Enlace Judío México – Vestigio de la antigua comunidad judía que vivió en Irak por siglos, la tumba del profeta Nahum hoy tiene una esperanza contra el olvido y el abandono que vive desde hace más de medio siglo.

Alqosh, en las planicies de Nínive al norte de Irak, es el hogar de vario sitios religiosos históricos, así como de la sinagoga judía que alberga la tumba de Nahum, el profeta que en el año 615 AEC predijo la caída del reino asirio.

Mientras que las iglesias de la ciudad han sido bien preservadas debido a los esfuerzos de la arraigada y milenaria comunidad cristiana, la sinagoga, a pesar de que Nahum es considerado un profeta por las tres principales religiones monoteístas, comenzó a derrumbarse después de que los últimos judíos partieron hacia Israel en 1951 tras su forzosa expulsión de Irak.

Después de años de intentos frustrados por salvar el edificio, una organización estadounidense llamada ARCH (Alianza para la Restauración del Patrimonio Cultural) finalmente pudo enviar un equipo de ingenieros para proteger el edificio a inicios de este año antes de que colapsara por completo. Algunas de las paredes y parte del techo se han derrumbado, y las columnas con inscripciones hebreas apenas se mantienen en pie, poniendo en peligro la tumba, que se encuentra debajo de una cobertura verde.

Araam, un cura cristiano caldeo de Alqosh, expresó su preocupación al portal Al Monitor por el histórico sitio judío. “Nuestra historia [iraquí] está construida a partir de diferentes civilizaciones, y todo es igualmente importante. Deberíamos preocuparnos por todo” comenta.

El patrimonio cultural de Irak ha sido afectado a lo las últimas décadas, incluso antes de la llegada de ISIS a la zona en el año 2014, que se dispuso a destruir todo lo que consideraba ajeno al Islam, fuera moderno o con valor histórico de milenios de las culturas que han vivido en esta zona tan importante la civilización humana. Lo que no destruyó para su propaganda, ISIS, en su mayoría, lo saqueó y lo vendió.

A partir de la invasión de EE.UU. al país en el año 2003, muchos locales mismos comenzaron a saquear los sitios arqueológicos. La arqueóloga con sede en Boston, Allison Cuneo, que ha trabajado en la zona del Kurdistán iraquí desde 2012, dijo al portal que el saqueo ha aumentado constantemente, en particular durante la crisis económica de los últimos años.

Mientras tanto, los visitantes en Alqosh se llevaban “recuerdos” de la tumba de Nahum. Se ha recuperado una mesa de piedra con inscripciones hebreas, pero las secciones de la reja de hierro que rodea la tumba han desaparecido, dijo Adam Tiffen, subdirector de ARCH.

“Tuvimos que trabajar rápido, ya que el año pasado nos informaron que, debido al deterioro de la estructura, teníamos menos de un año antes de que el resto del edificio colapsara”, dijo Tiffen.

“Esta es la última tumba de un profeta que resta en Mesopotamia. Las tumbas de Jonás y del santo cristiano Jorge, fueron destruidas por ISIS. Si ISIS hubiera llegado aquí, habría sido una catástrofe. Este es un símbolo unificador para la historia de la región. En un lugar a pocos kilómetros del antiguo territorio de ISIS, es un símbolo de esperanza”, agregó Tiffen.

Tiffen explicó que es un símbolo para las tres religiones monoteístas, cuyos seguidores tradicionalmente han vivido juntos en esta parte de la provincia de Nínive. “Para nosotros, este era un sitio importante para proteger y preservar, tanto para las generaciones futuras como porque es uno de los pocos elementos comunes que quedan entre el judaísmo, el islam y el cristianismo. Simboliza lo que la región podría ser en términos de coexistencia en una parte del mundo en la que esto no existe en este momento”.

Shmun, un local de 93 años de edad contó al portal sus antañas memorias del siglo pasado. “Los judíos venían, rezaban y celebraban en la tumba de Nahum. Nahum habló con el Señor. Él es un profeta”.

Sabah, de 76 años y amigo de Shmun, recuerda cómo las familias judías se quedaban con los lugareños antes de su expulsión hace más de un siglo, incluida su propia familia, durante las peregrinaciones a la sinagoga, especialmente durante la fiesta de Shavuot. “Me escabullía al santuario y veía a los judíos rezando, moviendo sus cuerpos como vemos ahora en la televisión”. Sabah dijo que está triste de ver el santuario en su estado actual. Su amigo Shmun agregó: “El declive comenzó después de que los judíos se fueron, y comenzó a decaer en los años 60″.

Los hombres se sienten aliviados de que finalmente se hacía algo, un sentimiento también sostenido por algunos de los jóvenes residentes de Alqosh. Nafla, de 26 años, dijo que a menudo ha ido al altar “a orar, porque es un templo”. Dyar, de 31 años, también ha estado en el interior muchas veces. “Quería saber cómo era antes”, dijo. “Es nuestra historia, nuestro Nahum“.

El padre Araam está de acuerdo. “Nahum es nuestro profeta también”, dijo. “La iglesia es responsable de todos los santuarios aquí en Alqosh ahora”. Es por eso que la iglesia caldea puso un techo sobre la sinagoga hace un par de años para evitar que las lluvias de invierno le causaran más daños. “Intenta protegerla como lo haría una madre”, dijo el sacerdote.

Sin embargo, como señaló Tiffen, el trabajo que está actualmente en curso es solo la primera etapa de lo que se necesita para mantener la sinagoga segura para las generaciones futuras. “Nuestros ingenieros se centraron en los desafíos inmediatos y han estabilizado el sitio durante al menos los próximos tres años”, dijo. “[Eso] nos da tiempo para decidir lo que se debe hacer a continuación, y para encontrar el dinero para hacerlo”.

Fuente: Al Monitor / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico