Enlace Judío México.- Durante la Segunda Guerra Mundial se llevó a cabo un saqueo de las propiedades de los judíos de Europa. El cual fue orquestado y puesto en práctica en todo el continente por los alemanes, luego se extendió a funcionarios locales, policía y vecinos de judíos  en Amsterdam o Kovno, en Varsovia o en París. Incluía la apropiación de casas, el saqueo de objetos domésticos, muebles, colecciones de arte, bibliotecas, vestidos, etc., se trataba de apropiarse de todo lo que se pudiera usar, intercambiar o vender.

Dentro de todo este saqueo miles de libros fueron confiscados por los alemanes de los hogares y las bibliotecas judías, muchos de ellos fueron resguardados en archivos secretos por la Einsatzstab, institución dirigida por Alfred Rosenberg, uno de los ideólogos más influyentes del Partido Nazi y ferviente creyente de que toda obra producida por cristianos o judíos era “degenerada”.

Hoy en día, cerca de un millar de esos libros permanecen resguardados en la colonia Roma, en un edificio más parecido a un búnker que a un archivo bibliográfico: el Centro de Documentación e Investigación Judío de México (CDIJUM), institución que fue reconocida como Memoria del Mundo por la UNESCO en 2009 y que tendrá una nueva sede el próximo año en una sinagoga de los años 30, también en la colonia Roma, en la calle de Córdoba.

De acuerdo a declaraciones del director del CDIJUM, Enrique Chmelnik, los libros llegaron a México entre 1950 y 1951 y fueron recibidos por el Comité Central de la comunidad judía local el 9 de noviembre de 1938, la misma fecha de La Noche de los Cristales Rotos, hecho que es considerado el inicio del Holocausto, pues fue la primera vez que los nacionasocialistas atacaron físicamente a los judíos de Alemania y Austria.

“Es una coincidencia curiosa, pero muy ilustrativa sobre cómo México fue un salvavidas para la comunidad. Justo cuando comenzó el Holocausto, este país nos abrió sus puertas. Muchos ya habían llegado desde antes a causa de las persecuciones antisemitas en Europa del Este y otros querían cruzar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades, pero prefirieron quedarse aquí”, comenta Chmelnik.

El archivo del CDIJUM está conformado por cerca de 25 mil títulos de distintas temáticas, desde literatura o ciencia hasta religión o arte. Cada libro es una historia de vida.

El libro más antiguo del archivo es el titulado Nebim Rishonim (Primeros Profetas), publicado en 1568 con interpretaciones de Rashi, uno de los comentaristas más destacados del judaísmo. Su valor económico es inconmensurable, dice Chmelnik. La mayoría de estos títulos con más de 400 años de historia son de carácter religioso.

Otra colección importante es la que conforman los libros de Offenbach. Llamados así porque fueron rescatados por las tropas aliadas en 1946 en esa ciudad alemana. De igual forma se encuentran libros traducidos al ídish, lengua originaria de los ashkenazíes.

De estos, algunos fueron donados por las familias judías que viven en México. “Cuando un miembro de la comunidad muere, los familiares no saben qué hacer con sus libros y nos los entregan”, señala Chmelnik.

Algunos de los títulos traducidos al ídish son obras de Pablo Neruda, Edgar Allan Poe, Víctor Hugo, William Shakespeare o Frederich Nietzsche.

Entre estos libros destaca un libreto de Calígula, de Albert Camus; una versión única de El Quijote, de Cervantes, y una edición de El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry.

 

 

Con información de:elfinanciero.com.mx