Enlace Judío México – Cientos de personas participaron en una marcha solidaria el lunes por la noche en Jerusalén para conmemorar el 103 aniversario del genocidio armenio, justo cuando el veterano líder de Armenia, Serzh Sargsián renunció a las celebraciones masivas en todo el país empobrecido.

Se estima que alrededor de 1.5 millones de armenios fueron asesinados por el Imperio Otomano entre 1915 y 1917, aunque Turquía se niega a reconocer la masacre que ha sido formalmente reconocida como genocidio por 24 países, incluidos Francia y Rusia.

Los armenios han intentado crear conciencia sobre las atrocidades y culpan a Turquía por perpetuar la propaganda.

El genocidio no ha sido reconocido formalmente por Israel ni Estados Unidos, probablemente debido a las relaciones diplomáticas con Turquía y Azerbaiyán, con el que Israel mantiene relaciones comerciales. Azerbaiyán suministra el 40% de su petróleo y es considerado como un lugar estratégico si atacara a Irán.

La marcha comenzó a las 6:30 p.m. en la Catedral de St James bajo el patrocinio del patriarca armenio de Jerusalén, el arzobispo Nourhan Manougian y culminó en el monumento al genocidio en el cementerio armenio de Jerusalén.

El martes, la conmemoración comenzó a las 9:00 a.m. donde se celebró una misa en la Catedral de Santiago tras una procesión al monumento al genocidio armenio.

Posteriormente, la multitud se reunió fuera del consulado turco y frente al Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel en Jerusalén para protestar por la negación del genocidio por parte del gobierno turco y el rechazo de un proyecto de ley en la Knesset que reconoce el genocidio armenio.

Los manifestantes portaban pancartas que decían “Los Armenios Exigen Justicia” y “Israel debe reconocer el crimen del siglo XX: El genocidio armenio”.

 

Armenia declaró su independencia de la desmoronada Unión Soviética el 23 de septiembre de 1991, tras un referéndum abrumador.

El ex disidente Levon Ter-Petrosián gana las primeras elecciones presidenciales del país y dos meses después, Armenia se convierte en miembro de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) antes de ser admitida en las Naciones Unidas en 1992.

En los primeros días de la independencia, estalla una revuelta de la población armenia en Nagorno-Karabaj, un enclave en Azerbaiyán. Más de 30,000 personas mueren en la guerra que termina con un cese al fuego en 1994. Sin embargo, el estatuto de la región sigue sin resolverse a pesar de los años de esfuerzos diplomáticos.

Aislado en sus intentos de encontrar una solución al conflicto, Ter- Petrosián dimite en 1998 y es reemplazado por Robert Kocharián.

En 1999, hombres armados asaltan el edificio del parlamento y matan al primer ministro nacionalista Vazgen Sargsián y otros seis políticos.

Kocharián es reelegido en 2003 para un segundo mandato de cinco años en una votación teñida de irregularidades, según la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.

En 2008, el ex oficial del ejército prorruso Serzh Sargsián gana las elecciones presidenciales en la primera vuelta, que la oposición denuncia como fraudulenta.

Los sangrientos enfrentamientos entre la policía y los partidarios del derrotado opositor Ter- Petrosián se desatan a principios de marzo del mismo año, dejando 10 muertos y cientos de heridos.

En 2009, Armenia y Turquía firman un acuerdo para normalizar las relaciones.

Los llamados protocolos de Zurich nunca se ratifican y en 2018 el gobierno emite un decreto para anular el proceso.

En 2013, Serzh Sargsián es reelegido tras una aplastante victoria de su partido en las elecciones legislativas del año anterior.

Dos años después, las protestas diarias paralizan la capital de Ereván debido a la controvertida medida del gobierno de aumentar los precios de la electricidad.

En diciembre de 2015, un referéndum constitucional convierte al país en una república parlamentaria, una reforma disputada por la oposición vista como un movimiento de Sargsián para permanecer en el poder.

En julio de 2016, hombres armados a favor de la oposición se apoderan de una estación de policía en Ereván, tomando como rehenes a oficiales de policía y personal médico. El enfrentamiento deja dos oficiales muertos y desencadena protestas masivas contra el gobierno.

Al año siguiente, el partido republicano de Sargsián gana las elecciones legislativas en una votación disputada.

En marzo de 2018, los legisladores eligen a Armen Sargsián como nuevo presidente, un papel mayormente ceremonial bajo el nuevo sistema de gobernanza.

Pese a los días de protesta en Ereván, el 17 de abril de 2018 el parlamento elige al ex presidente Serzh Sargsián como primer ministro por 77 votos a favor y 17 en contra.

El líder de la oposición, Nikol Pashinián, es detenido y liberado en medio de nuevas protestas, en tanto que Sargsián se ve obligado a dimitir.

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