Enlace Judío México.- Una vez, Rabí Leví Itzjak de Barditchuv, el Báal “Kedushat Leví” ZT Z”L, se encontró con un hombre de quien todo el mundo se alejaba, y nadie quería tener relación con él, por su pésima reputación y muy mala conducta.

RAB. DAVID ZAED

“¡Cómo te envidio!”, le dijo el Rab.

“Usted, me envidia… ¿a mí?”, le preguntó azorado el hombre. “¿Qué tengo yo que el Rabí pueda envidiar?”.

“Nuestros Jajamim dijeron –le respondió el Kedushat Leví- que cuando un Yehudí regresa en Teshubá por Amor a Hashem, no solamente se le perdonan todos sus pecados, sino que esos pecados se transforman en Zejuyot – Méritos. Si tú hicieras Teshubá de corazón, ¡cuántos Méritos tendrías! ¡Sin duda, muchos más que yo! Por eso te envidio…”.

Impactado por las palabras de Rabí Leví Itzjak, el hombre decidió retornar al Camino de la Torá y las Mitzvot, y se convirtió en un gran Tzadik.

 

(Extraído de Sipuré Tzadikim).

 

 

Fuente: Revista Jodesh Tob Elul