Enlace Judío México – El cashrut (reglas de consumo de alimentos) es una de las mitzvot (mandamientos) más importantes para los judíos; es una de las prácticas que ha prevalecido a lo largo de los siglos de forma intacta. Las razones por las cuales se hacen son variadas, que van desde reconocer la omnipotencia divina, forjar fortaleza de carácter o crear una cerca para la santidad. En el siguiente artículo de Rab. Berel Wein nos habla de ello.

¿En qué crees? Rab. Berel Wein

Las leyes de cashrut en referencia al consumo de animales, aparecen en la perasha (porción de Torá) de esta semana. La Torá hace gran énfasis en la palabra “lehavdil” – distinguir, separarse – al discutir estas leyes.

De hecho al final del fragmento, la perashá hace un recuento de lo dicho y la Torá nos explica que el propósito principal de las leyes de cashrut es exhortarnos a identificar y distinguir entre lo puro y lo impuro, entre lo que es propicio para el consumo humano y lo que no.

En un sentido más profundo, podemos observar que la esencia misma del pensamiento judío y su estilo de vida radica en la habilidad de distinguir y separar lo divino de lo mundano, lo correcto de lo equivocado, los valores constantes y absolutos de los que perecen, lo eterno de lo temporal.

El judaísmo no es una religión relativista, que cambie continuamente sus creencias y estándares de comportamiento; difícilmente se dice que “todos tienen la razón.” El judaísmo no sólo defiende una postura, aparte define claramente y a detalle lo que defiende y sus creencias. Sus mandamientos están hechos para guiar a la persona que los sigue hacia la santidad y la inmortalidad.

Rechaza lo impuro y exige un comportamiento recto y la abstención de impurezas en nuestros pensamientos, comida, comportamiento y palabra. Todo esto es parte del reto que aceptamos en el Monte Sinaí cuando se nos ordenó convertirnos en un reino de sacerdotes y una nación santa.

La Torá nunca ha flaqueado en esa petición. Las leyes de cashrut descritas en la perashá de esta semana son parte de lo que D-s nos pide para transformar y santificar nuestro carácter.

El último gran rabino de Lublin, previo a la Segunda Guerra Mundial, Rab. Meir Shapiro visitó los Estados Unidos en 1920 con el fin de levantar fondos para su yeshivá en Lublin. Fue muy bien recibido y honrado por la comunidad estadounidense durante su visita. Incluso su recaudación fue más que sólo exitosa.

Sin embargo, al regresar a Lublin hizo un comentario asertivo sobre la situación que vivían los judíos americanos: “La judería estadounidense ha aprendido a hacer Kidush; sin embargo, no ha aprendido a hacer Havdalá” (1) ¡Havdalá! La habilidad de identificar lo que es nocivo para la santificación de la vida judía y separarse de ello es mucho más difícil de llevar a cabo que el Kidush comunal y extensivo.

Sin Havdalá todas las generaciones venideras están destinadas a asimilarse y perder su identidad y valores judíos. Sin construir grados reales de separación dentro de la vida judía, estamos destinados a la extinción espiritual.

Toda la historia judía ha demostrado esta realidad. Cuando los judíos ignoran los mandamientos de la Torá y adoptan los atributos negativos de las otras culturas, el mundo externo al judaísmo empuja a las comunidades judías a perderse espiritualmente, tanto como individuos o como nación.

En un mundo que refleja poco interés por la moralidad, el reto de ser un individuo puro y correcto es un desafío complicado.

Sólo adquiriendo las habilidades de discernimiento, y la fuerza para separarnos en todas las áreas de nuestra vida es que podemos aspirar a realizar esa meta tan elevada de ser una nación sagrada, un reino de sacerdotes.

Notas:

(1) Son los dos rezos que caracterizan al Shabat, el primero se hace Viernes por la noche al empezar el séptimo día y el último en sábado por la noche, al finalizar el día sagrado. Kidush significa santificación, mientras que Havdalá significa separación. Se separa el día sagrado del resto de la semana.

Fuente: torah.org