Enlace Judío México – Uno de los principios más importantes del jasidismo es el amor al otro. Casi toda su doctrina gira alrededor de ello. Para los jasídicos uno conoce a D-s aprendiendo a amar a su prójimo y no logra ninguno de los mandatos divinos si no puede cumplir correctamente con este último. Las siguientes historias de Martín Buber retratan la importancia que es este precepto dentro de dicha filosofía. Nos enseñan que para amar a nuestro prójimo primero debemos conocer sus necesidades.

Cómo el rabino de Sasov aprendió a amar

Rabi Moshe Leib solía contar esta historia:

“Cómo amar a los hombres es algo que aprendí de un campesino. Estaba sentado en una posada junto a otros campesinos, bebiendo. Por tiempo largo, permenació callado como todos los demás. Sin embargo, cuando el vino movió su corazón, le pregunto a su compañero: “Dime ¿me quieres o no me quieres?” “Te quiero mucho” contestó el otro. Sin embargo, el primer campesino le dijo: “Dices que me quieres, sin embargo no sabes lo que necesito. Si realmente me amaras, lo sabrías.” El otro no supo que contestar a esto y tras la pregunta, los dos hombres volvieron a callar.”

“Sin embargo, yo entendí. Conocer las necesidades de los hombres y cargar el peso de su miseria – ese es el verdadero amor a los hombres.”

Su propio sufrimiento

Cada vez que el rabino de Sasov veía a una persona sufrir ya sea en espíritu o en cuerpo, lo entendía de forma tan profunda que el sentimiento del otro se convertía en el suyo. Una vez alguien expresó su sorpresa al ver la capacidad del rabino para compartir los problemas del otro.

“¿A qué te refieres con ‘compartir’?” dijo el rabino “Es mi propia pena; ¿cómo puedo evitar sufriirla?”

Fuente: Tales of the Hasidim