“Nunca dejes que un miedo sea tan grande que te impida seguir adelante”.
“No es más valiente aquel que no tiene miedo sino el que sabe conquistarlo”

Nelson Mandela

Enlace Judío México.- Luvvie Ajayi dice que hay que ser la primera pieza que caiga para generar el efecto dominó y ser el que inspire a los demás, no permitiendo que el miedo dicte nuestras decisiones.

GINA HALABE PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Al salir de Egipto, el pueblo de Israel se enfrentaba a una nueva época de retos, incertidumbre y cambios, pero estaba en el poder de su fe el poder superar esto, pero además uno de ellos necesitaba superar los miedos que estaban alrededor de cada nueva situación para poder ser la primer pieza de dominó en caer y poder inspirar a los demás con confianza, seguridad y fe.

Después de 10 difíciles plagas el faraón de Egipto corre al pueblo hebreo, ellos se apresuran y toman sus cosas, salen tan rápido que ni siquiera da tiempo de que el pan se leude. Entran al desierto y se topan con un obstáculo grande e importante: el Mar Rojo. Es en este momento en que una pequeña parte del pueblo, cuya convicción y fe no era total, reclaman y manifiestan su temor a Moshé “¿Acaso no hay tumbas en Egipto, que nos has tomado para morir en el desierto? ¿Qué es esto que nos has tomado para sacarnos de Egipto?”

Moshé, el líder del pueblo cuyo grado de fe era todo lo opuesto a este grupo que reclamó les contestó: “No teman, permanezcan tranquilos y vean la salvación que el Eterno les hará hoy”. Moshé les estaba pidiendo fe, pues era la forma en la que podrían abrir los ojos a una nueva vida, pero hacía falta la pieza que inspiraría a los demás, la pieza se llamaba Najshon ben Avinadab.

Najshon ben Avinadab, al ver que el pueblo tendría que atravesar el Mar Rojo para encontrar su libertad; lleno de valor, seguridad, pero sobre todo fe, fue el primero en dar el primer paso y entrar al mar, aun cuando éste no estaba todavía accesible para que el pueblo caminara entre él. El agua iba cubriendo cada vez más su cuerpo y aún no pasaba nada; sin embargo él siguió adelante, venció los miedos y siguió adelante. Fue cuando el agua estaba al nivel de su cuello cuando el mar se dividió, abriendo el paso a las 12 tribus a una vida nueva, una vida de libertad y liderazgo.

Como éste hay distintos casos en los que podemos ver como la Torá nos enseña que siempre han existido personajes que fueron la primera pieza, sus herramientas eran la seguridad y la fe y el resultado fue inspirar a miles a actuar.

Tras la muerte de Moshé, Yehoshua asume no solamente la responsabilidad de liderar al pueblo guiados con la fe en las leyes que D-os nos dio, sino también de conquistar y dividir la tierra que muchos años antes le fue prometida al pueblo de Israel.

Ya habían pasado 40 años en el desierto, era el fin de esa etapa para entrar a una nueva, los judíos tendrían las tierras que les fueron prometidas y verían crecer a su descendencia de manera incontable, como la arena de la playa. Así que la misión de Yehoshua empezaba y la primera persona que nos enseñaría a ser la ficha de dominó es Rahab.

Cuando el pueblo estaba en Shitim envió a dos espías para ver cómo estaba la tierra, sobre todo la ciudad de Yerijó. Al entrar a la ciudad los habitantes ya tenían miedo, pues habían escuchado rumores de la fuerza del ejército hebreo, a pesar de haber vivido 40 años de manera variable de un lugar a otro, así que el rey ordenó cerrar el muro de la ciudad, pues el miedo de tener que enfrentarse al ejército hebreo era muy grande. Pero hubo una persona que no les tuvo miedo, que entendió de manera diferente el episodio al que se iban a enfrentar y decidió actuar de manera diferente.

Rahab fue la mujer que decidió esconder a los dos espías en su techo y con los que acordó su salvación y la de su familia. “Ahora, lo ruego, júrenme por el Eterno, que así como yo hice merced con ustedes, así también ustedes harán merced con la casa de mi padre”. Los hombres llevaron a Rahab ante el rey, pero ante ningún temor flaqueó y mantuvo su palabra, de hecho se podría considerar que ella fue un elemento esencial para la conquista de la ciudad de Yerijó, al final Rahab es recompensada y se convierte en parte del pueblo y en parte de nuestra historia. Cuando Yehoshua tiene que emprender el camino a la conquista junto con el pueblo, deben de atravesar el río Yarden, no sería fácil que todo un pueblo atravesara por un río junto con el ganado, sus pertenencias, niños, ancianos, etc., pero el elemento que, como en los otros episodios se identifica en común es la fe y el vencer el miedo.

En esta ocasión los cohanim serían la primera pieza en caer, y aunque fue por instrucciones que siguieron lo hicieron con valor, sin temor y cargando el Mishkan (el Tabernáculo) se metieron al río y esperaron a que las aguas se separaran para que todo el pueblo pudiera pasar a las tierras que esperaban. “Al llegar los portadores del arca hasta el Yarden, y los pies de los Cohanim que llevaban el arca se sumergieron en la orilla de las aguas, se detuvieron las aguas que venían bajando de la parte de arriba y se pararon en un montón…” “Y estuvieron los Cohanim que llevaban el arca del pacto del Eterno, en seco, en medio del Yarden, mientras todo Israel iba pasando en seco, hasta que el pueblo acabó de pasar el Yarden”.

O cuando el pueblo, ya asentado en su tierra, pero cansado de los malos liderazgos, pide un cambio, pide un rey. Shaul es elegido por D-os como el primer rey del pueblo de Israel, su enemigo número uno fueron los filisteos, a los que constantemente se enfrentó en el campo de batalla, pero fue una la batalla que definió el futuro del pueblo, incluso del rey. En esta batalla la pieza de dominó fue determinante.

Llevaban 40 días escuchando al campeón de los filisteos retar al pueblo de Israel, nadie de ellos se animaba. Goliat imponía miedo y frustración al pueblo, Shaul el rey estaba desesperado, ofrecía recompensas pero nada servía, hasta que un humilde pastor fue por instrucciones de su padre a ver el estado de sus hermanos y su capitán para llevarles comida, así es como David le enseñó a todo su pueblo y al filisteo que su mejor arma es la fe y gracias a ella vencer el miedo. “Tú vienes a mí con espada, con lanza, y con venablo; empero yo voy a ti con el nombre del Eterno de los Ejércitos, el D-os de las huestes de Israel…” Goliat subestimó el poder de la fe y de la capacidad de la valentía, tras este glorioso episodio para el pueblo de Israel, el nombre de David cobró mucha fama, despertando los sentimientos de resentimiento de muchas personas que fueron parte de su vida; sin embargo él nunca dudó, la fe con la que siempre actuó hizo de David uno de los personajes, por lo menos a mi gusto, más importantes de la Historia judía, fue una pieza de dominó que inspiró a muchos, el ser la primera pieza que cayó permitió que se escribiera una historia llena de moralejas, de ejemplos y aprendizajes.

Solamente se mencionaron algunos ejemplos de los personajes que fueron la primera pieza en caer, cada uno de estos personajes inspiró a muchos en su época para poder actuar, hablar y poder luchar por lo que creen correcto, confrontando y venciendo los miedos, aceptando que hay consecuencias pero nunca dejando que éstas los detengan. Ellos fueron de las pocas personas que, hasta hoy, se han atrevido a ser la primera pieza de dominó en caer.

No dejaron que el miedo dictara sus decisiones. Esta lección se ha replicado en miles de episodios de la historia y nos enseña que no importa dónde o en qué época vivas, siempre va a haber una oportunidad para ser esa pieza de inspiración, de justicia y de acción que va a ser la voz de los que tienen miedo de callar pero la que también te va a enseñar a asumir la absoluta responsabilidad de tu actuar.