Enlace Judío México e Israel.- Los planos que llevaban consigo los oficiales alemanes para atacar Nueva York, instalaciones militares y negocios de judíos se los mandaron desde México.

JUAN ALBERTO CEDILLO EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

Luego de desembarcar, enterrar las cajas y entregar el soborno al Marino Culler, el equipo encabezado por John Dasch y Ernest Peter Burger se refugió en Nueva York.

A pesar de haber aceptado el soborno, John Cullen notificó a sus superiores y regresó a las primeras horas de la mañana con más compañeros para desenterrar las cajas. Al ver su contenido, inmediatamente se le avisó al FBI. La organización policial que presidió Edgar J. Hoover manejó el caso en extremo secreto y comenzó la mayor persecución de agentes nazis en América.

El primer grupo ya se había infiltrado en la Ciudad de Nueva York, en donde se daban la gran vida con los miles de dólares que les entregaron para la operación, comiendo en los mejores restaurantes, gastando fuertes sumas en comprarse ropa, relojes y visitando prostitutas.

Ya hospedados en un lujoso hotel, Dasch y Burger discutieron el percance en la playa y concluyeron que el guardacostas los denunciaría, por lo que decidieron traicionar la Operación Pastorius y entregarse a las autoridades para evitar su ejecución. Acordaron confesarse anti nazis después de su captura.

El 15 de julio Dasch llamó al FBI en la Ciudad de Nueva York y dejó un mensaje diciendo que tenía información para Edgar J. Hoover. Durante su conferencia con un oficial precisó que quería hablar con el director Hoover porque sabía sobre unos saboteadores alemanes. Pensaba que podría convertirse en héroe por denunciar a sus compañeros. El funcionario que le tomó la llamada no le creyó una palabra, pero le prometió que hablaría con sus superiores. Cuando el agente alemán volvió a llamar, tropezó con la incredulidad de todos sus interlocutores, por lo que tomó la decisión de presentarse personalmente en la oficina central del FBI en Washington.

Después de trasladarse a la capital de los Estados Unidos, de nuevo nadie daba crédito a su historia en la sede de la organización policiaca. Después de recorrer escritorios y oficinas finalmente se topó con el funcionario indicado, D. M. Ladd Subdirector a cargo de la cacería nazi, quien lo interrogó durante 13 horas. Así fue como George Dasch reveló los lugares donde permanecían los otros seis miembros de su equipo, quienes fueron detenidos inmediatamente.

Para ayudar a la captura del segundo grupo, Dasch informó que debería reunirse con sus compañeros el 4 de julio en Cincinnati. Además entregó al FBI el pañuelo con la lista de los contactos alemanes en distintos puntos de la Unión Americana.

Después de detener al resto de los agentes alemanes, se “capturó” oficialmente a George John Dasch y Peter Burger para que sus compañeros no supieran quién los había traicionado. Al concluir el operativo, Edgar J. Hoover informó al presidente Franklin D. Roosevelt. También filtró algunos detalles a la prensa, pero ocultó que la detención se debió a una traición para llevarse la gloria. De hecho, el Congreso le otorgó una Medalla de Honor por esa “captura”.

Debido a que eran los primeros agentes nazis detenidos en suelo americano, se solicitó un Consejo de Guerra para procesar a los enemigos. Esta situación no ocurría desde que se había establecido un tribunal de esa naturaleza por el asesinato del presidente Abraham Lincoln. El Consejo de Guerra, presidido por siete generales, solicitó la pena de muerte para los alemanes, el castigo común para el espionaje durante tiempos de guerra.

Seis miembros del equipo de Dasch fueron ejecutados en la silla eléctrica, en Washington D.C. el 8 de agosto de 1942. El otro grupo no tuvo mejor suerte y al parecer recibieron el mismo trato.

Gracias a su colaboración con el FBI, Burger fue condenado a trabajos forzados y cadena perpetua, mientras Dasch “sólo” recibió una condena de 30 años en prisión. Al término de la guerra, debido a una amnistía que decretó el presidente Harry Truman a germanos detenidos, Dasch y Burger fueron deportados a Alemania, en 1948 después de permanecer casi seis años en prisión.

“Dasch fue vilipendiado en Alemania cuando Burger lo culpó de la muerte de sus seis compañeros. En su defensa publicó un libro, en el año de 1959 y posteriormente desapareció de la vida pública”.

 

 

 

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