Enlace Judío México – Saúl es uno de los personajes más enigmáticos del Tanaj, fue rey de Israel, amado por Samuel y el pueblo, sirviente de D-os que al final de sus días terminó asesinado y enloquecido. No se entiende su locura ni su dolor, el texto mismo lo describe como un instinto extraño que se metió a su cuerpo. Los siguientes midrashim (relatos talmúdicos) sobre su muerte nos dan un poco de luz sobre cómo la Torá juzga su rol en este mundo.

El entierro

“Y hubo hambruna en los días de David … Y D-os dijo: ‘Es gracias a Saúl’(Sammuel II 1:1),” porque no se le dio luto de acuerdo a la forma en que la ley lo pide. El Creador le preguntó a David: David ¿acaso no fue Saul el ungido con el aceite? ¿No es él, Saúl, quien comparte lugar en el Cielo junto a Samuel y los profetas? Aun así tú estás en la tierra y él afuera.

David se ocupó al instante y juntó a todos los ancianos de Israel. Cruzaron el río Jordán, llegaron a Jabesh – Gilead, encontraron los huesos de Saúl y su hijo Jonatán sobre los cuales los gusanos no habían hecho ningún daño. Tomaron los huesos, los pusieron en un ataúd y cruzaron con ellos el Jordán.

Entonces David ordenó que el ataúd de Saúl fuera llevado al territorio de cada una de las tribus. Y a su llegada en cada ocasión, la tribu entera: los hombres, sus hijos, sus esposas y sus hijas salieron a darle un tributo afectuoso a Saúl y a sus hijos. De esa forma cumplían con la obligación de mostrar afecto a los muertos. Cuando D-os vio que Israel había mostrado tanto amor y cariño, inmediatamente se llenó de compasión y mandó la lluvia.

La justicia

Rab Yoshua de Sjin dijo en el nombre de rab. Levi: El Creador le mostró a Moisés cada una de las generaciones y sus jueces, cada generación y sus reyes, cada generación y sus sabios, cada generación y sus líderes, cada generación y sus maestros de Mishná, cada generación y sus funcionarios, cada generación y sus ministros, cada generación y sus gendarmes, cada generación y sus forajidos, cada generación y sus profetas. Cuando le enseñó a Saúl y a sus hijos caer frente a la espada, Moisés reclamó: ¿Debería el primer rey de Israel, exaltado entre tus hijos, ser asesinado por la espada? El Creador contestó: ¿Por qué reclamas sobre este asunto? Habla con los sacerdotes a quienes él ordenó matar. Ahora actúan como sus acusadores. Y D-os dijo a Moisés: ‘Habla con los sacerdotes’ (Lev 21:1).

Fuente: Sefer Ha-Agada