Enlace Judío México – La administración Trump está buscando formas de fortalecer rápidamente las defensas misilísticas de Arabia Saudita e interrumpir el flujo de armas iraníes avanzadas a lo largo del Medio Oriente a medida que aumentan las preocupaciones por una nueva crisis desestabilizadora en la región.

Funcionarios estadounidenses dijeron que se han apresurado a aliviar las tensiones regionales después de una erupción de acontecimientos inesperados, incluida la agitación política interna de Arabia Saudita, la renuncia misteriosa del primer ministro de Líbano mientras visitaba Riad, y el lanzamiento de un misil de fabricación iraní por parte de rebeldes respaldados por Teherán que fue derribado cerca de la capital saudí.

La administración Trump está presionando por una resolución rápida al estancamiento político en Líbano para que Estados Unidos y Arabia Saudita puedan enfocarse en lo que Washington ve como la amenaza regional más importante: el suministro por parte de Irán de armas sofisticadas a sus aliados meso-orientales, incluido Hezbola.

“El estado de incertidumbre no está sirviendo a nadie más que a Hezbola y sus aliados”, dijo un funcionario de alto rango del gobierno de Trump. “Cuanto más continúa, peor es para los intereses saudíes y el interés de nuestros amigos.”

Para encarar lo que ve como el peligro más grande a partir de los acontecimientos recientes, la administración Trump está explorando nuevos planes para ayudar a detener las amenazas iraníes. En lo alto de la agenda está asegurar que Arabia Saudita tiene la capacidad de defenderse de cualquier ataque adicional con misiles.

El mes pasado, la administración Trump allanó el camino para que Arabia Saudita compre un sistema de defensa misilística multimillonario. Las aprobaciones permiten a Arabia Saudita adquirir hasta 15 mil millones de dólares en lanzadores, misiles, radares y tecnología para ayudar a contrarrestar la amenaza. Funcionarios estadounidenses dijeron que el acuerdo podría acelerarse como resultado del misil disparado a Riad a principios de este mes, por el que Arabia Saudita culpó a Irán.

Estados Unidos está considerando también nuevas formas de interrumpir el flujo de misiles de fabricación iraní que están siendo desplegados a lo largo del Medio Oriente. La Armada de Estados Unidos ha capturado anteriormente lo que dice son armas de fabricación iraní destinadas a los aliados huzíes de Irán en Yemen, quienes están embrollados en una lucha prolongada con Arabia Saudita.

El ataque con misil más reciente dirigido a Riad elevó las preocupaciones por la expansión de misiles más avanzados para los aliados iraníes, dijeron los funcionarios estadounidenses. Una resolución de la ONU vinculada con el acuerdo nuclear de Irán del 2015 prohíbe la transferencia de armas, incluidos misiles, a y desde Irán. Los funcionarios estadounidenses ven más espacio para aplicar esa prohibición, la cual expira en el 2020.

El ejército de Estados Unidos también podría aumentar sus esfuerzos por capturar envíos de armas que pasan a través del Golfo Pérsico y a través de la región, dijeron funcionarios estadounidenses. Además, podría montar una campaña pública expandida para exponer las transferencias de armas y plantear el caso que Irán está acelerando los esfuerzos por obtener armas más sofisticadas para sus aliados, dijeron los funcionarios.

Arabia Saudita estranguló el acceso del transporte a Yemen después del último ataque con misil, atrayendo protestas de grupos de ayuda humanitaria y algunos legisladores estadounidenses que dijeron que la medida de Riad exacerbaría el cólera y la hambruna en Yemen.

Funcionarios de Estados Unidos están hablando también a los aliados de los esfuerzos para restringir el programa de misiles balísticos de Irán, una medida que la administración Trump buscó incluso antes del último lanzamiento. Funcionarios de la administración dicen que esperan usar el ataque frustrado de este mes contra Riad como un catalizador para el apoyo internacional.

“Podría ser un ímpetu para asumir algún tipo de acción colectiva para tratar de restringir a los iraníes en ese sentido”, dijo el alto funcionario de la administración.

Pero los funcionarios estadounidenses están también preocupados por la renuncia sorpresa del primer ministro libanés Saad Hariri, un aliado saudí que ha culpado a Irán y su aliado Hezbola de agitar las tensiones regionales.

La suerte del Sr. Hariri ha creado una complicación frustrante para la administración Trump, la cual quiere algo de claridad para poder galvanizar apoyo para nueva acción contra Irán.
“Nosotros y los saudíes concordamos en que fue desafortunado que…la amenaza real de guerra activa contra la capital saudí fuera eclipsada por la renuncia del primer ministro”, dijo el alto funcionario de la administración.

El Sr. Hariri emitió su renuncia sorpresa hace dos semanas desde Arabia Saudita, la cual ha expresado preocupaciones crecientes por la influencia en expansión de Hezbola en Líbano. Los líderes libaneses han instado al Sr. Hariri a regresar a Beirut, adonde él debe presentar personalmente su renuncia al presidente para que ésta entre en efecto. Los funcionarios estadounidenses no discutirían la especulación que Arabia Saudita forzó al Sr. Hariri a renunciar.

Los líderes políticos libaneses han dicho que el Sr. Hariri es efectivamente un cautivo en Arabia Saudita, y su decisión de permanecer allí sólo ha aumentado la percepción que los líderes en Riad lo obligaron a hacerse a un lado.

Funcionarios estadounidenses dijeron que esperan que los planes del Sr. Hariri de aceptar una invitación de Francia para visitar París el sábado silencien las preguntas acerca de su capacidad de viajar libremente.

“Pensamos que podría no ser malo que él vaya a algún lugar como París a fin de demostrar que tenía libertad de movimientos”, dijo el alto funcionario estadounidense.

Los funcionarios estadounidenses, quienes dijeron que no tenían ningún aviso sobre planes de Arabia Saudita para una represión interna o reunión pivotal con el Sr. Hariri, dijeron que no pensaban que los saudíes habían pensado en las consecuencias completas de sus acciones, incluida la decisión de ordenar que los ciudadanos saudíes abandonen Líbano mientras empeoraba la crisis. Estados Unidos transmitió su disgusto a Arabia Saudita y la situación se ha calmado ligeramente, dijo un funcionario, expresando esperanza de ver alguna claridad acerca de los próximos movimientos del Sr. Hariri pronto.

“Los próximos dos días serán reveladores”, dijo un segundo funcionario estadounidense.

Al mismo tiempo, Estados Unidos ha trabajado para coordinar medidas con Israel en la esperanza de evitar un choque inmediato con Hezbola. Miembros del Consejo de Seguridad Nacional volaron hace poco a Israel para conversaciones, dijeron los funcionarios estadounidenses.

Israel ha llevado a cabo decenas de ataques aéreos en la vecina Siria desde el 2012 dirigidos a los depósitos de armas y cargamentos de armas de Hezbola. El ataque aéreo más reciente informado en Siria, el que Israel no ha admitido, tuvo lugar el 2 de noviembre–dos días antes que Arabia Saudita diera inicio a su represión interna, el Sr. Hariri renunciara, y los saudíes derribaran el misil cerca de Riad.