Enlace Judío México e Israel.- Los antisemitas y calumniadores de los judíos han demostrado una asombrosa constancia, desde hace dos mil años hasta el día de hoy, para lanzar acusaciones cuya falsedad es evidente para cualquier persona cuya mente no está cerrada por el odio y la ignorancia.

DAVID MANDEL

Tomemos el caso de la acusación medieval, motivo de numerosas masacres de comunidades judías, de que los judíos utilizan la sangre de niños cristianos para confeccionar la matzá (galleta sin levadura) que se come durante la festividad de Pésaj (la Pascua judía). Basta leer el Pentateuco para ver que a los judíos les está prohibido ingerir sangre, (ver Levítico 7:26).

Esta falsa acusación perdura hasta el día de hoy. Un clérigo islámico dio un sermón en el Monte del Templo, hace un par de años, donde declaró que los nazis habían matado a los judíos para castigarlos por secuestrar niños y utilizar su sangre para confeccionar matzá. Dijo que la evidencia está en “las películas de vampiros que beben sangre humana que son filmadas en Hollywood por judíos”. Añadió que los judíos rezan a Satanás, y que fueron los autores del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York en el año 2001.

Los antisemitas no solo continúan expresando libelos tradicionales sino que también inventan nuevos, que consideran apropiados para esta época. El libelo antisemita más popular hoy es la acusación de que Israel practica el apartheid contra su población árabe. Ignorantes y mal intencionados repiten, como loros, esa acusación sin en realidad saber qué fue el apartheid.

Esta acusación es tan popular que ha dado lugar a la celebración anual de la “Semana del Apartheid Israelí” en las universidades de Estados Unidos y Canadá, celebración que en verdad debería llamarse “Semana del Odio a Israel”.

La palabra “apartheid” viene del idioma afrikaan (dialecto del holandés) y significa “separación”. Describe el régimen político de segregación racial institucionalizada que existió en Sudáfrica desde 1948 hasta la década de 1990. Tenía las siguientes características:

• Supremacía de los blancos y represión de los negros, mixtos y asiáticos en beneficio de la minoría blanca.

• Prohibición legal de matrimonios mixtos, ley promulgada en 1949 que fue completada por una enmienda en 1950 declarando ilegal las relaciones sexuales entre individuos de razas distintas.

• Clasificación de la población sudafricana en cuatro grupos raciales, basados en apariencia, descendencia, estatus socio económico y cultura: blancos, negros, “colored’ (mixtos) e hindúes.

• Los lugares de residencia se determinaban de acuerdo a la clasificación racial.

• Sólo los blancos eran considerados ciudadanos completos.

• Separación de las razas en los trabajos, fuentes de agua, bancos en los parques, residencias, hospitales, colegios.

• Criticar al gobierno era un acto criminal penado con prisión

• Una persona podía estar detenida 90 días (prolongables a otros 90 días) sin ser acusada de algún crimen.

Ni una sola, repito, ni una sola, de esas características de apartheid existe en Israel. La reciente ley de Nación-Estado declara que la bandera, el himno, el idioma hebreo, son oficiales, pero eso no cambia en absoluto las leyes básicas, aprobadas anteriormente, que declaran la igualdad de todos los ciudadanos, tal como lo expresa la Declaración de Independencia de Israel:

“Israel se dedicará al desarrollo del país para beneficio de todos sus habitantes; estará basado en libertad, justicia y paz como lo proclaman los profetas de Israel; asegurará la completa igualdad de derechos sociales y políticos de todos sus habitantes, sin relación a la religión, raza o sexo; garantizará la libertad de religión, conciencia, lenguaje, educación y cultura”.

Los árabes tienen representación en el parlamento israelí. No se inhiben de criticar y tampoco tienen inconveniente en difamar al gobierno sin temor de ser víctimas de castigos o represalias.

Hay policías, abogados y jueces árabes en las cortes de Israel. Fue un juez árabe de la Corte Suprema quien condenó a un ex presidente de Israel a prisión por violador.

En las universidades, árabes y judíos estudian juntos bajo profesores judíos y árabes. En los hospitales, pacientes árabes y judíos comparten la misma habitación y son tratados con igual dedicación por doctores judíos y árabes.

En los cines, centros comerciales, vehículos públicos, no hay diferencias entre judíos y árabes.

En el caso de matrimonios, debido a que estos se realizan solo por las autoridades religiosas de cada comunidad, un judío que quiera casarse con una joven árabe, o viceversa, no tiene ningún problema de hacerlo (como lo hacen muchos judíos seculares que se casan con otros judíos seculares) en Chipre, y luego podrá registrar legalmente su matrimonio en el Ministerio del Interior.

Es posible que algún recalcitrante insista y pregunte ¿Pero, y el apartheid a los palestinos de Gaza y la Ribera Occidental? ¿Acaso la Cerca de Separación no es una prueba de que hay apartheid contra las palestinos de Gaza y la Ribera Occidental?

Los palestinos de Gaza y la Ribera Occidental no son ciudadanos israelíes, sino de la Autoridad Palestina y de Hamás, que son entidades autónomas, con sus propias leyes, policía, jueces, diputados, etc. Eligen a sus propios parlamentos y líderes.

Respecto a la Cerca, esta no existió durante décadas, y solo fue erigida en la primera década de este siglo para evitar la entrada de terroristas suicidas.

Su existencia no es obstáculo para que más de 100,000 palestinos ingresen diariamente a trabajar en Israel, lo cual constituye la mayor fuente de ingresos en la Autoridad Palestina. El día que las relaciones entre Israel y la Autoridad Palestina sean similares a las que hoy existen, por ejemplo, entre Francia y España, y que los palestinos no sean incitados por sus líderes para realizar atentados terroristas, la cerca ya no tendrá motivo para existir.

 

 

 

 

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