Enlace Judío México.- Agustín Carstens deja el Banco de México.

A una semana y media de dejar de ser el gobernador del Banco de México (2010-2017), Agustín Carstens fue entrevistado por el periódico El Financiero, al que expresó varios mensajes trascendentales sobre México. Carstens ocupará el próximo mes la gerencia general del Banco de Pagos Internacionales, (BIS por sus siglas en inglés), que es el Banco Central de los Bancos Centrales del mundo, con sede en Basilea Suiza, Carstens, de 59 años de edad, tuvo una sólida preparación profesional: licenciatura de Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), en donde se graduó con mención honorifica en 1982, realizó una maestría y un doctorado en Economía, 1983 y 1985, respectivamente, en la Universidad de Chicago.

LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Inició su carrera profesional en el Banco de México en 1980 y ha tenido un brillante desempeño como funcionario público a nivel nacional e internacional. Entre otros importantes puestos que ha tenido destaca el de Secretario de Hacienda (2006-2009); asimismo fungió como director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) (1999-2000). Ha tenido a lo largo de su carrera un importante número de reconocimientos a nivel nacional e internacional. Es valorado como una persona proba y humanitaria.

Los conceptos expresados por Carstens a El Financiero validan los análisis de empresarios y economistas, principalmente, sobre el complejo entorno que vive el país, a la luz de la iniciativa de una reforma fiscal en EUA, de una inminente alza de tasas de interés en ese país, la posibilidad de que EUA abandone el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLACAN), la incertidumbre que generan las elecciones presidenciales del 2018, particularmente por un eventual triunfo del líder populista Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y la violencia irrefrenable que se vive en la República que tiene atemorizada a la población.

El mensaje fundamental que deja Carstens a los mexicanos es generar conciencia social “para fortalecer la seguridad jurídica, el Estado de derecho y rechazar la corrupción”. Añade “Así como en un momento dado los mexicanos expresamos nuestro hartazgo por inflaciones altas, desórdenes fiscales, tenemos que manifestar nuestro hartazgo por esa parte fundamental para la convivencia humana y que está erosionando los pilares de nuestro país. Espero que se encuentren manera institucionales dentro del Estado para canalizar ese hartazgo y para que se dé un México mejor”.

La ausencia o debilidad del Estado de Derecho que conlleva a la impunidad para los delincuentes, explica el repunte extraordinario de los actos de violencia. Ciertamente el 2017 surge como uno de los más violentos en la historia reciente de México. “Los asesinatos se cuentan por decenas cada día, regiones que no habían sido problemáticas destacan ahora en los índices delictivos. Los resultados de octubre pasado no tienen precedente; nunca se había matado tanto en tan poco tiempo, 2,764 asesinatos, es el peor mes desde que se tienen registros; ningún Estado se salva, a excepción de Yucatán”.

De acuerdo a cifras oficiales de la organización Semáforo Delictivo, entre enero y septiembre se registraron 18,505 homicidios dolosos, de los cuales el 73.0% fueron ejecuciones del crimen organizado. La cifra es 23.0% superior a la de igual periodo del 2016. De mantenerse la tendencia, 2017 cerrará con más de 24 mil homicidios, con 18 mil ejecuciones. Los datos del Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, indican que en 27 de las 32 entidades del país se registran incrementos en la incidencia de los homicidios; los focos rojos están en Colima, Guerrero, Zacatecas, Veracruz, Tamaulipas, Morelos, Tabasco, Chihuahua, Baja California y Baja California Sur.

Las cifras de la problemática delincuencial en cuanto a homicidios, extorsiones, robos a personas y de automóviles, no son de coyuntura, sino de un patrón que se viene observando en por lo menos una década. Es tiempo de regresar a la mesa, volver a realizar los diagnósticos y repensar las estrategias; “es un tema tan delicado, el pretexto de que estamos ya en tiempos electorales no se vale”.

Afectaciones al Patrimonio Cultural de México

En el programa, “El Foco” que semanalmente conducen Héctor Moroleón y Beka Gonzáles, se presentan recorridos por los barrios de la Ciudad de México, mostrando iglesias, monumentos y, en general, el patrimonio cultural de la misma. Después del sismo del 19 de septiembre pasado se adentraron a los vestigios del ex templo de San Lázaro, construido en el siglo XVI como el leprosario en el extremo oriente de la Ciudad de México, junto al albarradón, obra hidráulica, que contenía y regulaba las aguas del Lago de Texcoco.

Desde la calle de Alarcón y Ferrocarril de Cintura en la colonia Emiliano Zapata de la delegación Venustiano Carranza se observa una cúpula casi en ruinas; el acceso a la zona es restringido por el peligro de que se desplomen parte de las ruinas. Da pena observar el abandono en que se encuentran los vestigios de este templo colonial, propiedad privada que pertenece a la Asociación Religiosa Asamblea de Dios. En este recinto religioso desde 1949 se gestó la devoción a la Virgen de la Bala, “patrona de los matrimonios de las mujeres embarazadas y protectora de quienes corren el riesgo de ser alcanzados por municiones asesinas”.

Los vestigios del templo colonial están rodeados de locales comerciales, un templo evangélico, un seminario teológico y oficinas, “por lo menos, desde hace un siglo no se ha hecho nada para recuperar este patrimonio religioso de México”. Al cruzar la entrada yace un montón de piedras y escombros de lo que fue el coro de la iglesia. Por falta de mantenimiento, el edificio presenta graves daños estructurales y de su edificación original se conservan solo algunos elementos arquitectónicos.

Entre vegetación, goteras, un panal de abejas y diversos vestigios arquitectónicos resaltan las huellas de cuando este espacio funcionó como bodega para todo tipo de mercancías, fábrica de hielo, refugio para unas 400 familias que invadieron el sitio y construyeron tapancos, casas de lámina y madera, incluso en 1995 los Rolling Stones filmaron en su interior.

La organización propietaria del inmueble tiene claro el valor histórico del mismo; restaurarlo requiere de recursos económicos significativos que no poseen, han recurrido al gobierno del Distrito Federal y a la Delegación Venustiano Carranza, que han señalado que no tienen presupuesto para restaurarlo El Instituto Nacional de Antropología (INAH) no tiene un proyecto para recuperar el inmueble que fue declarado monumento histórico por la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos el 9 de febrero de 1931, adicionalmente se encuentra dentro del perímetro “B” de protección de la Zona de Monumentos Históricos del Centro Histórico de la Ciudad de México, empero, al ubicarse en una propiedad privada, “el propietario de un inmueble que es monumento histórico es quien tiene la responsabilidad de llevar a cabo y sufragar los costos para su mantenimiento y conservación, y para ello requiere obtener la autorización del INAH”. Es evidente que los propietarios no tienen la capacidad financiera para recuperar a San Lázaro; es posible que finalmente se derrumbe totalmente con un nuevo sismo.

En este contexto, cuando me inicié como pequeño empresario en la fabricación de ropa con el padre de mi primera esposa, alquilamos un piso para el corte y almacenamiento de la misma en la esquina de calle de Alarcón y Anillo de Circunvalación; en aquellos tiempos, inicios de los sesentas del siglo pasado, nunca imaginé que nuestro centro de trabajo estuviera próximo al ex templo de San Lázaro, lo que sí sabía es que estábamos cercanos a la colonia Candelaria de los Patos, llamada así debido a que en esa zona, cuando era la ribera del Lago de Texcoco, se juntaba una gran cantidad de patos. La Candelaria de Los Patos, zona marginada desde la época prehispánica, es considerada como barrio bravo, fue demolida en los años sesentas para convertirla en jardines y centro de recreo, no obstante, en el presente todavía sigue siendo considerada como una zona peligrosa.