Enlace Judío México – El pan es uno de los alimentos más simbólicos de nuestra cultura desde épocas antiguas, cada vez que el grano del trigo era cultivado se hacían grandes ceremonias y fiestas en todo el continente europeo. ¿Por qué? Porque el pan es la base de nuestra alimentación, el cuerpo humano puede sobrevivir cualquier hambruna siempre y cuando no deje de consumir carbohidratos. Si leemos los cuentos de hadas, la literatura medieval y textos antiguos podemos ver que durante siglos la base de la sobrevivencia humana radicó en el pan.

En el judaísmo este alimento también tiene suma importancia porque representa el sustento divino que recibimos diariamente. En nuestros rezos y canciones decimos “poteaj et yadeja umasvia le jol jai ratzón” “Tu abres Tu mano y sostienes a todo ser viviente.” Creemos fielmente en que D-os creó el mundo, que le da un sentido divino y que lo mantiene diariamente. Todo lo que tenemos nos fue regalado por D-os y todo lo que hacemos debemos dirigirlo hacia la cercanía con Él. El pan es un recuerdo de ello, por eso cada vez que comemos pan debemos agradecerle a D-os el sustento que nos da diariamente. Ello lo hacemos con un rezo conocido como “Birkat Hamazon” “Bendición del sustento” o como “Bendición después de las comidas.” A continuación hablaremos de ello:

Estructura del Bircat Hamazón

La bendición después de las comidas debe de hacerse cada vez que se come una porción de pan mayor a un k’zait (aproximadamente 30 gr). Debe hacerse en el lugar que se comió el pan, se suele dejar un pedazo pequeño de pan en la mesa, para que la bendición caiga sobre él. Uno debe lavarse las manos antes de recitar esta plegaria y no se puede hablar antes de terminar su recitación. La obligación de agradecer por el pan es toraica y podemos encontrarla en los versículos del Deuteronomio donde dice “Comerás y te saciarás y agradecerás a Hashem tu D-os por la buena tierra que te ha dado” (8:10). Por ende no sólo agradecemos por la satisfacción de habernos alimentado sino también por Israel y la tierra sagrada en donde moraremos, que representa la posibilidad de conectarnos con D-os a través del mundo material. Consiste principalmente en cuatro bendiciones elaboradas por distintas autoridades a lo largo de los siglos.

La primer bendición fue redactada por Moisés en agradecimiento al man que recibían diariamente los judíos del desierto. En ella agradecemos principalmente por el sustento (mazón). Recordamos que D-os alimenta a todo ser vivo y le pedimos que nunca nos falte el alimento. Recordamos Su bondad y pedimos que nos ayude a hacer Su nombre grande en la Tierra.

La segunda bendición fue redactada por Yoshua después de haber entrado a Jerusalén cuando los judíos recogieron la primera cosecha que plantaron en su propia tierra. En ella agradecemos por la tierra, la Torá y los estatus que D-os nos enseñó; por habernos sacado de Egipto y por el pacto “que ha sellado en nuestra carne”. Pedimos que todo ser vivo lo reconozca y recordamos los versículos en donde se nos pide agradecer por la tierra que D-os nos dio.

La tercer bendición fue redactada por el Rey David y Salomón su hijo. En ella le pedimos a D-os que nos libere y redima, que traiga pronto a Su ungido, recuerde a Tzión Su nación y bendiga Su templo pronto en nuestros días y santifique el reinado de David. Le pedimos no depender de manos de hombres mortales, sino depender únicamente de Su mano abierta, plena y sagrada. A esta bendición además, tiempo después se le agregó una petición por la reconstrucción de Jerusalén en la que le pedimos a D-os que reconstruya Jerusalén prontamente en nuestros días.

La cuarta bendición fue redactada por los Sabios de la Mishná, en ella recordamos a D-os como Nuestro Padre, Nuestro Rey, Nuestra Fuerza, Nuestro Creador, Nuestro Redentor y Nuestro Sagrado. Recordamos el bien que nos ha hecho diariamente a lo largo del tiempo y la misericordia que nos ha dado entre otras bondades de las que somos objeto; le pedimos que éstas nunca cesen. También le rogamos a D-os que acabe con nuestro exilio y traiga a Elías el profeta quien nos dará consuelo. Pedimos bendición para el dueño de la casa, su esposa, sus hijos y todos sus bienes, y pedimos que D-os nos bendiga a todos juntos como bendijo a nuestros patriarcas.

Hasta aquí acaba la recitación básica del Bicat Hamazón. Las cuatro bendiciones entran dentro de la categoría de mitzvot toraicas y rabínicas. Sin embargo, el Bircat Hamazón es más extenso ya que por costumbre las distintas comunidades han agregado rezos al mismo y desde tiempos inmemorables se acostumbró a hacer bendiciones por otras necesidades como el dinero, la salud, el miedo a D-os y fortaleza de carácter. Aparte es obligatorio decir párrafos especiales en cada festividad para en la recitación del Bircat Hamazón recordar el día y que la comida celebratoria se considere como tal. Por ello, se agregan bendiciones en Shabat, Yom Tov, Purim y Janucá. Cada una nos recuerda el sentido especial que debemos recordar y darle al día. Si no se recitan estos párrafos uno debe volver a recitar la bendición.