Enlace Judío México e Israel.- El recinto estaba lleno de gente y el ambiente pleno de alegría. El lugar era Har Nof, uno de los vecindarios de Yerushalaim. La ocasión era la reunión por el “Vort” (fiesta de compromiso) por el futuro matrimonio de Abraham Beer y Leah Reismann (esta última, nieta del Gaón Rabí Mordejay Gifter, Rosh Yeshivá de la “Telshe Yeshive”, en Cleveland, Ohio). Ellos habían sido presentados por un primo de Leah, Rabí Mijael Sorotzkin, Rosh Yeshivá de la Yeshivá “Imré Baruj”, en Kiriat Telshe Stone.

RAB DAVID ZAED

El Rabí Mijael Sorotzkin habló en aquella fiesta, y dijo lo siguiente:

“Con la Ayuda de Hashem, ahora he podido pagar una deuda que tenía desde hace veintitrés años. En aquela ocasión, cuando yo tenía catorce años, mi padre falleció. En ese entonces mi madre se esforzó mucho para que yo viajara a los Estados Unidos y pudiera ingresar en la Yeshivá de Telshe, donde tuve la oportunidad de crecer en Torá con la guía de mi tío Rabí Baruj Sorotzkin y el Gaón Rabí Mordejay Gifter, a quien también lo llamamos ‘tío’.

Cerca de la medianoche, estaba yo durmiendo en mi cuarto cuando el hijo del Rosh Yeshivá, Zalman Gifter, me despertó. ‘¡Levántate!’, me dijo. ‘¡Mi hermana se acaba de comprometer con Yaakob Reismann! ¡Y quiere mi padre que tú vengas a bailar con nosotros en esta alegría tan grande!’. No puedo describir con palabras lo que significó ese gesto para mí. Yo era un muchacho huérfano, solitario y lejos de su casa, ¡y de todos los cientos de alumnos que había en la Yeshivá, el Rosh Yeshivá estaba pensando especialmente en mí…!

“Me paré de la cama y fui a bailar con toda la familia Gifter. Días después le escribí una carta al Rosh Yeshivá donde traté de expresarle mis sentimientos. Aunque ya han pasado más de dos décadas, no se me ha olvidado esa maravillosa actitud, y siempre sentí que tenía una deuda de gratitud con él. Ahora que pude interceder para arreglar el ‘Shiduj’ de la nieta del Rab Gifter, espero con esto haber saldado esa deuda…”.

El Rab Mijael Sorotzkin tomó asiento y anunciaron que el cuñado del novio iba a ser el próximo orador. El hombre se paró frente al público, miró al Rab Mijael Sorotzkin, y le dijo:

– ¿Tu padre se llamaba Rab Israel Sorotzkin y dejó este mundo el día 11 de Kislev del 5731, verdad?

Sorprendido, Rab Mijael Sorotzkin respondió afirmativamente. El cuñado del novio siguió hablando:

– “Recuerdo muy bien ese día. Yo era un joven estudiante de la Yeshivá de Ponewitz, e iba manejando mi auto desde Yerushalaim a Bené Berak, para ir a la boda de un amigo. La radio estaba encendida en las noticias, cuando escuché el siguiente boletín: ‘Un distinguido Rab está internado en el hospital de Tel Hashomer, y su situación es muy grave. Se necesita urgentemente una transfusión de sangre. Quien tenga el tipo de sangre correspondiente y se encuentre cerca del hospital, que acuda inmediatamente”.

“No estaba lejos del hospital y sabía que tenía el tipo de sangre que solicitaban. También sabía que si acudía al hospital me perdería la boda de mi amigo. Por supuesto, no había que dudar sobre lo que tenía que hacer: Tomé la salida hacia Tel Hashomer.

Cuando llegué al hospital me dijeron que no había tiempo para una transfusión normal; tenía que efectuar una transfusión directa, de cuerpo a cuerpo. Me llevaron a la sala donde estaba Rab Israel Sorotzkin y me indicaron que me acostara en la cama junto a él. Insertaron una aguja bajo mi piel y comenzaron a hacer la transfusión. Pero fue demasiado tarde; Rab Israel falleció durante la transfusión. No hace falta decir que no fui a la boda esa noche…

Rab Mijael: hace veintitrés años di una parte de mí a tu familia. Y ahora, veintitrés años después, Hashem reconoció que mi esfuerzo no fue infructuoso, e hizo que tú, hijo del Rab Israel Sorotzkin, arregles el “Shiduj” de mi cuñado, con un miembro de tu familia…”

 

 

Fuente: Revista Jodesh Tob Shebat