Enlace Judío México – El mes de febrero en muchos países occidentales se celebra el amor y la amistad.  Como es un tema que está en boca de todos esta semana, le pedimos al Rabino Leonel Levy, Rabino Principal de Bet El, que nos hablara un poco sobre estos dos conceptos dentro del judaísmo. Esperamos que les aclare dudas y que todos aprendamos algo.

Enlace Judío: Queríamos preguntarle cuestiones del judaísmo relacionadas con el amor. ¿Qué es el amor dentro o para el judaísmo?

Leonel Levy: El amor es un sentimiento traducido en acción. Es importante recalcar esto porque estamos acostumbrados a la visión romántica del amor, pero viene la tradición judía y nos enseña que el amor es acción. Es estar en los detalles. Es la preocupación por el otro.

Hay un pasaje muy bello en El Violinista Sobre El Tejado donde Tevye le pregunta a su esposa, “¿Tú me amas?”, y ella le contesta, “Bueno, hace 30 año que te cocino, cuando estás enfermo te cuido, te coso tus calcetines”. El amor es eso. Es estar en pequeños detalles, cuidando del otro, procurando el bien del otro.

EJ: ¿Cómo cree que el judaísmo nos invita a escoger una pareja?

LL: Cuando tengo que aconsejar a jóvenes acerca del dating, yo les recomiendo mucho mirar cómo el otro trata a los demás. ¿Cómo trata al mesero? ¿Cómo trata a la persona que recoge los carros? ¿Cómo trata a aquellos a quienes no está obligado a tratar bien?

Que no simplemente mires cómo te trata a ti, porque tu pareja tiene un interés en ti, de salir y andar contigo. Pero ¿cómo trata a los demás? Aquellos de los que no depende ese date. Ahí podemos ver si los trata con jesed, con bondad, con misericordia, con respeto. Eso es el mejor consejo que yo les puedo dar. Ver cómo el otro trata a los demás.

EJ: ¿Qué pasa cuando el amor en el judaísmo se contrapone respecto al amor familiar?

LL: Es importante encontrar un punto medio y que el amor a la Torá, a D-os y a las mitzvot no sea un motivo de división en las familias. Lamentablemente a veces eso ocurre. Hay hijos que deciden no comer en la casa de los padres o no ir a visitar más a su familia cercana y eso es un gran problema.

Yo creo que hay que encontrar puntos intermedios donde podamos amar a la Torá, amar a Dios, a las mitzvot y también a nuestra familia. No deben ser algo en oposición, sino que tienen que ser algo que se complementa uno con el otro.

EJ: ¿En el judaísmo el amor se plantea que sea racional o romántico, o las dos?

LL: El amor si es sólo racional parece como algo de interés. Es decir, me conviene o no me conviene, trato al otro como un objeto, etc. Pero si es sólo romántico y no se traduce en acciones, entonces no es un amor pleno.

El amor tampoco puede ser una cuestión de una locura, pero tampoco podemos pensar que el amor se puede calcular fríamente en forma racional. El amor es un sentimiento que tiene que venir de lo profundo de nuestro ser, pero no puede quedar sólo en lo romántico.

De alguna forma debemos entender que el amor es un sentimiento, realmente diferente a todos los demás. Y más que el sentimiento, lo importante es ¿cómo este amor hace que la vida del otro cambie y la nuestra también?

EJ: ¿Cómo sabemos cuando es realmente amor y no enamoramiento?

LL: Cuando de alguna forma dejas de preguntarte, “¿Cómo me siento yo?” para empezar a preguntarte, “¿Cómo se siente el otro con esto de que yo lo ame?”. El enamoramiento busca tu propia satisfacción, pero cuando tú te preocupas por el otro ¿cómo se siente el otro cuando es amado? Entonces ahí es un verdadero amor.

EJ: ¿Qué tipo de valores deberían de buscarse en un amigo?

LL: Hay un pasaje en la Mishná muy hermoso en el que un maestro le pide a sus alumnos que vayan y vean cuál es la buena senda que el hombre debe tomar. Es decir ¿cuál es una buena virtud que la persona debe tener? Y uno de los alumnos dice, “lo mejor que uno puede tener es un ojo bondadoso”; otro dice, “un buen amigo”; otro dice, “un buen vecino”; otro dice, “aquel que puede preveer las consecuencias”, etc. Hasta que un alumno dice, “Lo mejor que uno puede tener es un lev tov, un buen corazón. Y el maestro dice, “Yo prefiero las palabras de este último, porque estas comprenden todas las anteriores”.

Yo creo que lo que tenemos que buscar en un buen amigo es un buen corazón. Porque quien tiene un buen corazón va a ser un buen amigo, un enfoque positivo de la vida, va a ser un buen vecino, una buena influencia, va a ser ese buen amigo que queremos. No hay como un corazón bueno, generoso, sensible y noble.