Enlace Judío México e Israel – La experiencia del Holocausto provocó un impacto negativo de por vida en la estructura cerebral de los sobrevivientes que podría extenderse a sus hijos y nietos, de acuerdo a un nuevo estudio científico checo, reportó la agencia EFE.

La investigación, presentada este sábado en el 5º Congreso de la Academia Europea de Neurología en Oslo, Noruega, encontró que la supervivencia al Holocausto tuvo un efecto psicológico y biológico de por vida con reducción de la materia gris que afecta a las partes del cerebro responsables de la respuesta al estrés, la memoria, la motivación, la emoción, el aprendizaje y el comportamiento.

Valiéndose del uso de escáner de Imagen por Resonancia Magnética (IRM), el estudio analizó la función cerebral de 56 personas con una edad promedio de 79 a 80 años, comparando a 28 sobrevivientes del Holocausto con un grupo de control de 28 personas sin antecedentes personales o familiares del Holocausto.

Los sobrevivientes mostraron una disminución significativa del volumen de materia gris en el cerebro en comparación con sus pares examinados.

El estudio diferenció entre los sobrevivientes mayores y menores de 12 años en 1945 y encontró que la reducción de la materia gris se expresó significativamente más en estos últimos, lo que puede atribuirse a la mayor vulnerabilidad a un ambiente estresante del cerebro en desarrollo durante una etapa temprana de la vida.

En línea con investigaciones anteriores, el estudio encontró una reducción de la materia gris en las áreas del cerebro asociadas con el trastorno de estrés postraumático (TEPT) en los veteranos de combate y en aquellos que sufren experiencia de estrés en la vida temprana.

A pesar de haber sufrido un estrés extremo, los sobrevivientes afirmaron que estaban satisfechos con su vida personal y profesional después del Holocausto.

Los responsables del estudio ahora están investigando el impacto del Holocausto en los hijos y nietos de los sobrevivientes, y los primeros resultados en los hijos de los sobrevivientes muestran una conectividad reducida entre las estructuras del cerebro involucradas en el procesamiento de la emoción y la memoria.

La investigación se centrará en identificar biomarcadores de resiliencia al estrés y crecimiento postaumático y para determinar si la transmisión del padecimiento a los descendientes está basado en factores de conducta, psicológicos o genéticos.

Al comentar sobre los hallazgos de sus investigaciones, el profesor Ivan Rektor, neurólogo de la República Checa, explicó que “después de más de 70 años, el impacto de sobrevivir al Holocausto en la función cerebral es significativo. Revelamos diferencias sustanciales en las estructuras cerebrales involucradas en el procesamiento de la emoción, la memoria y la cognición social, en niveles más altos de estrés, pero también en el crecimiento postraumático entre los sobrevivientes del Holocausto y el grupo de control. Los primeros resultados muestran que este también es el caso en los hijos de sobrevivientes”.

“Nuestra esperanza es que estos hallazgos y nuestra investigación en curso nos permitan comprender más sobre el efecto de estas experiencias para enfocar la terapia para apoyar la resistencia y el crecimiento de los sobrevivientes y sus descendientes. También podemos revelar estrategias que los sobrevivientes del Holocausto utilizaron para enfrentar el trauma en sus vidas posteriores y para transmitir su experiencia a las generaciones futuras”, agregó.

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