Enlace Judío – Este sábado empieza Shavuot, es el día en que festejamos el recibimiento de la Torá, el bien más preciado para los judíos. Nos desvelamos toda la noche estudiando y festejamos haber sido merecedores de ella. Los siguientes relatos son historias talmúdicas, tomados del Sefer Ha- Agadá donde se nos recuerda la grandeza del Talmud y el carácter que debemos desrrollar para acercarnos a ella. Esperamos les guste.

La grandeza de la Torá

No busques la grandeza, ni envidies el honor. Tu estudio te debe llevar a la práctica. No ansíes las mesas lujuriosas de los reyes, pues tu mesa de estudio es más grande que su mesa de honor. Tu corona es más majestuosa que su corona. Y tu Empleador paga prontamente la recompense de tu trabajo.

La importancia de la humildad y el estudio

Rabí Janina bar Idi dijo: ¿Por qué se comparan las palabras de la Torá con el agua, como dice el verso “Aquel que tenga sed que venga y tome agua” (Isaías)? Para enseñarte que así como el agua corre de un lugar alto a uno más bajo, así mismo las palabras de la Torá surgen solo cuando uno es humilde en espíritu.

Rabí Oshaia dijo: ¿Por qué las palabras de Torá son comparadas con tres bebidas: agua, vino y leche, como dicen los versos “Aquel que tenga sed que venga y tome agua” y “Ven compra y toma … vino y leche sin dinero y sin precio” (Isaías 55:1)? Para enseñarte que así como estos brebajes están reservados a los más humildes de los recipientes, así mismo las palabras de Torá llegan sólo a aquel que es humilde en espíritu.


Si un hombre declara “Trabajé y no encontré,” no le creas. “No trabajé y aún así encontré” tampoco le crea. “Trabajé y encontré” créele.

Fuente: Sefer Ha – Agadá