Enlace Judío México e Israel.- Una gran razón para la sexta victoria de Netanyahu es la traición a Israel por parte del liberalismo occidental.

GIULIO MEOTTI

Si hay dos títulos que explican el pánico de las “clases reflexivas” intelectuales en Israel sobre la victoria de Benjamín Netanyahu, están los de Haaretz, el diario símbolo de las cafeterías, tal como la Tamar de la calle Shenkin en Tel Aviv, refugio de la bohemia intelectual, el periódico espejo de la elite fundadora izquierdista, pero también el diario más detestado hoy por la mayoría israelí.

A medianoche, cuando parecía que Benny Gantz estaba adelante de Benjamín Netanyahu, Haaretz celebró 71 años de democracia renacida. Al amanecer, cuando era claro que “Bibi” había ganado nuevamente, Haaretz escribió que era la hora de la dictadura.

La izquierda una vez controló todo en Israel: cultura, salud, ejército, parlamento… Netanyahu es odiado tanto porque ha sido el primer rival real de ese sistema hegemónico, el cual continúa controlando pero sin ganar más las elecciones.

La sociedad israelí está cambiando, desde el peso político de los judíos inmigrantes de países árabes a los de Rusia. Ze’ev Jabotinsky, Menajem Beguin, Itzjak Shamir, Ariel Sharon y Netanyahu son los líderes históricos del revisionismo de derecha. Es un intento de reformar a la sociedad israelí, para que se mueva del socialismo al libre mercado y a retornar a la identidad judía.

Netanyahu entendió que la cuestión de la identidad judía se ha vuelto muy importante, crucial no sólo para Israel, sino también para el decadente Occidente judeo-cristiano. En el Occidente, Israel es visto como una identidad que no está colapsando, sino que se está volviendo más fuerte, mientras que en el Occidente esa identidad está vacilando dramáticamente — demográficamente, culturalmente y religiosamente. Ese es el motivo por el que Israel pone nerviosa a la gente en el Occidente.

Netanyahu entendió que la cultura es muy importante para la unión de una sociedad. Israel es un país de inmigrantes, de Polonia a India, y su pueblo es mantenido junto sólo por la identidad judía, como el idioma hebreo, el cual es un milagro del Sionismo, y la tradición religiosa.

Una gran razón para la sexta victoria de Netanyahu es la traición a Israel por parte del liberalismo occidental. Consideren la caricatura publicada por el New York Times, el ciego Donald Trump guiado por el perro Netanyahu. La Izquierda en Israel tuvo dos almas: la vieja
izquierda nacional israelí y la izquierda posnacional israelí nacida en la década de 1990. La primera fue desacreditada por el colapso del “proceso de paz” y la Segunda Intifada, cuando Israel estuvo casi al borde del colapso interno (recuerden el terrible marzo del 2002). Y sólo ha quedado la Izquierda cosmopolita.

El poder de Netanyahu se encuentra hoy en el sentimiento israelí profundo de desconfianza del Occidente, que ya no ve razones para defender la causa israelí y judía. Su victoria es la Orientalización de Israel, después que la globalización ha amenazado a las identidades nacionales y las poblaciones necesitan identidad.

Es tal vez el destino de Israel, cuya linfa demográfica vital ha venido del Oriente. Los “nuevos israelíes quieren ser judíos, a diferencia del Sionismo original que fue un escape del Judaísmo.

 

 

Fuente: Arutz Sheva
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México