Enlace Judío México.- Las fotografías de David Goldblatt se reconocen a primera vista porque los protagonistas son ciudadanos de Sudáfrica, desde los años más turbios del apartheid, pasando por la llegada del primer presidente negro, Nelson Mandela, hasta el día de hoy. El objetivo de la cámara de Goldblatt se ha apagado a los 87 años de edad en su hogar de Johannesburgo dejando a su mujer Lily, a sus tres hijos y dos nietos.

MARÍA DIÉGUEZ

El fotógrafo se centró en escenas diarias simples, como niños jugando, retratos de mujeres negras haciendo la compra o trabajadores exhaustos de vuelta a casa en el autobús. Esas escenas reflejan el desequilibrio de poder que existía en la sociedad sudafricana en los años cincuenta. En una entrevista, Goldblatt destacó la peculiar relación que había entre los propietarios de tierras, los blancos, y los trabajadores de las mismas, los negros, porque aunque los primeros tenían “el poder”, también tenían miedo y la herramienta para ocultarlo era el racismo.

Goldblatt nació en una familia de emigrantes judíos lituanos y trabajó, junto a su padre, en una tienda de ropa para afrikáners (descendientes de los colonos holandeses), lo que despertó en él la curiosidad por el sistema social que imperaba, el apartheid. Su primera cámara fue una Contex y, con su bicicleta, recorrió Johannesburgo para fotografiar los pequeños detalles de la lucha diaria. “No hay que cesar de cuestionarse las causas que han conducido a una situación. No considerar las cosas como obvias, y permanecer constantemente sorprendido”, dijo.

Más tarde, en 1994, acompañó, con su cámara, a Nelson Mandela y las turbulencias que agitaron al país con su llegada. Hasta sus últimos años de trabajo, cuando cambió los personajes de carne y hueso por paisajes a color pero manteniendo, en todo momento, la reivindicación moral y la sensibilidad social que caracterizaron toda su obra fotográfica. Esta sensibilidad social, le llevó a fundar el Market Photo Workshop en Johannesburgo para enseñar alfabetización visual y fotografía a los más desfavorecidos por los tiempos de segregación racial.

Hemos perdido a otro de nuestros fotógrafos más célebres, uno de los principales documentalista del país en la lucha de nuestra gente. Captó el sistema de valores sociales y morales que retrataron al país para influir en su paisaje político. Nuestro país está orgulloso de su contribución”, ha destacado el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, al despedir al fotógrafo.

En su dilatada carrera, sus publicaciones en las revistas Tatler y Optima, además de sus libros On the mines (en las minas) junto a Some afrikaners photographed (algunos afrikáners fotografiados) consolidaron su reputación internacional hasta conseguir en 1998 ser el primer sudafricano en exponer sus fotografías en el famoso Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, hacerse en el 2006 con el premio Hasselblad y tres años más tarde, con el galardón de la Fundación Henri Cartier-Bresson.

Aunque Sudáfrica se despide del fotógrafo que cubrió tres décadas de historia del país, es posible conocerle más gracias a un largometraje documental que se estrenó el año pasado sobre su vida y seguir disfrutando de sus instantáneas a través de un archivo digital que la Galería Goodman pondrá a disposición del público, gratuitamente, a través de la iniciativa Photographic Legacy Project.

Goldblatt recorrió Johannesburgo para fotografiar los pequeños detalles de la lucha diaria.

Fuente: La Vanguardia