Enlace Judío México.- La nieta de un médico nazi advierte a los profesionales médicos que el pasado tiende a repetirse.

Cuando era niña en Alemania, la familia de la Dra. Franziska Eckert minimizó el papel que sus abuelos jugaron en la Segunda Guerra Mundial. Luego, su propia investigación descubrió la verdad probable: su abuelo era un asesino en masa.

Al noventa y cinco por ciento de nosotros nos dijeron que nuestras familias no estaban involucradas en la guerra, pero eso no podía ser cierto“, dijo Eckert en una entrevista telefónica. “Las cosas que descubrimos nos sorprendieron por completo, nos rompieron por completo el corazón“.

Sus revelaciones personales llevaron a Eckert, una oncóloga de radiación de 37 años y científica de la Universidad de Tuebingen en Alemania, a rastrear las conexiones de sus antepasados profesionales con las atrocidades nazis.

Los resultados de su examen, publicados en el Journal of the American College of Radiology, arrojan luz sobre las acciones de los radiólogos en la Alemania nazi.

Los médicos alemanes, por ejemplo, usaron radiación para esterilizar forzosamente a 7,200 mujeres discapacitadas a mediados de la década de 1930. Más tarde, usaron radiografías de tórax para identificar a los polacos con tuberculosis para un “tratamiento especial”, un eufemismo nazi para el asesinato.

En todo este proceso, los médicos dijeron: ‘nosotros somos los que lo haremos’. Querían estar a cargo. Querían ser ellos quienes decidieran“, dijo Eckert.

Antes de que se construyeran las cámaras de gas, los médicos mataron a más de 10,000 personas discapacitadas en Alemania y Austria inyectándoles drogas mortales, dijo Eckert, autora principal del informe. Cuando los judíos salían de los trenes en toda la Europa ocupada por los nazis, los médicos se paraban en las vías y seleccionaban quién viviría y quién moriría.

Mientras tanto, los médicos afirmaban estar usando “medicina basada en la evidencia”, argumentando que las salvaguardas contra la investigación no ética, la esterilización forzada y la matanza solo se aplicaban a individuos considerados humanos. La definición nazi de “humano” excluía a las personas con discapacidad, que se consideraban “vidas indignas de la vida”, y los judíos, que eran considerados “infrahumanos”, dice el informe de Eckert.

En la Alemania de 1930, la esterilización forzada era una medicina basada en la evidencia“, dijo Eckert. “Ni siquiera estoy segura de que entre el 80 y el 90 por ciento de los médicos sabían que estaba mal“.

Las garantías que fallaron en la Alemania nazi podrían fallar nuevamente, dijeron Eckert y el Dr. Shmuel Reis del Centro de Educación Médica en la Escuela de Medicina Hadassah de la Universidad Hebrea en Jerusalén, Israel.

La única manera de garantizar que los médicos nunca vuelvan a ser torturadores y asesinos es que estén atentos a humanizar a cada paciente en cada interacción, dijo Eckert.

Los médicos deben contemplar las acciones de los médicos durante y después del Holocausto y reflexionar sobre cómo se comportarían en circunstancias similares, dijo Reis, que no participó en el nuevo estudio.

Nadie es inmune“, dijo por correo electrónico. “Puede pasar de nuevo“.

Eckert pide un reexamen de algunos radiólogos de renombre de la era nazi.

El Dr. Hans Holfelder, por ejemplo, usó exámenes de detección de tuberculosis para rastrear el perfil racial y apuntar a personas para ser asesinadas, dijo ella. “Incluso hoy en día, muchas personas no concientes de su participación en las SS todavía lo tienen en alta estima“, escribe.

Eckert también llama la atención sobre el Dr. Horst Schumann. Bajo su supervisión en Auschwitz, unos 1.000 reclusos fueron llevados a un cuartel especial y se les ordenó que se desnudaran. A las mujeres les hacían radiografías dirigidas a sus ovarios, a los hombres en sus testículos. Los vómitos y la diarrea que siguieron al procedimiento indicaron altas dosis de radiación, a veces administradas en varios días, informaron Eckert y su equipo de historiadores médicos.

Luego, los médicos prisioneros extraían quirúrgicamente los órganos reproductivos de algunas de las víctimas de la radiación. Las operaciones se realizaban sin anestesia y el daño de la cirugía y la radiación a menudo dejaba a las víctimas sin trabajo, una sentencia de muerte en el campo de concentración, escribe Eckert.

Al mismo tiempo, Eckert encontró evidencia de que los nazis persiguieron a aproximadamente 160 médicos que habían practicado radiología, debido a su herencia judía. Por ejemplo, el prominente radiólogo judío Dr. Gustav Bucky, conocido por el factor Bucky en el diagnóstico de rayos X, se vio obligado a huir de Alemania durante el régimen nazi, dijo Eckert.

Otro médico judío, el Dr. Leopold Freund, considerado el fundador de la radiología médica, se vio obligado a huir de Austria a Bélgica en 1939, semanas antes del comienzo de la guerra.

Todos están muy orgullosos de él“, dijo Eckert, “y nadie habla de él como víctima del nacionalsocialismo“.

Fuente: The Jerusalem Post – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico