Enlace Judío México – Probablemente Israel intente que el retorno del régimen a la región fronteriza dependa de un acuerdo para la retirada de las fuerzas iraníes y las milicias chiítas.
AMOS HAREL
Según los informes, la semana pasada helicópteros del régimen bombardearon las zonas agrícolas al noreste de Daraa y arrojaron bombas de barril contra los rebeldes. También se han producido batallas campales, mientras el régimen intenta abrir una brecha entre dos áreas bajo control de los rebeldes.
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El lunes se realizó el segundo ataque aéreo de la semana atribuido a Israel, esta vez cerca del aeropuerto de Damasco. Un grupo de oposición dijo que apuntó a armas descargadas de un avión iraní que había aterrizado poco antes.
Moscú quiere impulsar un acuerdo mediante el cual los rebeldes evacuen voluntariamente zonas del sur y sean reemplazados por las fuerzas del régimen. (Assad también se comprometería a retirar las tropas iraníes y las milicias chiítas de esas áreas). También quiere que Estados Unidos abandone la base de Al-Tanf cerca de la frontera iraquí, cosa que la administración de Trump se ha negado a hacer.
Las últimas acciones militares en el sur de Siria se pueden ver más como actos de calentamiento y declaraciones de intenciones que como una ofensiva militar a gran escala.
Israel, por su parte, tiene sus propios intereses: frustrar el contrabando de armas a Hezbolá y continuar actuando contra la presencia militar de Irán en Siria.
El fin de semana pasado, Reuters informó que Washington dijo a los rebeldes en el sur de Siria que no contarían con su ayuda si el régimen los ataca. La otra gran pregunta es cómo reaccionaría Israel en ese caso.
Israel quiere estabilidad en su frontera. También ha denunciado con frecuencia al régimen de Assad por asesinar a sus propios ciudadanos y usar armas químicas. ¿Pero se opondría necesariamente al retorno del ejército sirio a su frontera en los Altos del Golán si los iraníes fueran expulsados del área al mismo tiempo?
En los últimos años, Israel ha suministrado alimento ropa y medicinas a los residentes de las aldeas sirias sunitas cerca de su frontera. Miles de sirios también han ingresado a Israel para recibir tratamiento médico. Informes de los medios occidentales indican que Israel también ha entregado armas y municiones a las milicias rebeldes en esas áreas. Israel lo niega, pero recientemente esas negaciones parecen menos contundentes que en el pasado.
Además de luchar contra los rebeldes, el régimen de Assad ha asesinado sin piedad a los residentes de las ciudades bajo su control. En muchos casos, bombardeó ciudades sitiadas hasta que se rindieron.
Por lo tanto, el liderazgo de Israel pronto enfrentará un dilema. En discusiones internas, algunos oficiales de la defensa y generales del Comando Norte de las FDI, han dicho que Israel tiene una obligación humanitaria con los residentes de estas aldeas fronterizas.
Esta mañana, el ejército informó que envió ayuda humanitaria a civiles que huyen de los combates en Siria y a los que se encuentran actualmente en campamentos improvisados cerca de la frontera con Israel.
Sin embargo, es difícil imaginar que el público apoyaría arriesgar la vida de los soldados israelíes para salvar a ciudadanos árabes de un país enemigo. Es más probable que Israel no intervenga directamente en los combates, pero intente que el retorno del régimen a la región fronteriza dependa de un acuerdo para la retirada de fuerzas iraníes y milicias chiítas.
También hay otro problema relacionado con los drusos. Durante más de siete años de guerra, los drusos en Siria han logrado mantenerse al margen del conflicto, aunque en algunas áreas cooperaron con el régimen.
La ciudad de Sweida, en el corazón de la región de Jabal el Druze, se encuentra cerca del área desde donde el régimen planea lanzar su ataque contra Daraa. Unos 50,000 residentes drusos en la región se han negado a alistarse al ejército y se les considera desertores, pero hasta ahora el régimen ha optado por no enfrentarlos.
Pero según los drusos israelíes, la semana pasada, dos generales rusos llegaron a Sweida y exigieron a los líderes locales que decenas de miles de soldados drusos participen en la ofensiva del régimen. Los generales amenazaron que si se niegan, el régimen considerará a Sweida como un área hostil y tratará a sus residentes como terroristas. Los drusos temen que en esta etapa final del conflicto, Assad ponga a los drusos en contra de sus vecinos sunitas.
La tensión en Jabal el Druze también afecta a los drusos en el Golán sirio. La aldea drusa de Hader, en el norte del Golán, está muy cerca de la línea del frente entre el régimen y los rebeldes. El pueblo ha mantenido contacto con el régimen durante años y, a veces, incluso se ha enfrentado directamente a las milicias sunitas que se oponen a Assad.
En noviembre pasado, mientras Israel se hacía de la vista gorda, los milicianos sunitas se acercaron a Hader. Su objetivo era expulsar a los soldados del régimen de un área vecina, pero de alguna manera los proyectiles de mortero también cayeron en la aldea.
Los drusos en Israel protestaron, temiendo que sus hermanos del otro lado de la frontera fueran asesinados.
Israel despertó rápidamente. El primer ministro Benjamín Netanyahu amenazó a los rebeldes, y el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, ordenó al ejército que envíe tanques a la frontera.
Entonces, los rebeldes fueron disuadidos. Pero si se reanudan los combates a gran escala en la zona, los drusos en Hader pueden verse nuevamente atrapados en la batalla entre el régimen y los rebeldes.
Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico
