Enlace Judío México – Esta no fue una manifestación pacífica. De las decenas de miles de habitantes de Gaza que se congregaron en la frontera con Israel el viernes por la tarde, sólo unos pocos miles se acercaron a la valla de seguridad. Arrojaron bombas incendiarias, colocaron explosivos al costado de la carretera, quemaron neumáticos e intentaron cortar la cerca y cruzar a Israel.

AMOS HAREL

El ejército respondió con mano de hierro: murieron 16 manifestantes, la mayoría de ellos fueron abatidos por francotiradores de las FDI, al parecer, después de que entraron en la zona de seguridad de 300 metros de ancho impuesta por Israel en el lado de Gaza. Cientos resultaron heridos, algunos por disparos y otros por inhalar gas lacrimógeno. Las cifras señalan el uso excepcional y generalizado de fuego vivo del ejército. El viernes fue el peor día de violencia en la Franja de Gaza desde el final de la Operación Margen Protector en el verano de 2014.

¿Y ahora qué? Parece que Hamas, cuyos activistas participaron en la organización de las manifestaciones e instaron a las multitudes a enfrentarse con el ejército cerca de la valla de seguridad, halló una forma más efectiva de crear fricciones con el Ejército de Defensa de Israel que los cohetes y túneles. Los cohetes y los ataques terroristas dentro de Israel pueden provocar una guerra que al parecer, Hamas no quiere. Además, el sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro proporciona una protección razonable contra los cohetes y la barrera de alta tecnología que Israel construye a lo largo de la frontera está diseñada para detectar y bloquear la construcción de túneles subterráneos desde la Franja de Gaza hacia territorio israelí. Hasta el momento de esta publicación, a pesar de la gran cantidad de bajas palestinas, ni un solo cohete ha sido disparado contra Israel desde el enclave costero.

Tras los incidentes del viernes la comunidad internacional a vuelto a poner atención a Gaza, después de meses de indiferencia. El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, pidió una investigación independiente sobre los enfrentamientos, pero los medios internacionales se preocupan menos por Gaza que por las muertes en Siria o las tensiones entre Washington y Moscú, y es dudoso que la administración de Trump condene la conducta de Israel.

Es muy poco probable que los habitantes de Gaza se impresionen por la protesta del presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas. Fue él, más que nadie, quien generó la crisis actual mientras empujaba a Hamas hacia la cerca con sus decisiones de limitar la ayuda económica a sus rivales en la Franja. Abbas sabía lo que provocaría ante la presión económica sobre Hamas, que se ha negado a desarmarse como parte del proceso de reconciliación con la Autoridad Palestina. Justo después del fallido intento de asesinato contra el primer ministro de la AP, Rami Hamdallah, cuando visitaba a los funcionarios de Hamas en Gaza el 13 de marzo, quedó claro que el proceso de reconciliación había muerto y que Hamas buscaría nuevas formas de escapar de la difícil situación en la que se encuentra.

El plan original de los organizadores de la protesta, que al principio operaban relativamente independiente de Hamas, era permanecer en grandes casas de campaña cerca de la valla durante un mes y medio, y marchar hacia la cerca cada fin de semana. Ahora, en vista de las numerosas víctimas, tendrán que cambiar sus planes, posiblemente enfocando sus esfuerzos hacia el Día de la Nakba en mayo. La pregunta es si habrá suficientes jóvenes dispuestos a arriesgar sus vidas en tales marchas después de la respuesta de Israel.

A juzgar por la retórica extremista de los líderes de Hamas el viernes, parece que los eventos cumplieron su propósito. Hay un logro que ya pueden atribuirse, más allá de haber llamado la atención del mundo. Las manifestaciones del viernes precisaron un gran número de fuerzas israelíes en la víspera de Pésaj, llamando la atención de los altos mandos del Estado Mayor. Si continúan los disturbios, los nuevos despliegues de fuerzas podrían afectar los planes del ejército a largo plazo. Ante los pronósticos de relativa calma en los territorios, se había previsto utilizar este período para una capacitación más extensa.

El Estado Mayor justificó las reglas de enfrentamiento el viernes a pesar del alto número de muertes palestinas, y señaló que no se trataba de una manifestación normal, sino de un intento masivo de cruzar la valla fronteriza. Sin embargo, parece que las críticas al ejército tras las incursiones de palestinos que cruzaron la cerca la semana pasada influyeron en su enfoque para contener los disturbios.

A largo plazo, se puede crear un problema aquí, lo que nuevamente plantea la pregunta de por qué el ejército no recibió ayuda de la policía y la Policía de Fronteras, que tienen más experiencia en el manejo de disturbios a gran escala. La Franja de Gaza sigue siendo una bomba de tiempo; la crisis actual podría continuar y provocar reacciones de los palestinos en Cisjordania y Jerusalén Este.

Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico