Enlace Judío México / Shlomo Katz – En su libro Yesod Ve’shoresh Ha’avodah (La raíz y los fundamentos del servicio divino) de rab. Alexander Ziskind (1794) el autor nos enseña a como conducir nuestra mente y nuestro corazón para servir a D-os. Nos impulsa a ver cada objeto y cada evento de este mundo como parte de un todo unificado que existe para dar placer a D-os. En Shaar Avodat Ha’lev (La puerta del servicio del corazón) capítulo 7 él escribe:

Debes saber con certeza que es imposible ser exitosos en este tipo fundamental de servicio a menos que te acostumbres a cumplir con dos mandamientos básicos en todo momento: 1) la mitzvá (el mandato) de “Amar al prójimo como a ti mismo” y 2) el mandato equiparable de “con justicia juzgarás al prójimo.” Ambos mandatos se encuentran en perashat Kedoshim, puesto que al cumplirlos la persona se vuelve “sagrado” (kadosh).

La primera mitzvá requiere que amemos a nuestros amigos en cada cualidad suya así como como amamos nuestro propio cuerpo y nuestra propia alma. Así como uno se alegra cada vez que D-os lo llena de bondad, así mismo uno debe alegrarse cuando D-os le da bondades a los demás. Así mismo, uno debe preocuparse y entristecerse cuando los demás sufren de la misma manera que si esos problemas le hubieran ocurrido a él, D-os nos libre.

En cuanto realizar este mandato con acciones, uno debe buscar satisfacer los deseos de su amigo, con la misma energía que busca satisfacer su propio deseo. De la misma manera uno no debe hacer al otro lo que no le gusta que le hagan.

Rab. Alexander Ziskind continua: El Zohar agrega una dimensión más profunda a esta mitzvá. En todo momento que menciones una cualidad positiva de algún amigo, estás obligado a bendecirlo. Alguien que no cumple con este mandato recibe un gran castigo, nos dice el Zohar. ¿De dónde aprendemos esto? De Moisés Nuestro Maestro, cuando él dice: “Hashem tu D-os. te ha multiplicado y observa eres como las estrellas del Cielo en abundancia” (Deut 1:10) el agrego una bendición “Que Hashem el D-os de tus antepasados, te multiplique mil veces y te bendiga como ha dicho de ti.”

En cuanto al segundo mandato, debes juzgar cada acto de otra persona como favorable, incluso si necesitas una explicación que pida licencia a la rigurosidad lógica. Ambos mandatos son órdenes que la persona puede realizar en todo momento porque no requieren de acciones para cumplirlas.

Fuente: torah.org