¿Por qué celebramos Pesaj?

Enlae Judío – Toda historia tiene un punto de inicio. Un evento, un terreno, un personaje desde el cual todo lo que ocurre se desarrolla y desde el cual todo toma sentido. Para el pueblo judío ese principio ocurrió el 15 de nisán, día en que celebramos la festividad de Pesaj. Esa noche los judíos de Egipto sirvieron en su mesa al cordero que habían sacrificado, con el cual habían pintado de rojo los dinteles de su puerta, comieron de su carne y a la mañana siguiente salieron de Egipto. Ese día fue el inicio de muchos eventos.

Fue el inicio del pueblo judío como una nación unida con un solo objetivo, obedecer a D-s y ser una luz para las naciones; el inicio del peregrinar por el desierto que duró 40 años y el inicio de la relación que existiría eternamente entre Israel y el Creador del Mundo. Fue el día en que D-s se reveló con Su Nombre frente al mundo entero y fue el día en que el hombre tuvo la posibilidad de ser libre, de escoger sus acciones, de tener un objetivo eterno.

Sin ese día no existiría la posibilidad de conocer el nombre de D-s y de acercarse a Él a través de una ley moral eterna. Sin ese día no existirían ni los judíos ni el pueblo judío. Por eso es que de todas las festividades Pesaj es a la que más atención se le pone, porque Pesaj mismo encierra la esencia de lo que somos como judíos.

¿Qué es el seder de Pesaj?

Como toda celebración judía, cuando festejamos un día sagrado no sólo recordamos el evento milagroso y nos regocijamos de su suceso en el pasado; sino que volvemos a vivir el camino espiritual que nuestros antepasados cruzaron al andar por esa vía. Es decir, en Pesaj no celebramos haber sido liberados, sino que volvemos a liberarnos. Esto obviamente requiere de una preparación específica para cada festividad y de acciones muy particulares que se deben realizar tanto a nivel individual como a nivel público. Las dos acciones más importantes de Pesaj es el abstenerse de comer jamtez (productos de harina leudados) durante la semana que dura la festividad y el seder que se realiza en las primeras dos noches. Ambos nos obligan a volver a vivir el ciclo tan complejo que involucra salir de la esclavitud a la libertad.

El seder esencialmente se hace para revivir ese proceso; es el rito más importante del día entero y se hace en una cena familiar. Su nombre en hebreo quiere decir “orden” y consta de una serie de 15 acciones ordenadas que realizamos esas noches, las cuales se llevan haciendo de esta forma por más de miles de años. Gira alrededor de dos acciones principales: el recuento del Éxodo de Egipto, sus implicaciones e importancia, el cual idealmente es narrado por los padres a sus hijos; y la ingestión de ciertos alimentos que tienen significados simbólicos como la matzá (pan no leudado), el maror (hierbas amargas), el jaroset (dulce de dátil) y el vino. Los cuales cada uno representa la libertad y la esclavitud a distintos niveles, y su consumo dependiendo del contexto de la noche pasa a representar una cosa distinta a cada momento.

Dado que es un rito extensísimo y profundísimo no seremos capaces de abordarlo en su totalidad en este breve espacio. Por lo cual retomaremos tan sólo los aspectos más relevantes del mismo.

La Agadá de Pesaj

Si tuvieras que contarle a tu hijo la historia de su nacimiento, ¿por dónde empezarías? ¿Le contarías desde que eras niño y pensabas tener tu casa con sus hermanos? ¿Desde el momento en que conociste a su madre? ¿O le hablarías del futuro y del día en que él sea padre?

Hablar del nacimiento de una nación no como nación física sino como unidad espiritual es por demás complejo. El Éxodo de Egipto no involucra únicamente la salida de los judío de Egipto, involucra también la manifestación de D-s a la humanidad como Rey del Universo. La posibilidad de alcanzar la máxima libertad que el hombre puede alcanzar. Por ello su narración incluye tanto el inicio del mundo, del hombre y de todas las cosas que conocemos como el futuro. Cuando se habla el Éxodo de Egipto se habla del Genesis, de la casta real, del Mesías y muchos otros eventos que conforman la concepción judía de espiritualidad, nación y libertad.

Una de las mitzvot (mandamientos) que se deben de hacer durante el seder de Pesaj es leer la Agadá de Pesaj durante la cena y discutirla con los comensales, niños y adultos por igual. Ésta es un texto compuesto a lo largo de los años por tanaitas (rabinos del Talmud) y grandes sabios. En ella se explica paso a paso las 15 acciones que se deben realizar durante el seder. Y se encuentran fragmentos de textos sagrados. Por ejemplo, aparecen fragmentos del Genesis donde se habla de Abraham nuestro patriarca, aparecen salmos escritos por David, fragmentos del cantar de los Cantares y pasajes de la Mishná.

Cada uno de los pasajes está inmerso en un contexto tal que empuja al lector y los escuchas a hacerse preguntas sobre el Éxodo y sus implicaciones refiriéndose tangencialmente a él, nunca de forma directa. Es decir, la historia no es narrada sino referida. Precisamente de toda la Agadá, el fragmento que más se ha popularizado y más presencia ha tenido en medios masivos como referente cultural son “Las Cuatro Preguntas”. Son cuatro preguntas sobre el día que el hijo más pequeño canta al padre. Finalmente tiene sentido ya que toda la Agadá y Pesaj mismo giran alrededor del enigma y la pregunta.

La matzá, el maror y el jaroset

Otros elementos estrella de la noche son los alimentos rituales que consumimos durante el seder de Pesaj. Estos son el maror (hierbas amargas), la matzá (pan especial de Pesaj) y el jaroset (dulce de dátil). Se comen en distintos momentos de la noche y en cada punto representan un aspecto distinto.

Las hierbas amargas representan las lágrimas que derramamos en Egipto. A veces son abiertamente las lágrimas de la esclavitud y a veces no es claro si también son lágrimas que soltaron de aquellos que fueron liberados; aquellos que no querían abandonar la vida que tanto odiaban pero a la cual ya se habían acostumbrado.

La matzá igualmente a veces representa el pan de la esclavitud y a veces el pan de libertad. Mientras que el jaroset representa la pasta con la que se hacían los ladrillos de los edificios egipcios. Aquellos que el faraón uso como excusa para torturar judíos. Una característica peculiar de este alimento es su naturaleza dulce, al referirse a los ladrillos uno pensaría que es amargo o ácido sin embargo, es de un sabor muy agradable.

El vino

Otro elemento esencial es el vino. A lo largo de toda la noche bebemos cuatro copas de vino que representan las cuatro frases de libertad que usó D-s para sacarnos de Egipto. Cada copa la bebemos reclinados sobre la mesa y las servimos unos a otros. La primera se usa para santificar el día como cualquier día sagrado. Las siguientes para distintos eventos de la noche.

La más conocida es la que usamos para representar las plagas que ocurrieron en Egipto. En algún momento de la noche, se toma la copa de vino y con un cubierto se sacan 10 gotas de vino mientras se dicen el nombre de las plagas y se van poniendo en una servilleta. Esta servilleta al acabar el día se tira, ya que está cargada de energías muy negativas.

A parte de las cuatro copas al final del seder se sirve una quinta copa para la llegada de Elías el Profeta, quien anuncia al Mesías. Se le deja servida sobre la mesa.

El aficomán

Cómo mencionamos antes, Pesaj incita más a las preguntas que a las respuestas. El enigma es central en esta fiesta. El seder entero comienza con un pequeño pedazo de matzá que el padre de la casa esconde para que los niños lo busquen. A este pedacito se le llama aficomán y es tan importante que la cena no puede terminar si ninguno de los niños lo ha encontrado. Es lo último que comemos esa noche y es una de las tradiciones que se discuten dentro de la Agadá. En su esencia carga los múltiples simbolismos de la fiesta.