Enlace Judío México – La ropa aunque no lo parezca es uno de los elementos más importantes para el ser humano; no sólo nos protege de la lluvia, el frío y el ambiente, también nos ayuda a identificarnos con el grupo social al que pertenecemos. Todas las culturas a lo largo del mundo han desarrollado formas particulares de vestirse. En todas partes se distingue entre prendas propicias para ocasiones elegantes y prendas propicias para trabajo en el campo.

¿Por qué es esto así? ¿Por qué en el mundo se gastan billones de billones de dólares en ropa, accesorios y zapatos? ¿Qué hay detrás de la ropa que como humanos nos sentimos tan atraídos hacia ella?

La respuesta es sencilla: la ropa es una herramienta de expresión. A través de los colores que usamos, las formas y el tipo de tela que escogemos mostramos nuestro estado de ánimo, personalidad y hacemos énfasis sobre las partes del cuerpo que queremos resaltar. La forma en que nos vestimos es una parte importante de cómo nos presentamos frente al mundo. En el judaísmo este aspecto no pasa desapercibido y hay una serie de normas y conceptos que rigen la forma en que nos vestimos. Esto es así porque la ropa deja de tener un sentido meramente placentero y se dota de un carácter espiritual. A través de la ropa buscamos expresar nuestra alma y volver individual nuestro cuerpo; buscamos separarlo de los ojos externos y limitar el deseo interno de exhibirlo.

El concepto de tzniut (vestimenta) en el judaísmo siempre tiene consigo una dualidad y un nivel de complejidad amplísimo. A la vez habla de aquello que escondemos con la ropa y aquello que revelamos; aquello que volvemos íntimo y aquello que exponemos al público. Tapamos el cuerpo para limitarlo y recordarnos que somos alma, pero al mismo tiempo a través de taparlo buscamos relacionarnos más profundamente con él y volverlo completamente nuestro.

Esa es la idea principal de modestia en el judaísmo. Sin embargo, en los textos también podemos explorar un sentido mucho más profundo. Los comentaristas nos dicen que tapamos nuestro cuerpo para esconder quienes somos. D-os se oculta en este mundo a través de capas y capas de conocimiento. No se revela abiertamente en él y es parte de la gran belleza que existe en la relación entre Creador y Creación. Nosotros imitamos a D-os y no nos mostramos desnudos frente al ojo del otro, ni revelamos nuestra esencia inmediatamente. Únicamente revelamos nuestros secretos y personalidad a aquellos que son cercanos a nosotros y que sabemos apreciaran ese regalo.

Por otro lado también la ropa que decidimos usar refleja nuestros deseos y aspiraciones; la forma en que nos presentamos frente al mundo influye en la forma que nosotros mismos nos vemos. No nos vestimos de forma casual para un encuentro importante, no sólo por cómo nos ve la otra persona, también por cómo nos vemos a nosotros mismos. Dentro del pensamiento judío la sofisticación en la ropa refleja mayor profundidad espiritual, aquello que se esconde en este mundo presenta una cara del mundo espiritual. En Shabat nos vestimos con mayor elegancia que en el resto de la semana, no sólo por darle honor al día, también para recordar y reflejar el alma nueva que entra a nuestro cuerpo y nos acompaña únicamente ese día.

Hasta la fecha la gente sigue vistiéndose de forma especial para acudir al templo o incluso para rezar en su hogar. Lo hacemos porque vestirse elegantemente es una forma de preparación; nos mentalizamos a pararnos frente a D-os, hablarle y recibir la kedusha (santidad) que nos da. Esta práctica imita la preparación que los sacerdotes tenían al oficiar en el Beit Hamikdash (Gran Templo). Ellos no usaban ropas comunes como nosotros, sino que su vestimenta era fabricada especialmente y cada uno de los accesorios que usaban tenía un significado particular. A continuación hablamos un poco de ello.

Vestimentas de los sacerdotes

La primera distinción que debemos hacer es entre el Cohén Gadol (El Sumo Sacerdote) y el resto de los sacerdotes. Los cohanim (sacerdotes) eran descendientes de la tribu de Levi y eran los encargados de preparar y hacer los oficios dentro del Gran Templo. De ellos dependía que la Menorá fuera encendida diariamente, que los sacrificios y servicios se realizarán en su debido tiempo y de forma correcta y de todas las labores que fueran requeridas dentro del mismo. Los requerimientos del Templo eran tan extensos y era un honor tan grande servir en él que los sacerdotes estaban divididos en 24 grupos para que cada grupo tuviera la oportunidad de servir una semana en el Templo. Entre todos los sacerdotes se encontraba el Sumo Sacerdote (Cohen Gadol), él se distinguía de todo el pueblo de Israel porque era el encargado de expiar los pecados de Israel en Yom Kipur. De él dependían todos los servicios en el Templo y se consideraba la persona más pura o santa en la Tierra. Era el único que podía entrar al Arca Sagrada y manejar los objetos divinos. Como es de esperarse su vestimenta se distinguía de la del resto de Israel. Tanto él como los otros sacerdotes tenía prohibido oficiar sin el atuendo adecuado.

Su indumentaria incluía principalmente ocho prendas, cuatro de las cuales también eran usadas por los sacerdotes que oficiaban en el templo y cuatro que sólo pertenecían al Sumo Sacerdote. Son las siguientes:

Prendas usadas por todos los sacerdotes

Un turbante de lino blanco el cual se enredaba alrededor de la cabeza; era usado por todos los sacerdotes, sin embargo, el del Sumo Sacerdote se enrollaba en forma circular, mientras que el de los demás sacerdotes se enredaba en forma cónica; un cinturón hecho de lana y lino (combinación de fibras que sólo se le tenía permitido a los sacerdotes en el Templo) con tonos azules y rojos; una túnica blanca que cubría desde sus tobillos hasta sus muñecas, también de lino y unos pantalones que cubrían desde el ombligo hasta la rodilla. Los pantalones no se veían puesto que estaban debajo de la túnica.

Prendas usadas únicamente por el Sumo Sacerdote

Por encima de las prendas ya mencionadas el Sumo Sacerdote usaba otros cuatro artículos que cualquier otra persona tenía prohibido vestir. El primero era una segunda túnica azul de lana azul que se colocaba por encima de la primera y por encima del cinturón. Esta túnica carecía de mangas, era un rectángulo de tela con hoyo por el cual se metía la cabeza; tenía bordado en las puntas granadas entre las cuales se cosían campanas. Juntas eran un símbolo de la grandeza divina y le recordaban tanto al sacerdote como a quien se encontraba en el espacio el rol tan importante que tenía; la necesidad de servir diariamente a D-os.

Sobre la túnica se colocaba una prenda similar a un faldón que cubría la parte posterior del Sumo Sacerdote. De ella salían tirantes hacia el frente que por medio de una cadena de oro se conectaban con el pectoral. En la punta de cada tirante se encontraban dos piedras preciosas con los nombres de las tribus gravados en ellas. La prenda era hecha con lana de tonos azules, rojos y púrpuras, lino blanco e hilos de oro. Se amarraba con una cinta hacia el frente. Esta prenda toma el nombre de Efod; al tener las piedras incrustadas en él representa que el Sumo Sacerdote al entrar en oficio carga sobre sus hombros a todo el pueblo de Israel.

Como se mencionó antes, conectado por medio de cadenas de oro se colocaba el pectoral sagrado, que en hebreo se llama “joshen”. Éste consistía en una tela cuadrada de lana azul y morada, mezclada con hilos de lino blanco e hilos de oro, el cual tenía cosido doce piedras preciosas. Cada piedra tenía gravado el nombre de una tribu distinta, y al interior del chaleco se encontraban los “urim tumim” un artículo precioso a través del cual los profetas hacían preguntas a D-os. Él contestaba iluminando u opacando las piedras y las letras inscritas en ellas.

Finalmente sobre el turbante el Sumo Sacerdote usaba una diadema hecha de oro y plata pura que tenía grabadas las palabras “Sagrado para D-os”. Se colocaba por encima del turbante y se amarraba con un hilo azul por atrás de la cabeza.

Éstas eran las prendas que usaba el Sumo Sacerdote para oficiar en todos los servicios con excepción de Yom Kipur, durante este día sólo usaba ropas blancas y su prendas representaban todos los pecados que el pueblo de Israel había hecho en el año. Por eso en este día especial después de cada sacrificio debía cambiarse bañarse nuevamente porque no podía tener ni un rastro de sangre en su ropa.

Izquierda sacerdote común y derecha Sumo Sacerdote