Enlace Judío México e Israel – La última escalada y tregua nacieron de la pasada capitulación de Jerusalén a la extorsión por los gobernantes de Gaza.

AVI ISSACHAROFF

El día después de la última escalada entre Israel y Hamás se ve exactamente igual al día antes de que comenzara. Es como si nada hubiese pasado.

En dos días de conflicto, más de 700 cohetes fueron disparados hacia Israel; murieron cuatro israelíes y 29 habitantes de Gaza (al menos 11 de ellos miembros de los grupos terroristas); y la infraestructura de Hamás y la Yihad Islámica fue dañada.

Pero como de costumbre, Israel y Hamás se encuentran en una tregua inestable sin que la situación haya cambiado en lo más mínimo. Como dicen, cuanto más cambian las cosas, más quedan igual.

Ninguna de las partes se puede jactar de logros sustanciales, ni hicieron algo que haya alterado el status quo.

Un automóvil se incendia por el impacto directo de un cohete lanzado desde la Franja de Gaza en la ciudad de Ashdod, Israel, el 5 de mayo de 2019. (Flash90)

Hamás ha demostrado que sus capacidades militares han mejorado, con la letalidad de los ataques con cohetes y su capacidad de superar el sistema de defensa de misiles Cúpula de Hierro en múltiples ocasiones, así como el daño mínimo que sufrieron los miembros de la organización terrorista.

Este es un indicio del fortalecimiento del ala militar de los terroristas en el período previo a la campaña.

Por otro lado, las Fuerzas de Defensa de Israel mejoraron su lista de blancos y bombardearon importantes instalaciones militares de Hamás. También realizaron un asesinato selectivo contra un miembro del grupo terrorista al atacar el automóvil de Hamed Hamdan al-Khodari, responsable de recibir fondos iraníes para los grupos terroristas en la Franja de Gaza.

Palestinos intentan apagar el fuego de un automóvil perteneciente al comandante de Hamás, Hamed Hamdan al-Khodari, tras el ataque aéreo israelí en la ciudad de Gaza el 5 de mayo de 2019. (MAHMUD HAMS / AFP)

Sin embargo, hay muchas causas de preocupación en el lado israelí.

Está claro que Hamás ha aprendido a defenderse. Casi todos sus cabecillas se refugiaron en los refugios subterráneos y túneles que el grupo terrorista ha excavado debajo del enclave, y resultaron ilesos. Sus capacidades de lanzamiento de misiles, comando y control fueron impresionantes.

Todos estos elementos deben ser un llamado de alerta para Israel.

El gran problema para Hamás es que en el primer día del mes sagrado de Ramadán, no puede presentar una esperanza de una solución económica o política para los habitantes de Gaza.

Este fracaso por parte de Hamás se produce a pesar de que muchos habitantes de Gaza apoyaron la escalada de violencia con la esperanza de que cambiara su situación.

Los fondos de Catar ingresarán a Gaza en los próximos días, pero no aliviarán la crisis general: la tasa de desempleo es del 51 por ciento y la pobreza es degradante.

Hamás no hace nada para ayudar a la población local. En cambio, impone más y más impuestos, que utiliza para su infraestructura terrorista (que incluye túneles y refugios para altos funcionarios de Hamás) en lugar de mejorar la situación general en Gaza.

Los habitantes de Gaza están empezando a mostrar signos de descontento con Hamás, aunque no lo suficiente como para tomar las calles como lo hicieron a principios de este año. Pero ahora hay críticas contra la organización terrorista en las redes sociales.

La última ronda de violencia probablemente también fue un intento de Hamás de desviar la ira pública en Gaza hacia Israel.

En última instancia, ambas partes son rehenes de la decisión de Israel hace seis meses de aprobar la transferencia de fondos de Catar para pagar los salarios de los empleados de Hamás.

Ese dinero fue interpretado en Gaza de una sola manera: una rendición israelí a la extorsión de Hamás.

Está claro que quien haya hecho el trato con Hamás, ya sea el Mossad o la Oficina del Primer Ministro, no entendió esto.

Un edificio alcanzado por un cohete lanzado desde la Franja de Gaza, en Ashkelón, sur de Israel, el 5 de mayo de 2019. (Noam Rivkin Fenton / Flash90)

Lo que pareció en Israel como una oportunidad para alcanzar un acuerdo con Hamás se interpretó en el otro lado como un signo de debilidad que podría ser explotado.

Por lo tanto, cuando el dinero de Catar se retrasó el fin de semana pasado, no por culpa de Israel, Hamás provocó de inmediato un conflicto más amplio de lo normal, pensando y creyendo que lo que había funcionado hace seis meses volvería a funcionar esta vez.

Y al parecer, Hamás tenía razón.

Aunque Catar no respondió inicialmente, se espera que el dinero se transfiera a Gaza en breve, justo a tiempo para garantizar un buen Ramadán.

Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico

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