinos. Esto se ajusta a los ideales universales de paz y fraternidad que han sido la mayor contribución del pueblo de Israel en su larga historia”.

Su relación con el sionismo era compleja. Junto con el futuro presidente israelí, Haim Wiezmann, Einstein recorrió la Unión Americana para recaudar fondos en beneficio de la Organización Sionista Mundial. Dio la primera clase en la Universidad Hebrea. Incluso se le ofreció la presidencia israelí que declinó. Pero Einstein también era ambivalente con respecto a la idea de un Estado-nación judío, y prefería un arreglo binacional con los árabes del Mandato de Palestina. Además, no dudaba en criticar las políticas y acciones militares de Israel en foros públicos.

Debido a estos matices, Einstein ha sido a menudo utilizado por los antisionistas, que lo reclaman como suyo. Pero, como indica su último discurso, Einstein siempre fue un apasionado defensor de Israel y buscador de la paz , un firme creyente de que ambas causas no se excluyen, sino que se reforzaban mutuamente.

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