Enlace Judío México – En Irán el futbol para las mujeres está, simplemente, vetado; es cierto, pueden jugarlo, pero a puerta cerrada y con el vestuario apropiado, pues hay que tener cuidado de cualquier mirada masculina que genere pensamientos mal intencionados.

El futbol es sin duda, un deporte noble, hay reglas de juego y fomenta el trabajo en equipo, mientras que los partidos se han convertido en esperados eventos de entretenimiento masivo. Las mujeres no se han quedado fuera y han decidido entrar, competir y entrenar, demostrando en el campo de juego que el sexo femenino también posee resistencia y una gran agilidad.

Pero en Irán el futbol para las mujeres está, simplemente, vetado; es cierto, pueden jugarlo, pero a puerta cerrada y con el vestuario apropiado, pues hay que tener cuidado de cualquier mirada masculina que genere pensamientos mal intencionados.

Las mujeres iraníes no solo disfrutan jugar futbol, sino que también son una gran afición, su gran sueño es poder entrar a los estadios y contagiarse de esa eufórica emoción. Pero desde la revolución islámica en 1979, la entrada de las mujeres a los estadios está prohibida en Irán, y hoy, a más de tres décadas de mandato del Ayatola, esta ley genera cada vez más inconformidad.

Así que las mujeres persas han hecho de todo para poder entrar a los estadios de su país, en muchas ocasiones se han puesto bigote, barba y pantalones para hacerse pasar como hombres, y de esta manera, poder disfrutar de algo que en otros países es completamente accesible.

Pero hoy Irán festeja un paso hacia la libertad y la igualdad, pues en el reciente mundial de Rusia 2018, el gobierno iraní permitió que se transmitiera en pantallas el partido España – Irán en el estadio Azadí de Teherán. Así que, creando un escenario histórico lleno de agradecimiento y de emoción, las puertas del estadio se abrieron y 10,000 hombres y mujeres pudieron ver juntos un partido de futbol.

Se desconoce a ciencia cierta si este acontecimiento representa el primer paso hacia un cambio, o una excepción que al finalizar el mundial será parte del pasado; lo que es un hecho es que las peticiones se están dejando oír, quedará en manos del presidente Rouhaní dar un paso hacia la modernidad o seguir restringiendo a una sociedad femenina que cada día se rebela un poco más.