Enlace Judío México e Israel.- Sería un error descartar las amenazas nucleares que llegan desde Teherán como simple exhibición de fuerza, dada su intención declarada e intentos cada vez más manifiestos por aniquilar a Israel, incluso a su propio riesgo potencial.

RUTHIE BLUM

Los israelíes que estaban disfrutando en las laderas del centro vacacional de esquí Monte Hermón en los Altos del Golán fueron sorprendidos la tarde del domingo al observar un misil iraní dirigiéndose hacia ellos. De no haber sido interceptado por el sistema de defensa contra misiles Cúpula de Hierro, muchos vacacionistas inocentes, tanto como residentes en la zona, habrían resultado muertos.

El proyectil tierra-tierra, disparado por la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria en Siria, no provocó que los esquiadores guardaran su equipo y corrieran en busca de refugio y chocolate caliente. Sin embargo, después de filmar la escena en los teléfonos y cámaras de sus cascos, continuaron con sus actividades. Para la mayoría de los israelíes, la lluvia de cohetes enemigos no es tan novedosa como los montículos de nieve fresca.

La decepción fue grande cuando las Fuerzas de Defensa de Israel anunciaron el lunes que el popular sitio, adyacente a las fronteras siria y libanesa, sería cerrado . Las FDI estaban ya planificando los ataques retaliatorios que llevaron a cabo la tarde-noche del domingo contra bases y soldados iraníes estacionados cerca de Damasco—a escasas 30 millas del Monte Hermón.

El martes por la mañana, las FDI reabrieron el centro vacacional de esquí para el público, y fue ejecutada exitosamente fuera de la costa del Mediterráneo una prueba conjunta de EE.UU e Israel del sistema de defensa avanzada contra misiles Flecha 3, diseñado para interceptar misiles balísticos de largo alcance.

La calma temporal sobre la congelada frontera norteña fue interrumpida por un estallido en el sur. Luego de otra protesta palestina violenta en la frontera con Gaza–durante la cual fue tiroteado un oficial israelí, y dos terroristas fueron arrestados cruzando la valla hacia Israel—aviones de combate de la Fuerza Aérea de Israel bombardearon un campamento de entrenamiento de Hamás.

Cruzando el océano, en Nueva York, el Consejo de Seguridad de la ONU estaba celebrando, como de costumbre, una “sesión especial sobre el Medio Oriente” con el propósito de castigar a Israel. El embajador israelí ante las Naciones Unidas, Danny Danon, trató de recordar a los participantes que el peligro real para la región se encuentra en otro lado. Y que el Estado judío está llevando la peor parte.

“La obsesión del régimen iraní con Israel no sólo es bien conocida,” dijo Danon. “Es costosa. Siete mil millones de dólares son dirigidos anualmente hacia los  interminables intentos de destruir a Israel. Sigan el rastro sangriento de dinero que comienza en Teherán, y ustedes llegarán a los túneles terroristas en Líbano y Gaza y a los depósitos de armas en Siria. Ahora están tratando de infiltrar Judea y Samaria.”

Danon continuó: “Con la ayuda de Saleh Al-Arouri, el jefe político adjunto de Hamás, y Saeed Izadi, el jefe de la filial palestina de la Fuerza Quds iraní, Irán está tratando de convertir a Judea y Samaria en un cuarto frente militar contra Israel. El silencio del mundo permite a Irán continuar con sus operaciones y agresiones para socavar la estabilidad en el Medio Oriente.”

Mientras tanto, el régimen iraní—debilitado por las sanciones estadounidenses restauradas y la agitación masiva de su populacho sometido—se está jactando de su proeza militar. Esto está a la par del curso en Teherán, particularmente cuando los mulás gobernantes están conmemorando el 40o. aniversario de la Revolución Islámica, la cual depuso al Shah Reza Pahlavi y marcó el inicio del reino del terror del Ayatola Ruhollah Khomeini.

En una entrevista con la televisión estatal iraní el martes, Ali Akbar Salehi, jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán, llegó tan lejos como para alardear de los logros nucleares del régimen, gracias en gran medida al Plan Integral de Acción Conjunto—el acuerdo nuclear firmado con las potencias mundiales en el 2015—el cual, él dijo, “marinó” el derecho de Irán a enriquecer uranio.

El único inconveniente que él mencionó fue el hecho que “para los europeos, una centrifugadora lleva ocho años de diseño para volverse operativa, mientras que el proceso nos lleva 10 años.”

Salehi anunció que él estaría viajando a fin de mes a Ardakan “para supervisar el transporte de 30 toneladas de pastel amarillo, producido allí, a la Planta de Conversión de Uranio en Isfahán, lo cual significa que el sitio en Ardakan se ha vuelto operativo.”

Sería un grave error menoscabar las palabras de Salehi como simple exhibición de fuerza, dada la intención declarada del régimen iraní e intentos cada vez más abiertos por aniquilar Israel, incluso a su propio riesgo potencial. En vez de mirar a otro lado, en el mejor de los casos—o, peor, condenar a Israel en los foros internacionales—el mundo debe estar agradeciendo al Estado judío por hacer su trabajo sucio. La inevitable guerra contra Irán debió haber sido combatida por Estados Unidos hace décadas. Hoy, depende de las FDI.

Cuando la nieve se derrita en el Monte Hermón, los israelíes estaremos de regreso en shorts y sandalias, dirigiéndonos a las urnas esta primavera para elegir a la próxima Knéset. La única pregunta en este punto es si estaremos haciéndolo en refugios anti-bombas.

 

*Ruthie Blum es una periodista radicada en Israel y autora de “Al Infierno en una Canasta: Carter, Obama, y la ‘Primavera Árabe.’ ”

 

Fuente: Jewish News Syndicate
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.