Enlace Judío México – Gideon Rubin, quien basa su obra en reciclar revistas y folletos antiguos para volverlas atemporales y fuera de cualquier marco histórico, le dio un vuelco al odio impreso de Hitler para convertirlo en una pieza de exhibición contemporánea.

Gideon Rubin no esperaba un paquete en la mañana de primavera de hace un año que le revolvió las entrañas.

Rubin, un artista nacido en Israel y que ha pasado los últimos 17 años viviendo en Londres, trabajaba en un proyecto que se exhibiría en el Museo Freud de Londres para el 80 aniversario de la fuga del psicoanalista de la Viena nazi. Como Rubin quería usar revistas y periódicos originales de época, una práctica por la que se distingue su obra, su esposa Silia había estado solicitando materiales del estilo en eBay.

Y así fue que, casualmente en el Día del Recuerdo del Holocausto de 2017, Rubin encontró un paquete curioso en su puerta; sus contenidos eventualmente se convertirían en la pieza central de su exhibición en el Museo Freud, titulada “Libro Negro“, que se inauguró el pasado 7 de febrero en Londres.

“Abriéndolo, recuerdo claramente la sensación de horror arrastrándose”, comentó Rubin al portal Forward. “El texto en inglés me conmocionó inicialmente y lo que se sintió como un largo minuto pasó hasta que descubrí lo que tenía en mis manos”.

Rubin, quien es además nieto del reconocido pintor israelí Reuven Rubin, se dio cuenta de que se trataba de una traducción original en inglés de la autobiografía de Adolf Hitler, “Mein Kampf” (Mi Lucha), que se publicó por primera vez en el Reino Unido en 1939 como una serie de 18 partes (1939 fue, curiosamente, también el año en que murió Sigmund Freud). Tener este tomo incendiario dejó a Rubin tambaleándose.

“Quería deshacerme de él de inmediato, o mejor, quemarlo”, dijo. Su esposa se opuso, recordándole que se había tomado grandes molestias y gastos para ordenar los volúmenes. Como el artista consideraba que la reventa era imposible, volvió a envolver las publicaciones seriadas y las relegó al armario más sucio de su estudio.

A pesar de su repugnancia Rubin no pudo quemar el texto. Después de todo, libros quemados eran parte de la razón por la cual sus abuelos maternos habían huido de Rumania, así como el ímpetu por el cual Freud salía de Viena.

Desafiando su impulso inicial de prender fuego al libro, Rubin comenzó una protesta más artística. Decidido, tomó de nuevo la pieza de donde la tenía arrumbada unas semanas después y luego pintó su texto con gouache negro: palabra por palabra, línea por línea, a veces en bloques de pintura que cubrían páginas enteras. Finalmente cubrió cada letra de la serie y transformó las ilustraciones para eliminar cualquier símbolo o referencia nazi. “Después de terminar de pintar, o ‘ennegrecer’ el texto y parte de las imágenes, dejó de ser ‘Mein Kampf‘”, explica Rubin. “Es mi libro negro”.

En la exposición de Rubin en el Museo Freud, el “Mein Kampf” transformado se muestra junto con una serie de revistas alemanas de finales de la década de 1930 que Rubin alteró. En su estilo característico, Rubin ha pintado los rasgos faciales de los individuos que aparecen, así como los símbolos nazis esparcidos por las revistas, haciendo que las páginas amarillentas sean a la vez generales y específicas, ahistóricas y atemporales.

Rubin a menudo pinta desde fotografías antiguas, una práctica que comenzó hace más de una década. “Una parte de mi familia murió en el Holocausto y con ellos todo lo que tenían se había ido”, dijo en una entrevista con el curador de la exposición James Putman publicada en el catálogo del programa. “Pocos sobrevivieron, se quedaron sin parientes y apenas con documentación o fotos. Es como si estuviera tratando de llenar este vacío, un intento de reclamar un pasado perdido”.

El “Libro Negro” de Rubin se exhibe actualmente en un espacio de la galería del segundo piso que una vez fue el dormitorio de Freud. El resto de su obra de arte se intercala entre la colección permanente del Museo.

“Este proyecto no ha sido fácil, pero al mismo tiempo [fue] algo terapéutico”, dice Rubin al Forward. “Hacer algo nuevo [del libro], parece ahora una forma mucho mejor de tratar este material que sólo quemarlo”.

Fuente: Forward / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico