Enlace Judío México – En las últimas semanas se ha leído la perashyot (porciones de Torá) en las que aparecen la historia de José, el hijo de Jacobo y Rajel. La característica principal que destacan Nuestros sabios de este personaje toraico es su belleza y su recato. En los relatos bíblicos numerosas mujeres lo cortejan y se entregan a él. Sin embargo, José como ninguno de sus hermanos logra separarse de sus insinuaciones y ni siquiera mira su belleza. Los siguientes midrashim (relatos talmúdicos) nos muestran la fortaleza de José.

La belleza de José

José tenía diecisiete años, estaba en plena flor de la juventud y día tras día su señora, la esposa de Potifar, intentó conquistarlo con numerosas trampas. Día tras día sin falta usaba tres atuendos distintos para enamorarlo; las ropas con las que se vestía en la mañana no las volvía a usar en la tarde, y las ropas de la tarde no las repetía al caer el sol. ¿Por qué lo hacía? – Para que él la mirará.

En una ocasión un grupo de mujeres se reunió en la casa de Potifar deseosas de ver la belleza de José. ¿Qué hizo la esposa de Potifar? Tomó frutos cítricos y los colocó frente las mujeres dándole a cada una un cuchillo. Después llamó a José y le hizo pararse frente a ellas. Mientras las mujeres pelaban los frutos, encantadas por la belleza de José se cortaron los dedos. Entonces la esposa de Potifar dijo: Ustedes que lo vieron tan sólo por un momento están así de consternadas; cuánto más estoy yo que lo mira todo el tiempo. Y aunque día tras día intentó encantarlo con sus tretas, él retuvo en todo momento su impulso.

Las fallas de los grandes

En una ocasión una mujer romana preguntó a Rabí Yose: ¿Cómo es posible que José, a los diecisiete años, con la sangre caliente de la juventud hubiera actuado con tanta moderación? Rabí Yose trajo el libro de Genésis y le leyó la historia de Rubén y Bilá, de Judá y Tamara y le dijo: Si las Escrituras no cubre las fallas de ellos que eran adultos y aún tenían a su padre como guía; porque la Torá escondería las fallas de un joven que no era adulto y que no tenía guía.