Enlace Judío México.- En una ocasión un padre le mostró a Rab Yaacob Kamenetzki cómo le enseñaba a su hijo a caminar.

Se paró a unos dos metros de su hijo y le dijo, “acércate y te daré este caramelo”. Cuando el niño se acercó, el padre se alejó un poco más para que el chiquito diera unos pasitos más. Al pretender hacer lo mismo una tercera vez, el Rab le dijo, “ya dale el dulce, no le enseñes a mentir para enseñarle a caminar”. Es decir, el fin no justifica los medios. Eso sería enseñarle indirectamente a mentir.

En otra ocasión el Rab visitó una escuela que dirigía su hijo, notó que la mezuzá en algunas aulas estaba colocada en la parte inferior del marco, por debajo de lo que establece la ley. Le llamó la atención a su hijo, éste argumentó, “la ponemos ahí porque así los chiquillos pueden darle un beso a la mezuzá”. Le respondió su padre, “no se debe hacer algo en contra de la ley para que le den un beso, mejor pongan un banquito para que se suban a darle un besito- y si no le dan, no pasa nada”. En otras palabras, se debe mantener el estatus de la Torá aun si eso es una pequeña incomodidad para los niños, porque si no, aprenderán que la Torá se puede acomodar. [Además, aprendemos cómo los grandes jajamim no se dejaban sobornar por alguna relación familiar- u otra cosa- si se tenía que llamar la atención.]

Un último consejo: Si el hijo pide algo que no se puede pagar, el padre no debe decir, “no lo podemos pagar”, mejor, “no lo necesitamos”. El motivo es porque no se recomienda que el niño piense que el padre es un fracasado o alguien a quien lo explotan en el trabajo y no le pagan lo suficiente, o algo similar. Eso podría hacer “depreciar” ante sus ojos el estatus de los padres. [Además, esta sugerencia nos hace hincapié en la importancia de enseñar que no todo se necesita- ¡excelente!]

 

Basado en las palabras de Rab Moshé T. Lieff

Fuente: Halajá Diaria