Enlace Judío México.- Los prisioneros occidentales continúan muriendo en los calabozos del régimen de Rouhani.

EDITORIAL THE WALL STREET JOURNAL

El activista ambiental Kavous Seyed Emami, un doble ciudadano canadiense-iraní, se convirtió en la última víctima del gobierno de Irán la semana pasada cuando murió en la Prisión Evin bajo circunstancias sospechosas. Un estadounidense enfermo puede ser el próximo en la lista de muerte del régimen.

Seyed Emami, de 63 años de edad, fue el fundador de la Fundación Vida Silvestre Persa, la cual trabaja para preservar la vida silvestre en Irán. El sitio web de la fundación dice que es financiada por “individuos tanto como empresas con un sentido de responsabilidad social,” y que trabaja con “empresas comerciales,” otros grupos de conservación y “funcionarios trabajadores de Irán a cargo de nuestros recursos naturales en el Departamento de Medio Ambiente.” No exactamente enemigos del régimen.

Pero Seyed Emami y muchos colegas, incluido el iraní-estadounidense Morad Tahbaz, miembro del directorio, fueron detenidos en enero bajo acusaciones de espionaje luego de las protestas contra el régimen que enturbiaron el país. El gobierno dice que Seyed Emami cometió suicidio colgándose, lo cual es lo que el régimen afirmó acerca de Sina Ghanbari, un joven manifestante que murió en la prisión Evin en enero. Es extraño cómo los prisioneros siguen matándose en los autoritarios calabozos iraníes.

Mientras tanto, están creciendo las preocupaciones por la salud del ex diplomático de Unicef de 81 años de edad, Bacquer Namazi, un iraní-estadounidense con una condición cardíaca que está también detenido por el régimen. Nuestras fuentes dicen que el Sr. Namazi tiene mala salud y está en peligro de morir. Él fue arrestado en el 2016 después de ser atraído hacia Teherán con la promesa de que podría visitar a su hijo, Siamak, quien había sido arrestado el año anterior. Posteriormente a los dos se les hizo un juicio falso y fueron sentenciados a 10 años bajo cargos de “colusión con un Estado enemigo.”

Los Namazi tampoco eran críticos del régimen. Su Grupo Atieh promovía la inversión extranjera en Irán, y Siamak era un partidario vocal del acuerdo nuclear de Barack Obama.  Fueron detenidos después que fue firmado el acuerdo nuclear, en una táctica iraní conocida de retener peones para extraer concesiones de los gobiernos occidentales. En el 2016 Obama arregló una disputa legal de la década de 1970 por u$s1,700 millones y arregló que u$s400 millones en efectivo fueran llevados por avión a Teherán a cambio de la liberación de cinco rehenes estadounidenses. Los iraníes tomaron el dinero y rápidamente se hicieron de más rehenes.

Todo esto es obra del gobierno del Presidente Hasan Rouhani, de quien seguimos escuchando que es un “moderado.” Digan eso a los occidentales que están sufriendo en prisión, o a sus familias que temen que en cualquier momento se les pueda informar que sus seres queridos se mataron misteriosamente.

 

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.

 

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