ENLACE JUDÍO MÉXICO : Historia de una aristócrata francesa que se radicó en Grecia y donde tras unas desgracias se refugió en la religión y la filantropía, hasta convertirse al judaísmo.


François Barbé-Marbois, marqués de mismo nombre (que en 1779 fue nombrado algo así como agregado comercial de la embajada de Francia en los Estados Unidos) era su padre. Su madre, Elizabeth Moore, hija de William Moore, gobernador de Pennsylvania.  Tuvieron a Sofía en 1795. Y al año siguiente partieron hacia el nuevo destino diplomático: la República Dominicana.

La casaron con Charles-François Lebrun, Duque de Plasencia y Príncipe del Imperio, un abogado francés. El matrimonio no fue feliz en ningún momento, pero tuvieron una hija, a la que llamaron Elizabeth. Como los padres no se soportaban, él se fue a Amsterdam a traducir La Ilíada y la madre, con la criatura, a Italia.

Tras el estallido de la Guerra de Independencia  de Grecia -1821-  la duquesa y su hija, como tantos otros románticos empedernidos, se arrojaron apasionadamente a la causa griega. Tanto fue así que en el revolucionario año de 1830 se trasladaron  a Nauplia, la capital de Grecia,  Allí, por decirlo de algún modo, confraternizó con el líder griego y corfiota  Juan Capodistria -a quien había conocido en París en 1826. Sophie pagaba de sus dineros la educación pública y cuando Kapodistria fue asesinado, abandonó Grecia. Pero regresó pronto, para afincarse en Atenas.

Lo primero que hizo al llegar a Atenas fue comprar toda la tierra que pudo en las inmediaciones del Monte Penteli (de donde salió el mármol del Pentélico para la construcción de toda la Akrópolis)  En la ladera del monte existe una cueva que salió a la luz en el S V a.e.c. durante los trabajos de la cantera para el Partenón. Fue utilizada para el culto del dios Pan y las ninfas. En la Edad Media sirvió como morada de eremitas de la iglesia ortodoxa. Otra cosa que hizo fue encargar un palacio en la ladera preciosa del Monte Pentélico. Y al mismo arquitecto le encargó también  el palacio de la Duquesa en Atenas, al que llamaron Villa Illisia (hoy es el Museo de Arte Bizantino)

Mientras construían los palacios, ella se fue de viaje con su hija a Beirut, donde su hija contrae una neumonía y fallece. La  Duquesa regresó de Beirut con el cadáver de su hija embalsamado y lo depositó en una cripta de los sótanos de su hogar enventual, en la calle Pireo, mientras se acababan sus dos palacios. Encargó a su arquitecto la construcción del castillo de Rododafni con la pretensión de enterrar allí a su hija, pero no pudo ser, porque a la Duquesa se le incendió la casa en la calle Pireos y el cadáver de su hija ardió en el fuego.
Después de ser la gran señora de Atenas, la aristócrata mundana por excelencia, el suceso del incendio la reconcentró en la religión judía. Se retiró de la vida social por completo. Sólamente, dicen,veía a dos personas: a su amiga del alma, Fotini Mavromijali, dama de compañía de la reina Amalía… y a Davelis, el más importante y famoso bandolero de la zona en aquellos tiempos, que se escondía en el Pentélico y que no le encontraban nunca porque tenía cavados unos túneles que comunicaban sus cuevas con la mismísima alcoba de la Duquesa.
Davelis, acusado de asesinato de un gendarme por el abad del monasterio de Pendeli, además de desertor del ejército griego, acabó formando una banda de bandoleros a las afueras de Atenas -también por Tatoi- hasta que fueron todos ellos decapitados en la Plaza del Sintagma de Atenas, bien cerca de Villa Illisia.
Tanta desgracia la acercó aún más a la religión. Y empezó a conocer tanto el judaísmo sefardí como el  romaniote; también se dedicó a la filantropía. Sobre todo, en Calcis y su antigua sinagoga.
Calcis, capital de la Eubea, ya estaba fundada antes de la Guerra de Troya, fue donde murió Aristóteles. En tiempos de la Duquesa, la ciudad estaba dividida en dos: la parte antigua, donde habitaban los judíos y los turcos, y la parte nueva, extramuros, donde vivían los griegos. Gran parte de las murallas desaparecieron con el terremoto de 1894.
La sinagoga de Jaldikia,  Calcis, a 100 kms de Atenas, fue destruida seis veces en 2000 años. En la reconstrucción de la época de la Duquesa se usaron lápidas del antiguo cementerio de la comunidad para hacer los muros. La sinagoga de Calcis había sido destruida por fuego cuando la Duquesa quiso reconstruirla. La última vez que la habían reformado había sido en 1400.
Y entonces formalizó su conversión al judaísmo.
Su tumba en Atenas
Falleció a los 69 años de edad, en 1854, y fue enterrada en la edificiación que se construyó en la falta del Pentélico.  La tumba pervivió intacta hasta 1946, cuando Atenas fue liberada de la invasión nazi y cayó en manos de las guerrillas comunistas. El único heredero de la Duquesa fue un sobrino que tenía en Francia y que toda la herencia griega de su tía la vendió al Estado Heleno.
El castillo de las adelfas -Rododafni- fue la propiedad estatal elegida para que se instalara en ella Constantino II de los Helenos al casarse con Ana María de Grecia en calidad de diadoko. La muerte del rey Pablo hizo innecesaria esa residencia.
© ENLACE JUDÍO